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Que Empiece Mi Reinado.

Que Empiece Mi Reinado.

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Amantes del rey / Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación / Mundo mágico
Popularitas:20.9k
Nilai: 5
nombre de autor: abbylu

La autora de esta historia se queda dormida frente a la computadora y, mágicamente, la protagonista de su propia novela la obliga a tomar su lugar, ya que le pareció muy injusta la forma en que la autora trató a su familia.
¿Podrá nuestra autora sobrevivir a su propia trama...?

NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 6

Dos días habían transcurrido desde que Lara y Santiago emprendieron su viaje de regreso hacia Amatista. El trayecto había sido arduo, pero el príncipe se recuperaba poco a poco de las heridas sufridas durante su cautiverio. Sin embargo, el destino les tenía preparada una última prueba antes de llegar a salvo al palacio.

A pocos kilómetros de las murallas del imperio, un grupo numeroso de bandidos los esperaba agazapado entre los árboles y colinas. Al aparecer la silueta de los viajeros, se adelantaron con paso decidido y armas en mano, bloqueándoles el camino.

Santiago tensó la mandíbula. Aunque aún no estaba completamente restablecido, se irguió y conjuró una espada mágica. Su cuerpo aún dolía, pero su voluntad estaba más firme que nunca.

—Intenta no morirte, aún me debes mi gran recompensa —le dijo Lara, sin apartar los ojos del enemigo, con una media sonrisa en los labios.

Santiago esbozó una mueca cargada de determinación.

—Sobrevive tú también... y te haré rica.

—Te tomo la palabra —contestó ella, aferrando con fuerza su espada. Alzó la voz hacia los atacantes, su tono burlón y desafiante—: Señores... ¿en qué podemos ayudarlos?

Uno de los bandidos, un hombre corpulento con una cicatriz que le cruzaba el rostro, dio un paso al frente y escupió al suelo.

—Entréganos al príncipe y podrás irte, linda. No queremos hacerte daño.

Lara rió. Una carcajada seca y audaz.

—Gracias, pero prometí llevarlo de vuelta con vida. Y yo jamás rompo mis promesas.

El líder chasqueó los dedos, impaciente.

—En ese caso, morirán los dos. ¡Traigan sus cabezas!

Sin esperar más, los bandidos se abalanzaron sobre ellos. Lara se adelantó, ágil y letal, su espada brillando bajo la luz del sol. Santiago luchó a su lado, canalizando su energía mágica para repeler a los enemigos más cercanos. Sin embargo, por cada uno que caía, otros dos tomaban su lugar.

Los dos combatientes retrocedían poco a poco. El terreno comenzaba a volverse desfavorable y Santiago ya mostraba señales de agotamiento. Fue entonces cuando Lara tomó una decisión drástica.

Respiró profundo y cerró los ojos.

Su cuerpo comenzó a irradiar una energía inusitada. Un campo de fuerza brotó desde sus pies, formando un escudo etéreo que los envolvió a ambos. Los bandidos que intentaban acercarse salían despedidos como muñecos de trapo. Los caballos relinchaban, asustados por la onda mágica que sacudía el aire.

—¿¡Qué esperan!? ¡Mátenlos ahora! —gritó el líder, fuera de sí.

El cielo se tornó gris en un instante, las nubes arremolinándose sobre sus cabezas. Un viento helado sopló, y rayos comenzaron a caer como látigos de fuego, incinerando a los atacantes. El caos se desató. Los bandidos gritaban, corrían, huían... pero la tormenta mágica no cesaba.

Santiago, atónito, apenas podía mantenerse en pie. Aunque él también era un mago entrenado, nunca había visto una manifestación de poder tan destructiva y pura. Lara no solo estaba luchando: estaba desatada.

—¡Lara, es suficiente! ¡Lara! —gritó, intentando acercarse sin tocar la energía que la rodeaba.

Finalmente, los soldados de Amatista aparecieron desde las murallas, alertados por el espectáculo sobrenatural. Avanzaron con rapidez, rodeando a los pocos bandidos que aún quedaban con vida. Al verlos, Lara pareció reconocerse a sí misma, y el campo de energía colapsó de golpe. Su cuerpo se tambaleó y cayó inconsciente. Santiago la sostuvo justo a tiempo.

