NovelToon NovelToon
Atrevete Amar Al Mafioso

Atrevete Amar Al Mafioso

Status: En proceso
Genre:CEO / Matrimonio arreglado / Amor-odio / Atracción entre enemigos / Mujer despreciada / Venganza de la protagonista
Popularitas:23.5k
Nilai: 4.6
nombre de autor: valeria isabel leguizamon

Julia siempre ha sido una mujer de carácter fuerte, marcada por un pasado trágico que la dejó sin fe en el amor. Como hija de un CEO millonario, su vida está rodeada de lujos, pero también de heridas: su madre, destrozada por las infidelidades de su padre, terminó quitándose la vida. Ahora, su padre insiste en que Julia se case, organizando citas con hombres que él considera "adecuados". Pero Julia tiene un plan: sabotearlas todas.

Todo cambia una noche, cuando Julia, cansada de las manipulaciones de su padre, llega a una cita y, por error, se sienta en la mesa equivocada. Sin saberlo, su mordaz actitud y su lengua afilada despiertan el interés de un hombre que no es su cita: un peligroso mafioso acostumbrado a obtener lo que quiere. Fascinado por su audacia, él queda obsesionado con conquistarla, sin importar el costo.

Lo que comienza como un juego de poder y seducción pronto se convierte en una atracción incontrolable que arrastra

NovelToon tiene autorización de valeria isabel leguizamon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 13

El aire frío de la noche envolvía la ciudad mientras Adrián sujetaba con firmeza el volante, su mirada fija en la carretera, aunque su mente no podía dejar de pensar en Julia. La había visto destrozada, un mar de lágrimas y emociones a punto de desbordarse. Cada vez que se cruzaban sus miradas, Adrián sentía que algo profundo se conectaba entre ambos, pero también sabía que las heridas de Julia no podían sanar de un día para otro. No era solo su padre, ni solo su madre... era todo lo que había vivido en silencio, todo lo que se había callado para sobrevivir.

Cuando llegaron a su departamento, Adrián la ayudó a salir del coche, su mano en la espalda de Julia, guiándola hacia el edificio. Julia, exhausta emocionalmente, apenas hablaba. Adrián podía sentir la tensión en su cuerpo, como si cada paso que daba fuera un esfuerzo. Pero lo que más le sorprendió fue que, a pesar de su resistencia habitual, esta vez ella no lo rechazó. No apartó su mirada ni lo empujó lejos como en otras ocasiones. Algo en él, en su presencia, parecía darle un respiro.

El departamento de Adrián estaba en completo silencio, salvo por el sonido tenue de la ciudad que llegaba desde la ventana abierta. El aire olía a madera y cuero, un toque masculino, pero también acogedor. Cuando entraron, él la guió hacia el sofá, invitándola a sentarse, pero Julia se detuvo, mirando el espacio con una mezcla de incertidumbre y necesidad. No estaba acostumbrada a sentirse vulnerable, pero algo en su interior le decía que debía dejarse llevar.

—Puedes quedarte aquí, no te preocupes —dijo Adrián, su tono suave y tranquilo. No había prisas, no había presión, solo el deseo de que se sintiera segura. No quería forzarla, pero sabía que la situación era más complicada que nunca.

Julia asintió, su cuerpo aún temblando ligeramente. La tensión que había estado acumulando durante semanas, meses, años incluso, parecía desbordarse en ese momento. Sus ojos se encontraron con los de Adrián, y sin decir palabra, algo cambió. Algo en el aire. Algo que les decía que esa noche no iba a ser como las demás. No podía serlo.

Adrián la observó por unos segundos, esperando que dijera algo, que tomara la iniciativa de alguna manera. Pero Julia estaba sumida en sus pensamientos, el dolor reflejado en su rostro. No podía escapar de todo lo que había dejado atrás, de su familia, de su madre, de su propio corazón roto. El espacio entre ellos se llenó de silencio, un silencio denso y pesado, hasta que Adrián dio un paso hacia ella. De repente, se acercó con la delicadeza de quien no quiere romper la frágil burbuja de confianza que había comenzado a formarse entre los dos.

—Julia —dijo suavemente, alargando la mano hacia su rostro, tocando su mejilla con ternura, como si fuera un gesto que pudiera sanar todas las cicatrices que llevaba consigo—. No tienes que estar sola en esto.

Julia no respondió, pero no se apartó. Sentía que sus defensas comenzaban a desmoronarse, que la rigidez de su alma se deslizaba lentamente hacia la vulnerabilidad. Por primera vez, se permitió estar completamente allí, con él. Se dejó mirar, dejarse ver sin miedo, sin tener que ocultar lo que sentía.

Adrián, con una comprensión que ella no sabía que él tenía, no dudó. La atrajo hacia su pecho con suavidad, envolviéndola en un abrazo cálido y seguro. La sensación de sus brazos alrededor de ella, de su respiración suave y pausada, fue lo único que Julia necesitaba en ese instante. Cerró los ojos, dejando que las lágrimas finalmente fluyeran. Un llanto ahogado, profundo, lleno de una tristeza acumulada durante tanto tiempo. No tuvo miedo de dejarse ir.

