El Vaivén De La Vida

Ya en la noche, Katrina había jugado por un ratito con Magui en la cama, hasta que la pequeña se quedó dormida entre sus brazos.

Katri se quedó viendo a la niña, acariciando su carita, su pelito y sus bracitos con ternura. No pudo evitar añorar ese viejo deseo que siempre la persiguió, el de ser mamá.

De repente giro su mirada hacia el costado y allí estaba Maxi, parado en la puerta, observándola... Vaya a saber por cuánto tiempo estuvo ahí parado. Cuando se percató de esto, se movió hacía ella con una sonrisa.

-Es tan hermosa.- dijo en voz baja katri.

-Ambas lo son.- respondió él con una sonrisa, sentado desde el otro lado de la cama, inclinándose había ella para darle un beso -Pero ahora... alguien tiene que dormir en su cama...- continuo, atinando a tomar a Magui entre sus brazos.

-No, por hoy podes dejarla dormir acá.- dijo katri aferrándose a la pequeña.

-Pero yo tengo planes para nosotros...- respondió Maxi.

-Esos planes ya los hicimos en la tarde.- insistio ella -Además estará solita en su camita.-

-katri, su cama está detrás de ese biombo.- Río él doctor.

Entonces ella, algo desganada, no le quedó más remedio que aceptar. Cuando Maxi dejo a su hija en la cama regreso a katrina para besarla.

-¿Sigue pensando igual, señorita?- pregunto él.

-Si, aunque... Bueno... Vamos a aprovechar ¿No?.- respondió ella en tono cómico y lo volvió a besar.

Al día siguiente, todo continuo igual, la única diferencia era que, ahora, dormía con el doctor y que cada vez que él podía se detenga para besarla, pero en lo general seguía practicando caminar para mejorar, andaba a caballo y también estaban sus ejercicios en el agua.

Justamente del río estaban llegando, los tres sobre Relámpago, Maxi, katri y Magui, cuando pudo ver qué en la mesa del patio estaba sentado Acevedo. ¿Otra vez ahí?, se preocupó un poco por la reacción de Maxi, pero aparentemente, este estaba más tranquilo, solo se bajó del caballo, ayudo a bajar a la niña, y luego la tomo de la cintura para bajarla a ella, cuando la tuvo entre sus brazos la abrazo y beso, haciendo que katri esboce una carcajada.

Estaba consciente de que, seguramente, a esto lo hizo a propósito, ya que el hombre estaba ahí, pero de igual manera le gustó ese detalle al bajarla de Relámpago.

-Dúchate primero que yo refresco al caballo y después voy.- le dijo y le dio otro beso en la mejilla, ella asintió con una sonrisa.

De camino hacia la pequeña casa, se paró para saludar a Acevedo.

-¿Cómo está usted, bella dama?- pregunto el hombre con la amabilidad de siempre -Cada vez la veo mejor...-

-Bien ¿y usted?... He estado haciendo ejercicios que la verdad, me han dado resultados positivos.- respondió ella.

-Al parecer ha nadado...- comento él, viéndola de arriba abajo, algo que incómodo a katri, ya que, su vestido estaba empapado y se pegaba un poco a su figura.

-En... En el agua son... Los ejercicios, sí.- respondió tratando de hacer una sonrisa -Bueno... creo que iré a ducharme... Un placer verlo de nuevo.- continuo y lo saludo con la mano.

Luego camino hacia adentro, en donde preparo su ropa y se metió en la ducha. Usaba el agua tibia, ya que las altas temperaturas y los fuertes rayos del sol de todos estos días habían quemado su piel.

Escucho la puerta de entrada abrirse. "Ya llegó Maxi", pensó.

-¡YA ESTOY EN LA DUCHA!- grito y espero respuesta, pero no hubo.

Esto le pareció extraño, pero pensó que, tal vez, habría salido nuevamente, así que siguió enjabonándose y a tararear una canción pegadiza de Abel Pintos.

