Un encuentro con un salvador desconocido provoca que Jaden recuerde su primer vida. Y se da cuenta de que en realidad es un carne de cañón, quien es sacrificado por el villano en la historia original.
No solo eso, sino que su salvador resulta ser su personaje favorito del libro, quien también muere traicionado por sus amigos.
Con esta nueva información Jaden toma una decisión, ¡destrozar la trama del libro!
¿Lo logrará? O, antes de que pueda hacer un movimiento, ¿será arrastrado de nuevo a lado del villano para ser sacrificado?
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Celebrar
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El primer día de actividades había terminado oficialmente, y por supuesto, el grupo de los príncipes fue el ganador de un concurso en el que nadie sabía que estaba participando.
Como alumnos en una simple actividad de convivencia, los diversos equipos se concentraron en cazar presas pequeñas, tales como conejos y zorros, los cuales en su mayoría estaban vivos. Para ellos, se dio por terminada la cacería en cuanto el animal cayó en sus manos, pues haciendo honor a sus títulos, casi todos eran niños mimados que nunca habían arrebatado una vida, y no comenzarían por una simple actividad escolar. De hecho, ya estaban bastante satisfechos solo con haberlos atrapado.
Pero cuando vieron a los trabajadores del lugar cargando a dos enormes jabalíes sin vida, mientras caminaban detrás de los príncipes… bueno, sobra decir que las expresiones de casi todos se rompieron ahí mismo. Peor aún cuando se percataron del discreto camino de sangre que había detrás de ellos, ya que con el balanceo de una de las hembras, sus heridas cauterizadas habían comenzado a rezumar el líquido rojo.
Los alumnos presentes miraron a Astor y Dathan con reverencia, pues estos eran sus príncipes. Parecían destacar de entre todos ellos. Aunque hubo que reconocer algo, hubo mayores matices de miedo que de admiración en aquellas miradas; sobre todo, cuando caían en el mayor. Había un temblor involuntario en sus corazones, temiendo ser el siguiente que se convirtiera en su objetivo…
Y todo esto sin contar que ninguno de ellos tenía forma de saber la crueldad del proceso para acabar con una de las hembras. Y claro, los miembros del equipo no planeaban divulgar dicha información.
Ignorando esas miradas, Astor y Dathan se abrieron paso entre el gentío, y dirigieron a su equipo hasta colocarse delante de los profesores, quienes registraban las presas.
Los cuatro miraron a las enormes jabalíes que estaban detrás, y sintieron el sudor escurrir por sus frentes… Solo les pidieron cazar presas pequeñas, ¿cómo es que las cosas resultaron así?
“Bueno, si no fueran príncipes, serían excelentes cazadores”, pensó Cyrene al mirar a Dathan y Astor. Había un toque de aprobación en sus ojos.
Por su lado, el resto de profesores tenía sentimientos encontrados, aunque hubo una cosa en común. Los tres pensaban: ¿qué necesidad había de ser tan extravagante?
Sin saber qué expresión era la correcta para usar en ese momento, los presentes solo pudieron resignarse a comer carne de jabalí el resto del fin de semana, porque si ni siquiera la comían, ¿no sería un desperdicio el haber sacrificado sus vidas?
Cuando el día terminó, todos corrieron de nuevo a sus habitaciones. Y Jaden no fue la excepción. Desde luego que deseaba pasar más tiempo con Fegan, pero también estaba cansado de haber corrido en el bosque casi todo el día, aunado al estrés que le provocó la compañía desagradable. Para ese momento, sus ojos se cerraban solos prácticamente, y sus piernas dolían.
Y ciertamente, una parte de él se burló de sí mismo, pues ni siquiera su hora de entrenamiento matutino le había librado del cansancio actual. Se dio cuenta de la diferencia que había entre entrenar en un campo llano, y la naturaleza. La brecha era demasiada para su pequeño cuerpo.
Así que resignado, se despidió de los chicos, y arrastró lo que quedaba de su cuerpo a la habitación. Luego de un baño rápido, se lanzó sobre la cama, pues ya estaba por colapsar.
Malih tenía la intención de charlar un poco con él, pues en la mañana había caído en cuenta de que Jaden no era tan aterrador como creyó en un inicio, pero al verlo quedarse dormido tan pronto como las sábanas le cubrieron, se hizo a un lado y también se acostó.
El día se podía dar por terminado.
Sin embargo, fue entre sueños que Jaden comenzó a recordar la trama del libro. Claro que no había nada complejo en sus pensamientos. No obstante, sentía que algo importante pasaba en este viaje… o, ¿era en otro capítulo… mejor dicho, viaje? Quizás…
El pelinegro frunció el ceño y se giró en la cama. Quería descansar, y pese a sus protestas subconscientes su cerebro parecía reacio a cooperar con él.
“Viaje… ¿qué sucedía en el viaje?”, esta pregunta se repetía en su mente una y otra vez, casi como un estado de trance. Lo que de cierta manera era una tortura. Él realmente quería dormir y no saber de nada.
Sin saber si dormía o estaba consciente, Jaden por fin recordó un poco de la trama de la novela.
