Cristell obtiene una pasantía en una empresa de renombre. ¡Una oportunidad única! Sobre todo porque el CEO le da un puesto demasiado cercano a su corazón y así, ella descubre que su jefe se encuentra enamorado de una secretaria dulce. ¿Quién es esa señorita afortunada?
NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
QUÍMICA
Caminamos a la pista de baile. Papá solía bailar danzones con mamá y ellos me enseñaron lo que sé. Massimo me toma y yo correspondo. Nuestros pies fluyen al ritmo de la melodía. ¡Increíble!
—¿Te gusta la fiesta?
—Está bonita. Los festejados se ven felices y eso es lo importante.
—Sí nos casamos, ¿te gustaría que festejáramos nuestro treinta aniversario con una fiesta?
Su pregunta me parece acertada.
—Sí, estaría bien. Una fiesta sencilla.
—¿De qué sabor quieres el pastel?
—Pastel de queso con zarzamora.
—¿Mesa de dulces?
—Esa no puede faltar.
Nos reímos, somos cómplices de querer imaginar un futuro juntos.
—¿Cuál es tu dulce favorito?
—Me gustan mucho las gomitas enchiladas. ¡Con mucho chamoy!
—¿Cómo las que me diste a probar un día?
—Exactamente. ¿Y tú? ¿Cuál es tu dulce favorito?
Me mira con fijeza, nuestras manos están fundidas en una sola y creo que me estoy mordiendo el labio inferior.
—Tú —se atreve a decir y me flecha el corazón—. Tú eres mi dulce favorito.
Sus palabras me dejan impresionada y siento que hay rubor en mis mejillas. ¡Que cursi y romántico sonó!
—Pero yo no soy de azúcar.
—Tu carisma endulza mi vida y eso es mejor que la azúcar. ¿No crees?
Se me revuelve el estómago en emoción romántica y mi sonrisa es muy amplia. ¡Me encanta!
—Creo que sí. ¡Soy mejor que el azúcar!
La melodía finaliza, ambos volvemos a nuestra mesa y Alejandra nos mira con demasiada emoción. ¡Nos abraza con mucho cariño!
—Que gusto ver bailar a mi muchacho —dice ella—. ¡Te agradezco Cris! Tú lo estás cambiando.
—Antes yo solía estar sentado como aguafiestas porque no tenía ganas de bailar —dice él—. Ves que si estás endulzando mi vida.
Sus cejas se mueven coquetamente y me gusta estar aquí.
—Bueno, también deberías endulzar la noche y bailar una pieza con tu madre. ¿Verdad que quieres bailar, Ale? —Le pregunto a mi suegra.
—Sí, quiero bailar. ¡Préstame a este muchacho! Lo llevaré a brillar en la pista —dice ella.
—¡Lúzcanse! Yo iré al tocador —les hago saber.
Mientras ellos se deslizan hasta la pista de baile, yo voy a los sanitarios. Abro un cubículo y me meto allí. ¡Que fluya!
—¿Quién será esa mujer con la Massimo Ferrazzi esta muy pegado? Jamás la había visto —dice una mujer.
—¿Será su novia? —Pregunta otra mujer.
—Al menos no está fea, se ve que tiene buen gusto. Irradia estilo y clase —dice otra.
¿Y si supieran que las estoy escuchando? ¿Sí supieran que ese estilo y clase está orinando en el baño? ¡Me da risa!
—¿De qué familia será?
—¡No lo sé! Lo único que siento es envidia. ¡Ella logró conquistarlo! Cuántas veces no lo intentamos. Hasta Andrea Licona se estuvo arrodillando ante él y no le hizo caso. ¿Supieron el escándalo?
Así que los baños de fiestas ricas son el chisme de las vidas ajenas.
—¡¿Qué escándalo?! Dinos lo que sabes.
—Pues es que ella estuvo embarazada y aborto.
—¡No inventes! ¿Cómo sabes eso?
—Santiago me lo dijo, porque resulta que Andrea se metió con Massimo en una fiesta cuando ambos estaban súper borrachos.
Aquello que escuché me sorprendió bastante, mi risa desapareció y de pronto, no entendí nada de lo que estaba pasando
—¿El bebe era de Massimo?
—Bueno, no se sabe porque Rubén también estaba allí con ellos.
—¿Y cuando pasó eso?
—Hace como tres años.
—¿Y por qué nos dices apenas?
—Porque Santiago me dijo recién. ¡Pero ya saben! De esto ni una palabra.
—¡Rubén siempre anda metiéndose en lugares donde no debe! ¿Vino a la fiesta?
—Sí, lo vi en la barra de bebidas.
—Voy a sacarle la información.
—¡No seas imbécil! Les digo esto porque saben que...
La puerta del baño se abre, me pongo de pie para alistarme y salir del cubículo.
—¡Qué guapa estás Andrea! —Le dice una de ellas.
Tiro de la carga de agua, abro la puerta del cubículo, todas giran su atención a mí y con una sonrisa inocente me abro paso hasta los lavabos. ¡Mi presencia las incomoda! Puedo notarlo.
—La más guapa de todas es Cris. ¿Ya la conocen? —Dice Andrea.
—¡No es verdad! Todas lucimos espectaculares esta noche —me atrevo a decir.
—¿Tú vienes con Massimo? —Se atreve a preguntar una mujer con vestido amarillo.
—Sí, ella viene con Massimo. ¡Es su novia! —Les informa Andrea.
Entonces el rostro de las tres chismosas se desdibuja con mucha facilidad. Mi sonrisa es mi arma más poderosa en este momento. ¡No quiero relacionarme con ellas!
...🫦🫦🫦...
Massimo conduce camino a mi casa. Esta vez le pedí que pusiera un poco de música y él me dejó poner mis canciones.
—¡Gracias por acompañarme!
Me mira por algunos segundos.
—Gracias por invitarme, me gustó la fiesta.
Cuando el auto se detiene frente a mi casa y llega la hora de despedirnos, me armo de valor para preguntarle.
—Quiero preguntarte algo delicado —no tengo miedo, pero si estoy buscando las palabras adecuadas.
—Claro.
Respiro, quiero que mis pulmones tengan el aire suficiente para no sonar nerviosa. ¡Exhalo!
—¿Tú quieres tener hijos?
—Sí, me gustaría tener hijos.
—Escuché un rumor y yo sé que un rumor no debe tener importancia, pero quiero esclarecer mi mente porque realmente confío en ti —le digo—. ¿Andrea Licona estuvo embarazada de ti?
Su semblante no cambia, no hay sorpresa y tampoco hay vergüenza. ¡Él me mira con buenos ojos!
—No. Ese rumor es falso —en ningún momento aparta la mirada de mí—. Yo estuve en esa fiesta y efectivamente, me emborraché pero no pasó nada entre ella y yo. Suelo ser muy cuidadoso y para prueba de ello es que mi chofer me fue a recoger esa noche antes de que Andrea se quedara a solas con Rubén, alguien a quien yo consideraba mi amigo.
—Gracias por contarme esto. Confío en ti y por eso no dude en preguntarte.
Su sonrisa me gusta, decido tomar su mano y él hace que sus labios planten un beso en mi dorso. ¡Me gusta!
—Gracias por confiar en mí. Soy una figura pública, es evidente que mi vida está rodeada de rumores. Cuando tengas alguna duda, no dudes en preguntar, yo te diré la verdad.
—Por supuesto. Tú también puedes hacer lo mismo conmigo, decirnos la verdad también es demostrar amor.