—¡Lara! ¡LARA! —la llamó, con el corazón en un puño.

Los soldados se detuvieron de golpe, sorprendidos.

—¡Alteza! —exclamaron al ver a su príncipe con vida.

—Rápido, llévennos al palacio. Llamen a un médico... y al mago de la torre. ¡Ahora!

Los hombres obedecieron de inmediato. Los pocos bandidos heridos fueron arrastrados con ellos. Alguien tenía que responder por ese ataque.

***

En otra parte del continente, Malik trabajaba en su laboratorio, concentrado, cuando Lion, su aprendiz, irrumpió de golpe en la estancia. Su rostro estaba pálido, y la respiración agitada.

—Maestro... lo necesitan en Amatista.

—Estoy ocupado —respondió Malik sin levantar la vista.

—Es... Lara —susurró Lion.

El mago se detuvo de inmediato. Alzó la mirada, y sus ojos brillaron con una mezcla de preocupación y furia.

—¿Qué sucedió?

—El príncipe y ella estaban de camino al palacio... fueron atacados por un grupo de bandidos.

Malik se acercó a un armario, tomó algunas hierbas, una piedra rúnica y conjuró un portal.

—Encárgate de todo en mi ausencia —ordenó antes de desaparecer.

***

En el palacio de Amatista, los emperadores abrazaban a su hijo con lágrimas en los ojos. Santiago, aunque feliz de reencontrarse con sus padres, no podía dejar de mirar la puerta tras la cual yacía Lara.

—Te creímos muerto —dijo la emperatriz, acariciándole el rostro.

—Si no fuera por ella, lo estaría. Le debo la vida. Por favor, hablen con el mago de la torre... pídanle que la ayude.

El emperador frunció el ceño. Sabía bien que el mago supremo no prestaba ayuda a plebeyos, ni siquiera a petición de la realeza.

—Haré lo que pueda, hijo. Pero... ¿dónde estabas? Tu primo dijo que...

—Él me entregó al emperador de Vorlon —interrumpió Santiago. Sus palabras cayeron como una bomba.

—¿Qué? —exclamó su madre, boquiabierta.

—En cuanto me recupere, hablaré con él —añadió el príncipe con la voz tensa.

De pronto, una luz brillante iluminó la sala. El portal de Malik se abrió, y el mago apareció con paso firme. No ofreció saludos ni reverencias. Solo preguntó:

—¿Dónde está?

Santiago se inclinó.

—Por favor, mago supremo, salve a...

—¿Dónde está mi discípula? —interrumpió Malik, su mirada encendida.

Los emperadores intercambiaron miradas, desconcertados.

—Lara está detrás de esa puerta —respondió Santiago.

Malik no esperó más y entró en la habitación. El emperador lo observó marcharse con recelo.

—¿Cómo conociste a la discípula del mago supremo?

—Larga historia —murmuró el príncipe.

—Solo espero que no sea grave... porque su rostro está más que enfadado —susurró la emperatriz, apretando el brazo de su hijo.

En la habitación, Malik se acercó a Lara y colocó una mano sobre su frente. Sintió su energía: caótica, poderosa... pero también agotada. Suspiró.

—No te había dicho que los magos no nos involucramos en los asuntos de los emperadores.

Lara abrió los ojos lentamente y, al ver a su maestro, sonrió débilmente.

—Qué bueno que no soy un mago.

Malik arqueó una ceja.

—Hablo en serio. Pudiste estar en verdadero peligro.

—Dijiste que ya estaba lista.

—Para tu batalla... no para una que no te corresponde.

—Créeme, Santiago será un aliado importante. Si él moría, su primo tomaría el trono. Y Vorlon se volvería más fuerte.

—¿Cómo lo sabes?

—Como supe muchas otras cosas.

Malik suspiró. Aún no lograba descubrir cómo Lara conocía tanto del futuro. Pero aceptaba que no lo revelaría.

