La Princesa Y El Tutor

________ al día siguiente.

Layla despierta de su cansada noche, puesto a que Darcy vacío todo sus ansias de amor junto con ella, mira a su lado y observa a su esposo durmiendo profundamente. Toca sus labios con su dedo índice y le da un beso.

Despertandolo así con una agradable mañana.

— buenos días, amada esposa.

— buenos días, esposo mío.

Ambos se levanta de la cama deseándose lo mejor. Ya que hoy se iban al reino de pica dejando todo tipo de malos arrastres.

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— por favor, lleven eso al otro carruaje, no quiero dejar nada de mi familia aquí...— expresó Miriam dirigiendo a los sirvientes para que llevarán las cosas al transporte del viaje.

— Buenos días, madres...— expresó Layla que iba agarrada de la mano de Darcy.

— oh, hija mía, que agradable mañana. Ya casi terminamos con la mudanza.

— Layla...— habló alguien detrás de la princesa. Era su padre— tenemos que hablar.

— espero que sea breve. En un par de horas me voy.

— seré directo, no puedes irte y dejar tu deber, no puedes déjarme a mí... ¿Que pasará si yo falleciera y nadie este para suceder el trono?

— pues tomaría tu lugar y sería emperatriz en ese momento. Del resto viviré en el imperio de mi esposo, soy una mujer casada ya ¿Crees que voy a vivir con mi esposo en el mismo palacio con ustedes?... Además, madre ya no es tu esposa, tampoco tengo motivos para quedarme.

— Layla, te ofrezco un trato.... Echaré a mi concubina con su hija a cambio de que te quedes.

Layla se sorprendió internamente, sabía que estaba desesperado, pero no tanto, era perfecto, así era como ella quería que esto llegará, sin embargo...

— debiste de haberla echado hace mucho. Pero en cambio te ofrezco yo mi propio trato, quiero que me des el trono de una vez, así no tendría que esperar mas...

— si te lo doy, no dudarías en echarme del palacio junto con ellas dos. No puedo.

— no sería capaz de ir tan lejos, te daría asilo pero lejos del palacio, una vida cómoda con tu amante e hija fuera de mi vista... Pero quiero el trono que me corresponde, no por avaricia, sino para hacerlo más fuerte, sólido y próspero, mi madre ya hizo suficiente por él y quiero continuar con su legado.

— ¿Y yo no hice nada?— preguntó, ofendido.

— si para tí solo era ordenar y reprocharle a mí madre por cualquier cosa, significaba dirigir un imperio, pues lo lamento, no fuiste un emperador digno de recordar.

Él se ríe.

— ¿Y como piensas hacer que el imperio sea lo que sea?... No será fácil dirigir a dos naciones al mismo tiempo.

— no, pero solo te lo diré si me confirmas dar el trono. Si tu respuesta sigue siendo indecisa, esperaré por ella, pero no tardes, de lo contrario actuare. Ya no tengo más que hablar, padre.

Con esa palabras, Layla se va con su nueva familia, ya no quería estar más en ese círculo de chinche que solo se aprovechan de que la emperatriz era quien dirigía debidamente.

Ahora Enrique tendrá que soportar ese peso solo por no valor a su emperatriz y dejarla a un lado.

Debió de haber aceptado el trato de Layla, irse del palacio y dejarle la corona a ella, pero ahora tendrá que estar preparado para lo que le sigue.

_______________ en el imperio de Pica.

Con unos días de viajes llegaron a su destino. Dicho país se considera uno de los más frío por la zona que se encontraba. Con el tiempo madre e hija se acostumbraban al ambiente.

En el día de hoy, Layla abría una de las ventadas con la esperanza de que hubiera un rayo de sol, encontrándose una brisa muy helada que casi la tumba, sin embargo, tuvo tiempo de reaccionar y cerrar rápidamente.

Temblando del frío, sintió una manta caliente detrás de sus hombros y unas manos en ella acariciándola en modo de consuelo.

— perdoname.— lamentó Darcy.

— ¿Por qué?— ríe ella, y con un tono inocente, dice — aunque no lo creas, amo más el frío que el calor, pero aveces me gusta calentar mi cuerpo con el sol.— Layla le iba a pedir que colocará más leña a la chimenea. Cuando ve que Darcy se comienza a quitar capa por capa de ropa.

— es un problema de que mi esposa esté pasando frío de esa manera, pero yo se cómo solucionarlo. Te calentare con mi cuerpo ahora mismo.

Ella quedó con la boca abierta, realmente su vista no era para nada mala. Layla únicamente tosió y habló.

— b-bueno... Si esa es la solución quiero tener ese problema todo el tiempo.

Darcy solo ríe ante el comentario de ella, mientras que se va a su frente y la carga para llevarla a la cama, la desnudaba en el proceso, piel con piel se encontraban, sintiendo ese cálido contraste entre ellos, los besos surgieron junto con las caricias.

Apenas estaba iniciando el día, y a pesar de ello, a este paso saldrán al mediodía por la fuerte actividad que iban a provocar.

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Por otro lado, en la habitación de Miriam, leía cada una de las cartas que le fue enviada desde su imperio natal, con la intención de felicitarla nuevamente de que se casará. Miriam solo se reía ya que ella sabía la verdad detras de todo eso.

En ese momento, alguien toca la puerta, era Harold, donde ella le permite la entrada y aquel emperador un poco avergonzado avanza a la habitación.

— Miriam, ¿Como se ha sentido en su tiempo de estadía?

— sin importar que el tiempo es frío, la he pasado más cálida y a gusta que en mi antiguo palacio. En ese lugar el frío no era nada comparado a esto.

Él va y se sienta en el mueble más cercano al de ella. No obstante, Miriam continúa hablando.

— yo tengo que agradecerle, me gustó ver el rostro pálido de Enrique cuando usted me propuso matrimonio. Aunque se lo comenté de broma, realmente me tomo de sorpresa que lo hiciera de verdad.

— no me molestó dejar a ese ignorante en su lugar, lo disfruté de hecho. Pero todo lo que dije es verdad. Me gustaría ser alguien que la motive a que no solo esté encerrada en cuatro paredes trabajando, ahora que está libre de cualquier deber, quisiera seguir invitándola a pasear conmigo en mi imperio, está vez, quiero ser yo su guía. ¿Puedo?

Miriam observó con un gran sonrisa tomando la mano que él le estaba ofreciendo.

— merezco ser feliz ¿Verdad?

— y yo me encargaré de ello.

A pesar de que la proposición de matrimonio fue solo para dejar humillado a Enrique, las palabras de Harold eran tan sinceras como lo que estaba sintiendo por ella. Algo que su corazón tenía años que no sabía que podía volver a sentir y todo gracias a el tiempo que ha pasado al lado de Miriam.