En el reino de los hombres lobos están los reyes gemelos alfas, los cuales ha estado esperando por su compañera por muchos años, saben quien es su compañera y se han mantenido alejados de ella para poder protegerla pero…¿que pasará cuando la pequeña vaya a su reino? ¿La dejarán ir? ¿Podrán soportar más tiempo tenerla alejada de ellos?……..
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Capítulo 24
Kiara.
Cuando llego al bosque, los veo a ambos en el mismo lugar de ese día, me siento en la roca que está allí y ellos no dudan en acercarse.
Esta vez cuando los toco las sensaciones que sentí hace una momento vuelven aparecer y una electricidad recorre todo mi cuerpo y se que ellos lo sienten.
Los acaricio y no se por que la imagen de los gemelos vienen a mi cabeza cada que los miro a los ojos, ¿como pude hacer eso? No se que me pasa, tengo tantos sentimientos encontrados que no se como expresarlos.
Mi desconfianza con los gemelos aun sigue pero no como antes, el hecho de que Mario o Bryan como sea que se llame no haya aparecido por aquí para venir por mi hace que mi desconfianza se dirija hacia el.
Me quedo un rato más con los lobos, solo me quedo allí mirándolos y acariciando su pelaje, no se por que me siento tan atraída por ellos y es que eso mismo me pasa con los gemelos.
Me despido de ambos lobos y camino hacia el interior del castillo.
—Feliz cumpleaños— me dice todos al unísono.
Mamá tiene un pastel de chocolate en las manos y Jay y Jonás hacen sonar unos cuernos de fiesta.
—Pide un deseo y apaga las velas — me dice la reina.
Me acerco al pastel y cierro los ojos y segundos después apago las velas, todos aplauden y me llevan al comedor y allí veo a los gemelos.
—Feliz cumpleaños pequeño sol — me desean ambos y mis palabras se trancan en mi garganta al recordar lo que paso esta mañana.
De repente veo como la mirada de los gemelos cambia y siento un cosquilleo por mi cuerpo.
—Nosotros nos retiramos — dice la reina y no entiendo por qué quieren irse y dejarme que estos dos.
Cuando todos salen los gemelos me toman y me sienta sobre la mesa.
—Debes controlarte solecito — me dice Aiden.
Los miro a los ojos y veo como sus ojos brillan con lujuria.
—Ese aroma que proviene de cuerpo solo debe ser para nosotros — susurra Keyden en mi oído.
—¿De que aroma hablan? — preguntó.
—Tu no lo percibes pequeña pero nosotros y todos los de tu alrededor si — responde Aiden.
—Tu excitación está por toda la habitación— añade Keyden.
Me pongo roja de la vergüenza al saber a que se refieren. Que gran vergüenza por Dios.
Antes de que yo pueda pronunciar una palabra Aiden me besa y luego besa mi cuello mientras que Keyden se apodera de mis labios, yo sin poder evitarlo lo beso con las misma ganas, y luego soy yo quien besa el cuello de Keyden y por instinto lamo el lugar donde lo mordí, la sensación que eso genera en mi hace que todo mi cuerpo reaccione al tacto de sus manos, hago lo mismo con Aiden y las mismas sensaciones llegan, siento que estoy llegando a mi límite, límite que aún no quiero pasar pero que tampoco quiero atrasar, siento calor en mi cuerpo y cuando quiero que ellos vayan más allá se detienen haciendo que habrá los ojos y totalmente confundida.
—No queremos que pase esto al menos que tú lo quieras de verdad y no por que te provocamos — habla Keyden.
—Si tú lo quieres dilo, si estás segura de ir más allá con nosotros dilo y así será — dice Aiden.
—Yo......quiero pensarlo.
..........
La noche se me hizo eterna, torturadora y más cuando tuve que estar ignorando a los gemelos para que mi cuerpo no reaccione ante su mirada, creo que la razón de esto es porque lo he marcado ya que nunca me había pasado esto, cada que los veía solo sentía un cosquilleo al igual que cuando los tocaba pero ahora es diferente a tal punto de que con solo una mirada de ellos mis hormonas se enloquecen.
En la cena mi mente estaba en todos lados menos ahí, cuando me hablaban se encontraban con una Kiara muy distraída y así estuve hasta el momento en el que la cena termino, y fue cuando salí prácticamente corriendo a mi habitación.