“Si… los protagonistas quedan atrapados en una cueva… ¿por qué? ¿Qué sucedía…?”
Con ese último pensamiento, el omega por fin cayó en un sueño profundo, y no se despertó hasta el día siguiente.
Y lo que había sucedido en la primera mañana, sucedió la segunda. Malih vio al pelinegro durmiendo muy cómodamente, como si nada en el mundo le preocupara. Aunque el desayuno estaba por comenzar.
No pudo evitar sonreír, y se acercó con cuidado a la cama.
Con delicadeza despertó al pelinegro, y en cuanto se dio cuenta de que nuevamente iba tarde, Jaden repitió sus acciones del día anterior. Claro que se sumó una diferencia, y es que cada músculo de su cuerpo estaba adolorido. Moverse era como una tortura, pero temiendo perder la hora del desayuno, no pudo más que apretar los dientes y soportar.
Además, estaba un poco avergonzado, porque entre semana solía levantarse muy temprano. Sin embargo, desde su llegada a este viaje se sentía aletargado por las mañanas, y tenía que ser despertado por alguien más.
Como fuese, pudo concluir todo a tiempo y salió junto a Malih, quien le había estado esperando. Los dos omega tuvieron que correr al punto de reunión, y se sentaron juntos para esperar el desayuno.
Para Jaden fue una experiencia novedosa.
En su primer año rara vez comía acompañado; y luego de recuperar la memoria lo hacía junto a los chicos. No obstante, esta era la primera vez que desayunaba junto a un compañero de clases omega que no le tenía miedo. De cierta manera se sentía alegre por ello. Y a pesar de que no quería adelantar conclusiones, no pudo evitar preguntarse: ¿Malih se convertiría en su amigo?
Solo podría saber la respuesta con el tiempo.
Cuando el desayuno terminó, tenía la intención de invitar al otro para ir junto a los protagonistas. Aunque en el momento en que estaba por abrir la boca se detuvo por dos razones. La primera, su entusiasmo podría incomodar al chico; y segundo… no estaba seguro de si estaba siendo utilizado por otros como un trampolín para acercarse al protagonista.
Era consciente de que no era lindo suponer eso sobre una persona como Malih, quien había sido amable con él. Pero en el pasado ya había experimentado situaciones similares cuando estaba a lado de Astor. Y no quería volver a pasar por experiencias así. Era mejor ser cauteloso por un tiempo.
El chico vio su duda, y tomó la iniciativa de despedirse. Se alejó con una sonrisa, y él se dirigió hacia los chicos por fin. No tardó en encontrarlos, pues sin el primer príncipe como competencia, ellos destacaban entre el resto.
Los cuatro caminaron hacia el punto de reunión de ambas clases; y se alegraron al saber que en este día sí podrían llevar a cabo la sesión de entrenamiento con sus propios grupos. Luego del día anterior, en el que se vieron obligados a convivir con el “enemigo”, era agradable estar solo con personas conocidas.
Los alumnos del 2A y el 2B vitorearon de emoción. Otro poco y levantaban pancartas para demostrar su alegría. Y al ver sus reacciones, los profesores sintieron que el progreso del día anterior se había esfumado.
“Al menos, podrían fingir que les agradó convivir…”, se quejaron los cuatro adultos. Pero no estaba en sus manos hacer más, pues presionar a los adolescentes para convivir nuevamente podría ser contraproducente. ¿Quién afirmaba que no habría disputas ahora? Tampoco era bueno que tentaran su suerte.
Fue así que tomaron la decisión de reunirse con su propia clase. Bastian y Ariadne dirigieron al grupo 2A por el camino de la derecha, mientras que Cyrene y Nasir dirigían al grupo 2B por la izquierda. Ambas clases se alejaron en direcciones contrarias, y cada uno estaba más complacido que el anterior.
¡Así deberían ser las cosas! “Convivir” se sentía como algo antinatural.
Cual fuese el caso, Jaden siguió a sus compañeros, mientras evitaba férreamente la mirada de un par de ojos ónix. Y mientras tanto, no se olvidó de caminar a lado de su favorito. Pues solo eso bastaba para hacer que él se sintiera más cómodo.
Al cabo de media hora de caminar en el bosque, su clase llegó a un claro. E incluso para un citadino Jaden, el lugar resultó ser bastante hermoso.
Los árboles que rodeaban el claro casi formaban un círculo perfecto, y el pasto en el centro era más corto que en otros lados, en donde la maleza podía superar la altura de una persona con facilidad. En resumen, era una vista agradable.
El pelinegro se permitió inhalar y exhalar profundamente, porque desde que tenía uso de razón este parecía ser la primera vez que estaba en un lugar con el aire tan puro.
—Es lindo, ¿no? —preguntó Fegan a su lado.
—Lo es —reconoció.
—Deberías ver los paisajes en el territorio de mi familia. Esto no se compara. —Un presumido Lance interrumpió su conversación. Claro que su acción no se consideró grosera pues la sonrisa que tenía en el rostro demostraba que lo decía a modo de broma. —Cuando sean vacaciones, deberás venir conmigo Jaden. Te mostraré paisajes más lindos que este.
