“Primero fue una obsesión... luego, una condena disfrazada de amor.”
Dayana dejó atrás su mundo para perseguir un futuro como estudiante de medicina, sin saber que su destino cambiaría con una sola mirada en un aeropuerto. Suang, un hombre frío, poderoso y marcado por la oscuridad, la quiso solo porque no podía tenerla.
La obligó a ser su esposa, no por amor, sino por capricho.
Pero con el tiempo, algo inesperado comenzó a quebrar su control: el amor. Un amor que llegó demasiado tarde.
Encerrada en una jaula de lujos, Dayana aprenderá que no todos los sentimientos salvan… algunos destruyen.
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#15
Dayana sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo al ver al hombre del Club Excelsior sentado en la cama del hospital. A pesar del nerviosismo que la invadía, entró a la habitación y se acercó a él.
Al aproximarse, notó que su camisa estaba empapada de sangre. Dayana se esforzó por mantener la calma y la profesionalidad, pero no pudo evitar sentir un escalofrío al ver la gravedad de la herida.
El hombre también se veía un poco sorprendido por su aparición. La miró con una expresión de sorpresa y curiosidad, como si no esperara verla allí.
- po... podría quitarse la camisa…- Dayana podía jurar qué su cara parecía un tomate - por favor- dijo finalmente
suang la miró en silencio por unos minutos- de acuerdo - dijo en voz baja
Suang se quito la camisa lentamente tratando de no lastimar la herida más de lo que ya estaba. Dayana intentó mantener la calma mientras observaba a Suang quitarse la camisa. La herida era más grave de lo que había imaginado, y Dayana se esforzó por no mostrar su sorpresa.
-Voy a necesitar limpiar la herida y evaluar su gravedad- dijo Dayana, intentando mantener un tono profesional.
Suang asintió en silencio, y Dayana comenzó a trabajar en la herida. Mientras limpiaba y evaluaba la lesión, Dayana no podía evitar sentir una sensación de curiosidad sobre Suang. ¿Quién era?, y ¿qué hacía hay?
por su lado suang no podía apartar la mirada de Dayana pues en el momento en el que entró se sorprendió mucho cuando la vio, pero ahora lo que más llamaba su atención era lo linda y tierna que se veía con sus rizos sueltos cubriendo toda su espalda. El olor a chocolate que desprendía era irresistible, y al estar cerca de ella, podía percibir un dulce olor a vainilla que emanaba de su cuerpo. La cercanía de Dayana lo envolvía en una sensación de calidez y comodidad, y no podía evitar sentirse atraído por ella.
Suang no podía dejar de mirarla, fascinado por su belleza y su presencia. La forma en que sus rizos se movían suavemente al ritmo de sus movimientos, la manera en que su piel se iluminaba bajo la luz de la habitación, todo ello lo hipnotizaba.
Dayana, por su parte, estaba tratando de mantener la calma y la objetividad, pero no podía evitar sentir una conexión con Suang. La forma en que la miraba, la manera en que se sometía a su cuidado, todo ello la hacía sentir una sensación de responsabilidad y cuidado hacia él. Pero también sentía un creciente nerviosismo que podía sentirse casi como miedo hacia él, una sensación que por más que intentaba no podía ignorar.
Dayana se apartó de él y fue a uno de los cajones que se encontraban en la habitación pues tenía que buscar los implementos para poder cerrar la herida.
- todas las enfermeras andan por el hospital en pijama- dijo Suang con una sonrisa lasciva y los ojos entre serrados
Dayana se detuvo de sus movimientos y mirando su cuerpo sintió una gran vergüenza. Sus mejillas se enrojecieron instantáneamente y se sintió expuesta. pues solo llebava puesto un camisón de tirantes con escote y un pequeño chort. Rápidamente, tomó una bata que estaba colgada en un rincón de la habitación y se la puso, tratando de cubrir su cuerpo. Mientras se cubría, se disculpó con Suang, tartamudeando un poco.
-L-lo siento mucho- dijo, tratando de recomponerse. -No debería haber... no debería haber estado tan descuidada-
Suang solo la observaba divertido por su reacción, su comentario realmente la había avergonzado. Pero no la culpaba pues la ropa que llevaba puesta apenas cubre su cuerpo, un pequeño camisón de tirantes qué por debajo de este se asomaban sus pezones y un pequeño short qué a duras penas le cubre ese regordete culo.
Suang podía sentir como su corazón latía más fuerte y como las manos le empezaron a picar en el momento que Dayana se acercó nuevamente
- como te Llamas - dijo con voz áspera y profunda, tratando de distraerse para no terminar haciendo una tontería
Dayana lo miró con duda y después de un rato contexto-...Dayana …- dijo en voz muy baja
Suang la miró con intensidad, su voz áspera y profunda hizo que Dayana se sintiera un poco incómoda. -Cuantos años tienes- preguntó, esperando una respuesta.
Dayana tragó saliva y respondió en voz baja, -T-tengo 18 años- tantas preguntas la estaban sacando de quicio
Suang asintió, su mirada no se apartaba de la suya. "¿18?" pensó" !Ja! Es una bebe"
Suang sonrió ligeramente, su mirada se volvió más intensa. "¿ de donde vienes?", preguntó, su voz baja y seductora.
- ¿qué es esto? - lo miró- ¿un interrogatorio?- respondió abruptamente
Dayana bajó la cabeza rápidamente al darse cuenta de su error. Suang la miró en silencio y luego sonrió
- que insolente eres, ¿acaso no sabes quién soy?- dijo en tono serio pero a la vez despectivo y arrogante
- no, no sé y no me interesa- dijo mordaz mente mientras terminaba de ponerle El vendado
Antes de Suang pudiera contestar Dayana hablo -no puede mojar la herida y tienes que cambiar el vendaje cada 24 horas para evitar una infección, mi colega vendrá y le darás instrucciones- y con eso Dayana salió rápidamente de la habitación
Suang sonrió con la comisura de sus labios "baya, que chica tan encantadora" pensó con ironía mientras golpeaba el interior de su mejilla con su lengua
- esa niña será mía - se recostó en la camilla poniendo sus brazos a cada costado de su cabeza