Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 15: Desde lejos
ÁLVARO GRUBSTEIN
Alisté mi maleta de viaje. Primera parada en España, luego Francia, seguido de Alemania y nuestro último destino, Suecia.
Durante todo el viaje ignoraba al guardaespaldas y a Anne. Tenía un solo objetivo y era ver a Ari, conversar con ella.
Llegamos a Suecia. Nos ubicamos en un hotel cinco estrellas. Cada uno en cuartos separados. El guardaespaldas en el cuarto siguiente siempre está vigilando cada paso que daba.
Me sentía un poco nervioso, necesitaba armar un plan para escabullirme de las manos de estos dos.
— Álvaro— la miré frunciendo el entrecejo— me has estado ignorando todo el viaje, se supone que querías viajar conmigo.
— Se supone— le sonreí— ¿A dónde quieres ir?
— Busqué en internet que hay una discoteca muy buena y de moda acá. Podemos bailar y tomar un poco.
En ese momento se me ocurrió una idea.
— Está bien.
Entré a mi cuarto. Me duché y me arreglé. En ese momento encendí mi celular. Abrí mi Instagram, me atreví a escribirle a Ari.
— Hola, Soy Álvaro. Estoy en Suecia. Necesito hablar contigo. Te veo en la discoteca "X" a las 10:00 pm. Por favor ve, te lo ruego.
El mensaje fue leído casi de inmediato, Pero no respondió.
Llegamos a eso de las 8 de la noche, la discoteca estaba aún poco vacía, nos sentamos y pedimos bebidas alcohólicas.
— Ey, siéntate con nosotros— le decía al guardaespaldas, Freddy.
— No joven, estoy de servicio.
Me acerqué y lo tomé de los hombros.
— Solo está vez. No le diré nada a mi padre. Relájate. Siéntate.
Él se sentó. Aunque costó convencerlo.
Me acerqué a la barra y le pedí al bar tender que me sirviera el licor más fuerte, el que emborrachaba más rápido.
Él sonrió.
— Tengo un polvito mágico que puedes mezclar con la bebida, solo que sé discreto.
Mi plan había dado un giro inesperado. No sé me había ocurrido drogarlos.
— Está bien. Pon solo a dos vasos.
El bar tender hizo lo suyo. Tomé los dos vasos y los llevé a la mesa y se los ofrecí a tomarlos.
—Voy por mi bebida. No empiecen sin mí— Tenía que disimular.
Fui de nuevo a la barra.
— Sírveme algo, que no contenga alcohol. Soy el chofer asignado — le sonreí. Pagué por el servicio.
Llegué a la mesa. Me inquietaba un poco. Los dos se bebieron toda la bebida. Revisaba mi reloj a cada rato, esperando algún efecto hasta que diez minutos después, Anne empezó a sentirse mal, seguido de Freddy. A cómo pude llevé a los dos a tomar un taxi. Llegamos al hotel, los puse a los dos en la habitación de Anne. Cerré la puerta y salí de nuevo a la discoteca. Faltaban cinco minutos a las diez de la noche.
Entré a la discoteca buscando a Ari, había una gran posibilidad de que ella no llegará. No había contestado mi mensaje por Instagram. Ari no estaba adentro. Volví a escribirle.
— Estoy fuera de la disco. Por favor quiero hablar contigo— nuevamente el mensaje fue leído de inmediato.
Empezaba a sentir una gran decepción. Mis ojos miraban el celular, mordía mis labios y fruncía el entrecejo. Mi esperanza se vino abajo cuando miré mi reloj, eran las once de la noche, había pasado una hora.
Desilusionado guardé mi celular. Miré el cielo. En el fondo yo sabía que ella no iba a venir, después de todo lo que ha pasado.
Tomé un taxi y regresé al hotel. Me encerré en mi cuarto.
ARI BLANCO
Álvaro aquí. Llegué a la discoteca. Lo ví desde lejos. No pude acercarme, mis piernas me temblaban, mi corazón sentía un peso. Él se casó con Anne. Él es un hombre casado. Aunque siendo muy honesta conmigo misma, quiero ir y reclamarle, preguntarle por qué, Pero soy una maldita cobarde.
Vi como se subía a un taxi.
¿Por qué soy una cobarde? Solo tenías que escuchar lo que iba a decir.
Abría insta a cada rato. Mis dedos pulgares se tocaban uno al otro, miraba el teclado mordía mis labios, cerraba y apuñaba mis ojos una y otra vez.
Envié una H por error a eso de las 11:34 pm. Abrí mis ojos como platos.
— Ari. Hablemos. Pronto regreso, ya no sé si habrá otra oportunidad. Ven al hotel "M", Habitación 302.
No tengo nada que perder. Lo repetía una y otra vez. Tomé un taxi y fui al hotel. Toqué la puerta. Parecía un bloque de hielo.
Álvaro abrió la puerta. Nos miramos sin decir nada un par de minutos. Él tomó mi mano y me jaló hacia dentro de su cuarto. Me abrazó con fuerza. Cerré mis ojos llenos de lágrimas.
—Perdóname— Álvaro lo repetía una y otra vez — No tuve opción. Te he pensado durante este tiempo.
— ¿Por qué no regresaste a la escuela? ¿Por qué te casaste con Anne?
— No tuve opción. Me voy a librar de Anne en cuatro años. Espérame.
No dije nada. Él me besó, respondí a ese beso con todo el sentimiento del mundo, tenía lágrimas que rodeaban todo mi rostro. Lo abracé.
— Te amo Ari— me dio un beso en la frente.
Sé que él es un hombre casado en este momento y puede que esté mintiendo Pero quiero creer que me ama.
— Yo también te amo Alvaro. Quiero creer en ti— fue lo único que dije.
Nos despedimos con un beso. Salí del hotel y regresé a la residencia.
ALVARO GRUBSTEIN
Saliendo Ari del hotel. Entré al cuarto de Anne. Anne y Freddy estaban desnudos en la cama, bien dormidos. Tomé un par de fotos y salí discreto sin hacer ruido. Con esas fotos mi vida ha cambiado por completo. Por fin podré deshacerme de ella.