Ante la invitación, el pelinegro se sintió halagado. Y no tardó en comprometerse. Más aún cuando vio los bonitos ojos del peliazul llenos de sinceridad. Se dio cuenta de que no eran palabras dichas solo por compromiso, Lance realmente quería que le visitara. ¿Cómo no conmoverse?
Entonces, los chicos se pusieron de acuerdo. Apenas las vacaciones llegaran, los cuatro irían al territorio de la familia Watercrag. Pero hasta que ese momento llegara, todavía faltaban un par de meses, y en el presente debían elegir un compañero para entrenar.
Para cuando Jaden se dio cuenta, ya estaba frente a Lance en una posición de ataque.
No se dejó engañar por la bonita cara del chico, que era tan delicada como la de un omega, y su actitud se volvió seria.
Sabía que no tenía posibilidades de ganar contra el peliazul, dado que además de ser un alfa, le sobrepasaba en conocimiento y destreza. Sin embargo, no se dio por vencido solo por eso.
Si ni siquiera lo intentara, ¿no sería patético?
Así que el pelinegro acomodó su cabello en una coleta descuidada pero funcional, y arremetió contra el mayor al segundo siguiente con su propio cuerpo.
Ya que no podía usar magia, al menos podría darle un par de puñetazos a Lance. O eso esperaba.
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Al cabo de tres horas Jaden estaba acostado en el suelo, con el pecho subiendo y bajando con rapidez, demostrando lo agitado que estaba todavía. El cielo azul apareció ante sus ojos, mientras que el viento frío refrescaba su acalorado cuerpo. Fue entonces que sonrió con complacencia.
—Vamos, no te pongas a presumir. —Se burló Lance, quien estaba acostado frente a él. Sus palabras vinieron con una sonrisa agradable de escuchar.
—Claro que lo presumiré —dijo con orgullo.
Por tres horas le habían pateado el trasero al pelinegro, es cierto; pero justo cuando el entrenamiento estaba por terminar, pudo golpear a Lance en las costillas.
Para un extraño eso podría parecer como un logro mínimo, sino es que nulo. No obstante, se debía considerar que Lance era un alfa, mientras que Jaden un omega. El género secundario ya implicaba una brecha enorme entre los dos. Y eso sin contar la inexperiencia de combate real del pelinegro, y que no era capaz de usar magia.
Con tantas limitaciones, ya se podía comprender lo trascendental que significaba ese pequeño golpe. El mismo Lance sabía lo mucho que se había esforzado su amigo para lograr asestarle un puñetazo.
—Bien, me has golpeado limpiamente —afirmó el peliazul. Y esto hizo sonreía a Jaden.
—En ese caso hay que celebrar esto —exclamó Dathan, apareciendo a su lado de la nada.
El omega se sorprendió al escucharlo tan cerca de pronto, y se incorporó con rapidez.
—¿Celebrar qué cosa? —Fegan se acercó en ese momento también. El alfa tenía una toalla en el cuello, para limpiarse el sudor. Y no tardó en pasarle una toalla limpia a Jaden. —Toma.
—¡Gracias! —El chico la tomó apenas vio una mano extendida en su dirección, y no olvidó mostrar una enorme sonrisa en el rostro. Por cierto, sus manos no fueron tan honestas, pues “accidentalmente” rozó el interior de la palma del alfa.
Su acción fue pequeña, pero él mismo se sintió como un ladrón.
—Eres tan considerado, Fegan…
“Por esto es mi favorito…”, pensó.
Sin estar seguro de si lo había pensado o lo había dicho, el omega comenzó a limpiar su frente perlada en sudor. Se concentró en sus acciones, y no se percató que desde la posición en la que estaba, Fegan tenía una vista clara de su nuca.
Las mejillas del alfa ardieron, y giró el rostro de forma antinatural. Por suerte para él, nadie notó esto.
—Celebrar que Jaden pudo golpear a Lance —informó Dathan en ese momento, ignorando la mirada tonta en los ojos negros.
En cuanto el pelirrojo escuchó, volvió a girarse y miró a Jaden con sorpresa. La timidez anterior ya se había esfumado. Y poco después sonrió.
—Tienes razón, hay que celebrar.
—Creo que nunca antes estuve tan contento porque alguien me golpeara. —Se burló Lance de sí mismo. —¿Qué hacemos?
—Desde luego que nadaremos esta noche —dijo el protagonista repleto de confianza. —Jaden no conoce el lago. Además, podemos ir de excursión a la cueva del sur. El año pasado no pudimos ir, y es la más misteriosa de las seis cuevas.
Sin saber muy bien de lo que hablaban, el pelinegro aceptó. Desde su perspectiva, las cuevas y el lago eran típicos lugares turísticos, por lo que no pensó mucho en ello.
Poco después los profesores los dejaron ir, y ellos fueron libres para hacer lo que quisieran por el resto de la tarde, siempre que no se acercaran a lugares peligrosos.
Fue así como los cuatro chicos emprendieron el camino a su nueva aventura vacacional… o eso es lo que pensaban en dicho momento.
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posdata autora mira seirei gensouki je
me encanta tu historia espero con ansias más capítulos /Smile/