Carolina de recién 18 años acostumbrada a trabajar desde los 15 años que envuelva en problemas y cansada de abusos acepta emigrar al extranjero con visa de trabajo por una buena propuesta tratando de huir de todo eso.
Al llegar allá poco tiempo le duro la libertad, fue llevada con engaños solo para saldar con ella un gran deuda ofreciéndola en matrimonio, para el hijo de un mafioso.
Quien la lleva era en realidad un vendedor de droga, adicto y jugador de mal alma que debia a muchas organizaciones por producto y su virginidad de ella ofresio como pago, ella descubre que fue el pago de la deuda de su padre y por eso se la llevaron con engaños.
Acompáñame a vivir cada sentimiento de Carolina y para los que pedían segunda parte de la novela "Sueños Rotos" aquí nos encontraremos con lo que paso después de muchos años y veremos a Celeste...
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LA BODA
Mientras el jefe de seguridad disponía todo el señor Tomandl ya estaba parado frente suyo y nada contento de ver a su hijo y su novia entrar así.
J Seguridad: "Jefe hay personal que traiciono al joven y a la organización vendiéndose a los rusos pensaban dopar a la novia de su hijo y sacarla después de matar a todos, no eran estilistas los que vendrían eran sicarios disfrazados, la mucama ya está muerta, pero allí deje personas inocentes solo que no sé quienes son ahora, perdón jefe fue falla mía todo ocurrió en mis narices".
Sr. Tomandl: "Me has traído a mi hijo vivo y a su novia que es por lo que veo su razón de existir, jamás vi a mi hijo así, si él la ama yo lo apoyo la boda se llevara a cabo ahora y sin invitados avisa a todos que no vengan, ya mandaré por el cura y el juez en este momento".
El señor Tomandl entro saco de su guardarropa un vestido que guardaba con amor porque fue de su difunta esposa, tomo unas joyas en una cajita y las llevo a la habitación de su hijo donde Carolina lloraba en sus brazos.
Sr. Tomandl: "Hijos veanme, sé que ese Jesua mintió y ella tiene en realidad solo 18 años, pero díganme se quieren casar, mírame Carolina ¿te quieres casar?".
Carolina: "Señor yo si me quiero casar, pero no quiero vivir en esa casa ni en una con tanto empleado donde no sabes en quién confiar, no me caso por su dinero hagan un buen documento con lo que vengo me voy el día que él se canse de mí, pero si quiero intentar ser feliz con el, me siento protejida a su lado pero solo si esto no da más problemas por supuesto, aveces creo que mi vida es solo causa de desgracias y no quiero eso para Sebastián".
Sebastián: "No digas eso mi amor yo te amo, voy a defender nuestro amor y seremos muy felices regresaremos juntos a hacer tu casita y a votar al zángano de tu padre que pago contigo su deuda con Jesua".
Sr. Tomandl: "¡Dejen de llorar los dos que nadie los va a separar!, Carolina tranquila hoy se termina esta guerra, yo mismo pagaré la deuda a ese ruso ridículo asqueroso que quiere ponerte las manos encima y me encargaré yo mismo de Jesua, ahora cámbiense en tu closet hay muchos trajes nuevos hijito toma cualquiera la boda será en privado ahora y ella no necesita nada más que el vestido de tu madre y estas joyas, ella ya es bella sin maquillajes, los espero abajo".
El señor salió y Sebastián abrazaba a Carolina y la calmaba.
Sebastián: "Carolina yo me enamore de ti desde la primera foto tuya que recibí se que tengo 10 años más que tú, pero permíteme protegerte y tratar desenamorarte cada día, yo no trabajo en la mafia tengo negocios legales pero me protegen por ser un Tomandl ahora tú serás Carolina Tomandl".
Carolina: "Hoy te conocí me has protegido y cuidado, si fueras malo ya te hubieras aprovechado, solo déjame estar a tu lado y corresponderte, pero todo a mi paso sí, jamás tuve un novio mi primer beso fue ese que te robe en el pasillo de tu casa, intentemos ser felices Sebastián".
Sebastián: "Lo que tú me pidas y al ritmo que quieras ir si no pasa nada y no te enamoras de mí no hay problema, pero no me alejes de esos ojitos con los que e soñado por dos años, yo no tengo exnovias ni nadie que venga a reclamar nada, trabajo casi con varones y las jóvenes no las soporto porque solo se acercan por dinero nada más, ahora cambiémonos que mi papá no es de mucha paciencia".
Carolina se cambió en el closet y él en la habitación ella solo se hizo ayudar a cerrar el cierre del vestido, a ponerse la gargantilla y ella se puso los aretes, ya listos solo se quedaron abrazados, en eso tocan la puerta y sale Sebastián a abrir era el señor jardinero quien con mucho talento armo un hermoso bouquet hecho de rosas blancas del jardín que a Carolina le encantó, el señor les dijo que todo estaba listo abajo y bajaron tomados de las manos.
Su padre retuvo a Carolina en la puerta y le dijo que él la llevaría hacia ese altar que se veía, Sebastián beso su mano y le dijo que esté tranquila.
Carolina temblaba y en señor Tomandl le pidió que confíe en él que él los protegería, la marcha nupcial sonaba y él avanzó con la novia, la entrego a su hijo y les deseo que fueran muy felices.
El sacerdote inició con la celebración del matrimonio y al ver todo tan custodiado se dio cuenta que algo pasaba así que fue una ceremonia breve, pregunto a ambas partes si estaban de acuerdo y se dieron las alianzas, él bendijo la unión diciendo "Lo que Dios ha unido no puede ya separlo él hombre puede besar a su esposa".
Sebastián tomó a Carolina del mentón y le dio un beso real uno largo y con pasión que fue interrumpido por su padre para que firmaran los documentos del matrimonio civil ante el juez que luego que firmaran salieron del lugar custodiados el Juez y el Sacerdote.
Todos entraron a la casa excepto la seguridad, Carolina estaba nerviosa sabia que algo pasaba y no se aguantó en el oído le pregunto a Sebastián y él le respondió que no sabía, ella le pidió que no la deje un solo momento, él la abrazo fuerte él señor Tomandl llamo a ambos a su oficina ambos entraron.
Sebastián: "Si nos traes aquí es porque pasa algo grave papá, ¿qué pasa?".
Sr.. Tomandl: "Hace 20 minutos los rusos atacaron tu casa y sé qué vienen para acá ya sabes la clave y solo la sé yo nos defenderemos, pero no podría si sé que mi hijo corre riesgo, de mí no te preocupes traigo chaleco antibalas solo entren y no salgan hasta que yo los saque de ahí, después de esto el ruso queda en deuda impagable conmigo el que viene es su hijo no él, ustedes entren yo iré a poner a salvo a la servidumbre en la otra habitación háganlo ya".