Abdelary es una niña albina africana, que junto a su hermano gemelo, son rechazados por su condición al nacer, son criados por su tío un general del rey Amin, y desde muy pequeños su abuelo Bonga les enseña a luchar para que se conviertan en los mejores guerreros.
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capitulo 16
En la noche después de cenar, Abdelary va a su habitación y organiza algunas cosas para limpiar la herida de su esposo, y va de salida cuando se lo consigue frente a frente… ¿A dónde vas?... a tú habitación, quería ver tu herida y limpiarla… creí que está era mi habitación… no… ¿Acaso no es nuestra costumbre que los recién casados duerman juntos?... si, los matrimonios normales, pero nosotros no lo somos.
¿No somos un matrimonio normal?... no, si, bueno, usted me entiende… no te entiendo… no voy a discutir con usted, ¿puedo ver su mano?... Mandla le extiende la mano… la veo muy bien… no es la gran cosa… si, pero igual debe tener mucho cuidado de que no se le infecte… lo tendré no te preocupes… Abdelary toma un pequeño envase y le echa algunas gotas y le arde tanto que se pasea por la habitación.
¿Por qué los hombres son tan flojos?… ¿Has usado esto?... sí, duele un poco, acuéstese si quiere… cuando se recuesta, Abdelary se acerca y toma nuevamente su mano y luego le echa algo parecido a una pomada… se siente frío ¿por qué no la usaste apenas me echaste la primera?… tenía que esperar a que cumpliera su función.
Pero no se preocupe, mañana amanecerá casi sana… éso, si amanezco vivo con este dolor… en ocasiones se parece más a un príncipe consentido y no a un guerrero… ¿Y quién te dice que no soy un príncipe?... si fueras un príncipe no te hubieras tomado la molestia de venirme a buscar, hubieras mandado a llevarme, tampoco te hubieras casado con una albina… eres demasiado valiosa para mí por eso decidí venir yo mismo a buscarte.
General, no tiene que decir mentiras para llamar mi atención, además, no me gustan los príncipes… ¿Pero si eres una princesa?... no, soy una guerrera… vistes como una princesa, eres educada como una princesa… no soy la hija de un rey, soy la hija de un general, la nieta de un general, y si realmente quieres ser mi amigo no me trate como a una princesa.
¿Acaso mis hermanas no visten igual que yo?, esta capa la uso no porque me considere de mejor familia, sino por mi condición, para evitar que mi piel se queme y me lastime… tu albinismo no es tan fuerte… si, pero igual el sol me afecta mucho, no te extrañes cuando veas mis labios totalmente quemados y escamosos.
Y así quieres ser una guerrera… general, las personas de mi condición mueren muchas veces bastante jóvenes, por eso no quiero dejar de hacer lo que me gusta… si te cuidas vivirás muchos años, hasta más que yo… ¿Será?... claro que sí, de mi cuenta corre que no te expongas tanto al sol… no se preocupe sé cuidarme.
Ven y te acuestas conmigo… se queda mirándolo y decide acostarse a su lado, después de lo que Mandla hizo la noche anterior por ella, le tomó mucha más confianza, la abraza y lleva su cabeza a su pecho, trata de levantar su cabeza y luego decide no hacerlo, puede escuchar el sonido del corazón del general y puede sentir como este se acelera, ella sonríe.
Estar junto a él, la hace sentir tan cómoda que duerme toda la noche en su pecho, cuando despierta mira al general que le sonríe… lo siento, debió dormir muy incómodo… para nada, dormí muy cómodo contigo a mi lado, tenerte cerca me hace sentir muy… mejor no digas nada, si queremos salir temprano es mejor que nos levantemos ya, ¿Cómo amaneció su mano?... muy bien, al parecer tus remedios son muy efectivos… claro que lo son, si quieres te puedo enseñar a prepararlos.
¿Tú sabes preparar estas cosas?... sí señor, mi abuelo el general, contrato un maestro que me instruyó en todas las ciencias posibles, era un viejo gruñón, pero trató de enseñarme todo lo que sabía a mí y a mis hermanos, con él nos tocó aprender muchas cosas… que bien, cada vez me sorprendes más.
Bueno, voy a darme un baño… ¿Te acompaño?... olvídelo… después del desayuno Mandla fue a informarle al rey de su salida, y luego decidieron salir de la ciudad, pero antes de salir llegaron unos soldados buscando a Abdelary… señora, buenos días… buenos días… ¿Dónde está su familia?... ¿Por qué tendría yo que decirles eso?
El general Bongani debe presentarse ante el rey… mi padre ya no es general del rey y si lo quieren ver tendrán que ir al norte, le hicieron una invitación a mi familia… ¿Señora el escapó?... no comprendo por qué mi padre escaparía, ¿acaso era prisionero?... no, pero… entonces esperen a que él vuelva.
Señora, si usted no nos dice dónde está su padre tendrá problemas con el rey… ¿por qué mi mujer tendría problemas con el rey? Acabo de hablar con él y no me dijo nada… gran general, creemos que su esposa esconde a su padre de nosotros, para que no lo encontremos… puedo asegurarles que desde nuestro matrimonio mi esposa no ha salido de esta casa.
Dile a tu rey, que Abdelary le manda a decir, que ella cumplió con el trato y si el no cumple con su parte, haré que todo sea un caos, y qué si a mi padre y a mi familia les pasa algo, mis hermanos y yo acabaremos con este reino, dile que iniciaré contando lo cobarde que es y después me uniré a un gran ejército y nos tomaremos este reino y ni siquiera mi querido esposo podrá protegerlo.
Ve y dile que estaré aquí esperando su respuesta para saber lo que tengo que hacer… definitivamente Bongani le falto darte unas cuantas nalgadas… que bueno que me escuchó rey, ahora bien, debo irme con el general o busco a mis hermanos, ya que usted no tiene palabra… cuando escucha esto se baja de su caballo para golpearla, pero Mandla se antepone entre ellos.
Rey Amín, ella ahora es intocable, desde el momento en que se convirtió en mi mujer, nadie puede hacerle daño y cualquiera que lo haga lo pagara muy caro… tu esposa se queja de su suerte, pero siempre ha conseguido a personas que la protegen y darían sus vidas por ella… eso habla muy bien de ella, me gustaría que le asegure a mi esposa que dejará en paz a su familia.
El rey la miró y le dijo: tu padre estará bien, cuando vuelva de su viaje puede seguir en su cargo de general… no creo que él quiera seguir sirviéndole después de todo esto y es una lástima, porque era su mejor general, el más leal de todos y usted lo sabe, con permiso, tenemos que marcharnos, Abdelary se subió a su caballo, organizó su velo y la caravana partió.