Adrián no dijo nada más. En lugar de eso, la sostuvo con una fuerza gentil, permitiéndole llorar en sus brazos sin intentar detenerla. Sabía que no había palabras que pudieran calmar su dolor, pero su presencia, su apoyo, era lo único que podía darle en ese momento. Julia, en todo su dolor y fragilidad, se entregó a él. Sus lágrimas caían sin cesar, pero por primera vez en mucho tiempo, no se sentía sola. No se sentía como si tuviera que cargar con el peso del mundo sobre sus hombros.

El sonido del llanto de Julia era suave, casi melancólico, pero Adrián no se apartó. La abrazó con más fuerza, permitiéndole liberarse de todo lo que había estado reprimiendo. Ella se acurrucó más cerca de él, buscando consuelo, buscando algo que la ayudara a olvidar, aunque solo fuera por un momento, la vida que había tenido que enfrentar sola.

—Está bien —murmuró Adrián, su voz cálida y reconfortante—. Te entiendo. No tienes que esconderte de mí. Estoy aquí.

Esas palabras, tan simples pero tan poderosas, hicieron que Julia se aferrara aún más a él. Un nudo se deshizo en su interior, una parte de ella que nunca había permitido que nadie tocara. Por un breve momento, todo lo demás desapareció. No había más recuerdos dolorosos, no había más decepciones familiares, solo el ahora, el presente que compartían, aunque fuera por un instante.

Adrián continuó acariciando su espalda con suavidad, tratando de calmarla, de tranquilizarla. Sabía que Julia no confiaba fácilmente, que su vida había sido una serie de traiciones y desilusiones, pero él no tenía la intención de ser otro más en su lista de personas que fallaron. No quería que ella sufriera más. La había visto tan frágil, tan rota, y aún así tan increíblemente fuerte. Ella merecía algo mejor, y él estaba dispuesto a ser ese "mejor".

El tiempo pasó en silencio, solo interrumpido por los sollozos de Julia que lentamente comenzaron a disminuir. El llanto se hizo más suave, hasta que finalmente se quedó en un suspiro quebrado, agotada, pero al menos algo más ligera. Adrián siguió allí, manteniéndola en sus brazos, dándole el espacio que necesitaba, pero también sin soltarla. Sabía que ese era el momento de darle lo que nunca había tenido: el permiso de ser vulnerable, el permiso de necesitar a alguien.

Finalmente, Julia levantó la cabeza, los ojos rojos y llenos de lágrimas, pero también con una expresión diferente, más tranquila. Sin palabras, se quedó mirando a Adrián, y aunque no pudo articular lo que sentía, sabía que algo había cambiado entre ellos. No solo en ella, sino en la forma en que lo veía a él. Adrián había sido su roca esa noche, su refugio.

—Gracias —susurró, su voz quebrada, pero sincera. No sabía cómo más agradecérselo, ni cómo podía devolverle ese consuelo, pero lo decía con el corazón. Ella sabía que él estaba allí por ella, que no iba a dejarla ir, que no era una más en su vida. En ese momento, eso era lo que más necesitaba oír.

Adrián sonrió, aunque su sonrisa no era de satisfacción, sino de comprensión.

—No tienes que darme las gracias. Solo... deja que te ayude —respondió con suavidad.

Julia asintió en silencio, permitiéndose descansar en su abrazo, sabiendo que por primera vez en mucho tiempo, había encontrado un refugio en alguien que no la había abandonado.

1
Ana Veronica Pineda Gonzalez
y las camaras que el puso en la masion y su guardespalda que las tenia vigilada
Ana Veronica Pineda Gonzalez
donde estan las camara que puso Adrian y el amigo que tenia vigilada a esas locas????
Nery Guerrero
porfa no tardes en escribir más capitulos
Nery Guerrero
Gracias por seguir escribiendo está muy buena tú novela
María G. Briceño Díaz
Excelente
Elena Marie Rivera
Enserió que lastima que ya no vas a estar disponible...
Nery Guerrero
Dinos en q otra parte la vas a colocar porqué tu novela esta muy buena y quiero seguir leyendo
ShanyLop
En serio?
Maria Yaneth Castrillon
que rabia siempre es lo mismo lo dejan en lo mejor
Rosytha CrUz
quien es camila...???
o quizá se refiere a eilana o como se llame 🤔
ShanyLop
Muy buena
Natalia Morales
hasta ahora me atrapó cada capítulo segui así está buenísima
ShanyLop
Escritora y ahora quién es Valentina ups 😬 me perdí con la mezcla de nombres
ShanyLop
Tengo una duda.. La hermanastra se llama Eliana o Camila? o son 2 personajes diferentes?
ShanyLop
Felicitaciones. Me gustan las protagonistas que no se dejan
ShanyLop
Muy buen comienzo
Bertha Viveros Bermudez
Excelente
Nini Marin
Adrián mira los vídeos y vea lo que planearon estas dos arpias
Nini Marin
me parece que Julia lo hizo muy bien
Nini Marin
hasta el momento Adrián se ve que tiene buenos sentimientos por Julia pero no sé en el fondo cual sea el interés,me gustaría que tanta dicha fuere verdad
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play