Preparó un té con las hierbas que había traído y se lo ofreció.

—Esto te devolverá algo de energía. Pero debes empezar a usar tu magia de forma controlada. Si sigues reprimiéndola, terminarás desestabilizándola.

—Lo sé —susurró ella, tomando el recipiente.

El mago se inclinó un poco más hacia ella.

—Sé lo que te preocupa. Pero tranquila. No dejaré que eso ocurra. Yo te protegeré.

Lara alzó su mano y la apoyó en su mejilla.

—Gracias por venir a mí —susurró.

Malik bajó la mirada, tocó su mano y se inclinó para besarla. Pero en ese momento, las puertas se abrieron de golpe, y entraron los emperadores junto a Santiago. El príncipe se detuvo al ver la intimidad del gesto y su mirada se endureció.

—¿Cómo se encuentra? —preguntó con voz fría.

Malik se incorporó y alisó su túnica, impasible.

—Está mejor. En cuanto descanse un poco... me la llevaré conmigo.

—No —dijo Santiago con firmeza.

Todos lo miraron sorprendidos. Malik giró hacia él, sus ojos resplandeciendo por la mezcla de emociones.

—¿No? ¿Y por qué debería dejarla?

Los sirvientes temblaron al percibir el cambio de humor del mago. Pero Santiago no retrocedió ni un paso.

—Porque ella me prometió quedarse conmigo hasta que estuviera a salvo. Y aún no lo estoy.

Una tensión electrizante llenó el ambiente. Malik entrecerró los ojos, a punto de replicar, pero entonces...

—¡Basta! —interrumpió Lara con voz débil, pero clara.

Todos callaron al instante.

—No soy propiedad de nadie. Decidiré por mí misma... y tengo algo que decirles a ambos.

La habitación quedó en silencio mientras todos esperaban su decisión.

1
Faveamny Calderon
será que ha cometido el peor error de su vida dándole esas minas a Malik? y dándole también su pureza nos dejamos llevar por los sentimientos y no pensamos con la cabeza una vez más 🥺😔
Anajely Franco
buenísimo como todos tus libros 📚
Lilith
subanle el sueldo a Regulus.
porque hasta yo ya los hubiera mandado a la mi**da!
Se creen superiores los otros cuando también tuvieron que conocerse en malas circunstancias, estúpidos!
Blanca Ramirez
excelente historia
Yoba OG
tiene el equilibrio exacto entre magia, fantacia, lucha interna y externa, te mete de tal forma a la historia que disfrutas cada capítulo y esperas gustosa cada actualización
Yoba OG
Abby tu historia está genia!!!
Yoba OG
sentira vergüenza o descubrio que le gusta?
Yoba OG
Regulus siempre hace de mediador, guia y es quien prepara los palachines para la batalla
Yoba OG
uhhh!!! golpe directo al ego 🤭
Boada
👍🏾
Luisa Elena Leon Portillo
Excelente
noris rivas
espectacular
Lilith
Pues ni como ayudarlos. Regulus tiene razón, solo están velando por ellos mismos, cuando mucho antes ellos ya tenían una misión como tal, así que bien merecido el regaño
Maria Gonzalez Gonzalez
toda la razón la tiene Régulus, mira que ver tanta necesidad y voltear para el otro lado, que barbaridades.
Maria Gonzalez Gonzalez
jajajaja jajajaja esa estubo buena régulus, jajajaja jajajaja.
Maria Gonzalez Gonzalez
jajajaja si eres un suertudo al encontrarte con Lara.....tu eres el damiselo en apuros y ella tu princesa de reluciente armadura, jajajaja jajajaja.
Maria Gonzalez Gonzalez
ya estoy otra vez aquí ya lista con todo y palomitas y un refesquito para el calorón que está haciendo y lista para la lectura de esta magnífica historia.
Nata Mazó
jajajaja jaque mate 🤣🤣🤣🤣
Arya Aldaba
Regulus siempre dejando en claro porque lu, lo dejo a cargo de todo
Yukki Sae
♡♡♡♡♡
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