Ambos creían haber encontrado su final feliz, pero les rompieron el corazón de la forma más cruel.
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Capítulo 15
...Helios....
Finalmente, luego de tanta espera, llegó el día de firmar los documentos de divorcio. No les voy a mentir, al estar allí, frente al juez, dando fin al la historia de amor que yo mismo comencé junto a la mujer con la que compartí quince años de mí vida, se sentía melancólico.
Tenía tantas preguntas sin respuestas; ¿Por qué me engañaste? ¿No me amaste lo suficiente? ¿Me amaste alguna vez? ¿Algo de lo nuestro fue real para ti? ¿Te arrepentiste realmente en algún momento? ¿Te arrepientes ahora?
Pero, al verla allí junto a Connor, ansiosos de que ésto termine, sé que ella no se arrepiente.
¿Me amó? Eso no importa ahora, porque la vida que compartí con ella, ha quedado atrás. Pero no puedo decir lo mismo de mis sentimientos, ni del amor que aún siento por ella, porque lo que para ella fue una mentira, para mí fue real.
Creí que podríamos tener una ruptura sana y adulta, pero con Luna las cosas nunca han sido fáciles, y lo vuelvo a comprobar en éste mismo instante.
—Mi esposo nunca estaba en casa, me la pasaba días, semanas, he incluso meses completamente sola, mientras que él estaba con su amante –Reveló, dejándome en shock por sus mentirosas palabras. La miré, pero no tuvo el valor de observarme, en su lugar, me miró Connor, quien sonreía victorioso mientras la escuchaba hablar–. Supe recientemente que mí esposo tenía una amante, una niña, creo que es veinte años menor que nosotros –Mostró evidencia en la que pasaba tiempo con Oriana, y también la noche que a ambos nos traicionaron y bebimos tanto que tuvimos sexo en un hotel–.
—Señor Kramer, ¿Hay algo que quiera decir en su defensa? –Quiso saber el juez, mientras observaba las pruebas que Luna le había entregado–.
—Sí, tengo algo que decir, en primer lugar, eres una maldita puta y una zorra barata.
—Señor Kramer, por favor, el lenguaje.
—Segundo, sí, he tenido intimidad con esa joven, y lo hice luego de pedirle el divorcio a esa mujer –Señala a Luna– Porque la muy cínica se estaba cogiendo a mí mejor amigo y, no sólo eso, el bastardo que espera también es suyo. Que bueno que te conozco como la palma de mí mano, Luna, porque sabía que harías algo así, entonces yo también traje pruebas –Le entrega un sobre a su abogado, quién se lo pasa al juez, en el sobre había fotos, mensajes, y hasta videos con fechas exactas donde demuestra el amorío entre Luna y Connor–. No tengo problemas en darle lo que le corresponde por nuestros años de matrimonio, pero si lo que ella cree es que me quitara todo, entonces está muy equivocada.
El juez observó todas las pruebas con atención, mientras buscaba que clase de veredicto dar. Finalmente, luego de lo que pareció una eternidad, habló.
—Como ustedes llevan casados más de diez años, lo correcto sería darle la mitad a la señora Luna –Ella sonrió–, Pero al ver las pruebas de clara infidelidad y, considerando que usted le dejó la casa que compartían y también los dos autos, declaro que sólo debe darle un 10% de su fortuna, eso es todo, pueden firmar.
—¡¿QUÉ?! –Gritó Luna, mientras que Helios firmaba el acuerdo de divorcio tranquilamente–.
—Señora, por favor, no haga que le reduzca su parte –El juez, aunque fue calmado, se notaba la advertencia en su tono. Luna, quién odiaba perder, se mordió la lengua y finalmente firmó el acuerdo, acabando con el matrimonio que compartió con Helios–.
Cuándo todo acabó, Helios salió del lugar con un dolor en su corazón, por todos los años pérdidos, pero un leve destello de esperanza, pues ahora sabía que Luna no valía la pena y ahora tenía una nueva oportunidad de empezar de nuevo, incluso si eso significaba estar solo para siempre.
—Espero que estés feliz –La voz de la que alguna vez fue su esposa, lo detuvo–. Hiciste todo un drama por lo de Connor, cuando tú también tenías una amante y no conforme con eso, me quitaste lo que me correspondía legalmente.
—Yo nunca te he sido infiel, sí, me acosté con otra mujer y lo hice cuando ya estábamos separados, no trates de hacerme sentir culpable cuando la única traidora aquí, eres tú.
Sin decir nada más, salió a la calle para ir dónde su auto, pero no esperaba que al pisar la vereda; vería a su mejor amigo y a su nueva asistente esperándolo con un ramo de flores.
—¿Nathan? ¿Oriana? –Dijo con incredulidad, mientras se acercaba a ellos–.
—¡Felicidades por tu divorcio, amigo! –El hombre rió, mientras lo abrazaba. Luego, Helios se apartó y se acercó a Oriana, quién sonreía dulcemente en su presencia, por alguna razón, verla allí, con su preciosa sonrisa; le hacía sentir que no todo era tan malo–.
—Sé que ésto no es un momento de celebración, pero realmente estoy feliz de que estés separado de esa mala mujer –Comunicó, mientras tendía las flores hacia él– No diré felicidades, tampoco celebraré, pero te traje flores –Ella sonrió y él tomó las flores, causando que sus manos rozaran las suyas–.
—Gracias por estar aquí, bombón de licor, no sabía que te necesitaba hasta que te vi –Sonrió, y besó suavemente la frente de la mujer, mientras intentaba contener las lágrimas que amenazaban con salir–.
Él no estaba feliz por su divorcio, de hecho, se estaba muriendo en vida, pero saber que a su lado tenía un buen amigo y ahora una buena amiga, le demostraba que no estaba solo en ésto.
cómo estas
cuentame