Estaba de espaldas a la puerta del baño, pero escucho que está se abrió lentamente.

-Creí que te habías ido ¿Por qué no contestaste?- pregunto, mientras se daba cuenta hacia la puerta lentamente para no resbalar.

Cuando vio quien era se desesperó.

-¡¿Que hace usted acá?!- pregunto asustada mientras tomaba rápidamente un toallón para cubrir su desnudes.

En frente a ella estaba, de pie, Acevedo, había transformado los rasgos amables de su rostro y la estaba observando con una expresión de hambre de poder.

-Solo estoy contemplado su perfecta desnudes.- respondió el hombre lo más natural.

-¡¿Que está diciendo?! ¡Márchese o grito!- exclamó ella yendo un poco hacia atrás.

-No se haga la santa, si se lo das (al) doctor ¿Por qué a mí no?-

-¡váyase!- exclamó -¡AUXILIO! ¡MAXI! ¡ROMY!- comenzó a gritar

Pero el mal hombre no le importo, fue directo hacia ella. katri retrocedió, pero al chocar con la pared cayó al piso.

-¡AUXILIO!- seguía gritando.

Acevedo se abalanzó sobre ella y le tapo la boca. La desesperación se katri estaba a más no poder, ya no podía reprimir sus lágrimas, quería gritar, pero no le salía la voz y no podía, porque él le tapaba la boca. Pegaba manotazos para ver si podía alcanzar algo con lo cual defenderse, pero no lograba tomar nada, en el envión tiro el palo secador de piso.

Acevedo había comenzado a besar su cuello y quería meter su mano por debajo del toallón. Aunque ella luchaba, sabía que sería en vano.

De repente, alguien tomo al hombre de la camisa y lo corrió hacia atrás, el shock de Katrina era tan grande que tardo en darse cuenta de que era Maxi hecho una furia.

De inmediato, le propinó un golpe, pero el espacio era tan pequeño, que entre maldiciones e insulto, lo saco a empujones hacia afuera.

Katrina, tirada en el piso pudo largar su llanto, Romy llego corriendo, se agachó a su lado y la abrazo.

-Ay katri, ay prima.- se lamentaba.

Trato por un gran rato de calmarla, pero como está no dejaba de llorar, la ayudo a levantarse y a vestirse. Luego la acompaño hasta su cama.

Minutos más tarde, llego Carmela y dijo que le iba a hacer un té de tilo, para los nervios.

-Yo no quería, yo no quería...- le decía a Romy entre llanto.

-Claro que no, lo sabemos, katri. Es culpa de esa mierda.- respondió su prima con furia.

En ese momento entro Maxi, entonces Romina se levantó de la cama para que se siente él. Rápidamente comenzó a inspeccionarla.

-¿Te hizo algo? ¿Alcanzó a tocarte?- pregunto y ella negó con la cabeza.

-Tu remera... Tu remera tiene sangre...- dijo katri entre sollozos.

-No es mía.- respondió él.

-Ay ¿Que hiciste? Te vas a meter en problemas por mí culpa.- agrego ella llorando.

-No te preocupes katri, que se marchó vivo...- comento Tadeo, quien se mantenía alejado junto a Romy por si el doctor revisaba algo que no podía ver y se tenía que dar vuelta.

-¿Y ahora?- pregunto ella más tranquila.

En ese momento llegó Carmela con el té.

-Ahora tomate este té, y cuando vuelva en un ratito, vas a estar más tranquila.-

-¡No, no te vayas!- dijo entre llanto tomando su mano.

-No, pero yo ya regreso, mí amor.- respondió Maxi acariciando su mejilla con mucha dulzura. Luego beso sus labios y se paró.

Maxi le hizo una seña a Tadeo y ambos salieron. después Romy tomo el pocillo, se sentó a su lado para ayudarla a tomar el té.