NovelToon NovelToon
SI PUDIERA SALVARNOS

SI PUDIERA SALVARNOS

Status: En proceso
Genre:Amor de la infancia / Autosuperación / Reencuentro / Cambio de Imagen / Riqueza en una noche / Pretendiendo ser otra persona
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Ivin quiere lo mejor para su familia y por eso esconde un secreto: por las noches es dama de compañía. Durante una noche de trabajo, se reencuentra con su crush de toda la vida. ¿Qué podría pasar cuando tu primer amor te confiesa estar enamorado de ti, pero tú estás en alquiler para otros hombres? ¿Por qué el amor es difícil a veces? ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué el amor no siempre nos salva?

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

DE TI

Abrí la puerta de mi habitación y él entró detrás de mí. Era la primera vez que le permitía acceso a mi mundo íntimo.

Dejé caer mi celular cerca de la cama (o sea, en el sofá que está pegado a lo que es mi cama), Manuel insistió demasiado en que quería ver mi arte y como niño chiquito con curiosidad prendida, así se puso de insistente al terminar de comer, que moría si no veía mi arte. ¡Qué dramático!

—¡Tu habitación está muy padre! ¿Tú la diseñaste?

El rostro de mi amado estaba superembobado con mi cuarto, sus ojos miraban con atención cada detalle. ¿Qué era lo que lo tenía así? Mi habitación era una combinación aesthetic-retro, las paredes eran de color blanco, escurrían algunas series de luces cerca del techo.

—Sí, yo la diseñé y poco a poco la he ido transformando. ¿Cómo ves?

—¡La neta es que te quedo muy padre!

Sonreí, mi crush me estaba halagando y eso me hacía sentir demasiado bien. ¡Si tan solo supiera la verdad! ¿Qué verdad? ¡Tú sabes a qué me refiero!

—¡Gracias! Y pues mira, aquí están mis pinturas —quise conducirlo a mi arte.

Le mostré mi área de trabajo, caminamos hacia una esquina de mi habitación, del lado derecho, justo en la esquina más cercana a mi ventana, allí estaba mi corazón abierto. ¿Me estaba desangrando? No, pero mi arte era mi corazón.

Un caballete que yo misma había hecho con algunos sobrantes de madera que papá sacó de sus últimos trabajos. La mesita de trabajo llena de pinturas y oleos; un lienzo a medio terminar en mi caballete y muchos cuadros terminados desde hace tiempo solían estar recargados en montón, a un costado de mi ventana.

Sus ojos parecían iluminarse cada vez que miraba mis cuadros.

—Veo que has mejorado demasiado, la neta es que nunca se me ha olvidado esa agilidad que tenías de dibujar y pintar. ¿Recuerdas que una vez te pedí ayuda para poder dibujar un perico?

Enarqué una ceja, no lo recordaba. ¿De verdad había sido un perico? ¿Un perico? Lo único que vino a mi mente en ese instante fue el recuerdo de una vez en que Manuel me pidió ayuda para dibujar los testículos del aparato reproductor masculino. ¡Estábamos en la clase de biología! ¡Obvio que no le confesaría aquel recuerdo!

—Pues la verdad no me acuerdo, fue hace mucho tiempo. Y casi todos me pedían ayuda con sus dibujos.

Sonrío de forma curiosa.

—Bueno, no importa. Yo no lo he olvidado y eso es lo que a mí me importa.

¿Importa? ¿Qué cosa importaba? ¿Yo le importaba? Una chispa de ilusión me hizo sonreír como boba. ¿Importa? ¿Le importaba tener recuerdos de mí? ¡No lo podía creer! Necesitaba averiguar más.

—¿Qué es lo que importa? —Me anime a preguntarle.

De pronto, todo esto me parecía como algo sumamente absurdo, un cliché que solamente estaba sucediendo en mi imaginación y que constantemente había visualizado en mi mente años atrás. ¿Mi crush frente a mí? ¿En mi habitación? ¿De verdad estaba sucediendo esto? Sin esperar su respuesta, mi acción fue repentina y casual, así tal cual lo es el enamoramiento.

Me acerqué a él y sin pedirle permiso le toqué la mejilla como si fuera una necesidad sentirlo. ¡Ahora era mi turno de hacerlo tambalear! Hice que mi lado curioso saliera a flote muy poco.

—¿Tú...? —Parecía titubeante ante mi tacto, como si mis dedos fuesen ágiles y poderosos en su piel. Tracé un camino desde su pómulo hasta la barbilla y la picazón ocasionada por sus vellos me hizo sentir bastante bien. Tocar a mi crush de esta forma hizo que una parte se calentara en mi interior.

Durante cinco meses había estado permitiendo que hombres desconocidos tocaran mis piernas. Mis manos. Mis mejillas. Mis rodillas. ¡Y esta vez era yo! Yo deseaba tocar a Manuel y mi corazón se excitó por esto que yo estaba haciendo.

—¿De verdad estás aquí? —Me atrevo a preguntarle.

Tocarlo me hizo suspirar interiormente, como si todas mis emociones se hubiesen alborotado. Sus labios se curvaron en una estúpida sonrisa totalmente hermosa.

—¿Te sorprende que esté aquí? —Manuel parecía dominar sus emociones de forma perfecta, mi tacto no pareció tambalearlo tanto como yo esperaba.

—Sí. La neta sí. ¡Pero bueno! Está chido que estés de regreso, aunque la neta, pensé que no volveríamos a vernos.

Me encogí de hombros y sonreí inocentemente.

—¿Por qué creíste que no regresaría?

—Pues es que te fuiste sin despedir.

—Mi padre tuvo la culpa de eso, pero puedes estar tranquila. ¡Ya estoy de regreso!

—Sí. Ya lo noté al tocarte.

—¿De verdad te sorprende verme aquí?

—Sí, aún no me lo creo que estés aquí, conmigo, en mi habitación.

Sus cejas se enarcaron de forma curiosa, las pupilas le brillaban mientras me miraba.

—Pues mira, yo aún me acuerdo de ti. El que haya ido a los Estados Unidos no significa que ahora estoy tocado por Dios. Yo sigo siendo el mismo Manuel de la secundaria, solo que más alto y musculoso. ¡Pero sigo siendo el mismo!

No pude evitar reírme por la forma en que estaba hablando de sí mismo.

—Por supuesto. Y qué bueno que estás de regreso. ¡Tu madre te extrañaba mucho! Algunas veces le hemos llevado pays y siempre habla de ti.

—¡Mi madre me quiere mucho!

¡Y yo también! ¡No tienes ni idea de lo mucho que me gustas! Se me prendió el fuego.

—Una madre siempre va a hacer todo lo posible por querer a sus hijos.

Asintió. De pronto, nos quedamos mirando en silencio, solo nos bastaba con poder contemplarnos de forma inocente. ¿Inocente?

—¿Qué fue lo que le paso a tu padre exactamente? —Su pregunta me hizo sentir de forma nostálgica.

Dejé de pensar en todas esas cursilerías que mi pensamiento fabricaba de nosotros dos. ¡Ojalá mis alas me hicieran alejarme de todo lo malo que pasamos aquí en casa! Luego me acuerdo que estaría siendo una completa cobarde al rendirme de esa forma tan cruel.

—Tuvo una meningitis a principios de este año. La neta casi se nos muere, pero su tratamiento le ha ayudado a mejorarse. Ahora está estable, está en recuperación con su tratamiento y bueno, la verdad es que nuestra vida ha cambiado mucho por todo esto.

—¿Tiene cura su problema?

—Al parecer sí y no. Bueno, tú sabes que esto de las enfermedades es totalmente incierto. Ahora mismo solo puedo decirte que todo mi trabajo es para poder pagar sus tratamientos y estudios médicos que necesita. ¡Yo tengo la esperanza de que pueda mejorarse! Y entré nosotros andamos echándonos la mano para darle lo mejor que podamos y ver si se recupera en el futuro.

La forma en que me miraba, me hizo sentir un poco sensible. ¡Me obligué a aclarar todo!

—Yo, también espero que las cosas puedan mejorar. Neta que no sabía nada de lo que estaban pasando, pero por lo que me dices y veo, han sabido ser fuertes. Si hay algo que yo pueda hacer, no dudes en pedirme ayuda. ¡Sabes que un día yo prometí que cuidaría de ti!

¿Neta dijo eso? Todos los días mi mente dedicaba segundos a pensar en lo que un día me dijo en el salón de clases. ¿Se acordaba de aquella promesa?

—Yo, bueno...

Su celular empezó a vibrar con el tono de llamada. La pantalla se encendió y al mirar el nombre, Manuel parecía desilusionado.

—¿Todo bien? —Me atrevo a preguntarle.

—Sí, todo está bien. Solo que surgió algo y creo que tengo que irme. Debo solucionar algo —el tono de su voz me hizo doler, a mi corazón le desagrado tanto esa idea, pero era algo necesario.

—¡Yo entiendo! Seguro surgió algo importante. ¡No te preocupes! Otro día vienes.

Metió su mano en su bolsillo y saco sus llaves del auto, del llavero comenzó a desprender algo que parecía ser un llavero en forma de brocha y pincel.

—Esto es para ti. Lo había comprado hace tres años cuando estaba por irme a los Estados Unidos y bueno, en ese tiempo ya no pude dártelo por equis razón. ¡Ahora por fin te lo estoy obsequiando! Siempre solía cargar con él.

Su mano se extendió hacia mí y a toda velocidad lo tomé con mi mano derecha. ¡Era un llavero un tanto curioso!

—¡Gracias por el detalle!

—No agradezcas, no tienes por qué darme las gracias. ¡Ya me voy! Espero verte mañana. ¿Y si vamos al cine?

—Sí, estaría bien.

—Va, entonces, nos ponemos de acuerdo.

1
Bella Maldonado Beltran
Excelente
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play