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EN PENUMBRAS

EN PENUMBRAS

Status: En proceso
Genre:Amor prohibido / Amor a primera vista / Profesor particular / Traiciones y engaños / Enemistad nacional y odio familiar / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:2.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Lily Benitez

Azul Zetas nació en un entorno complicado, marcada desde su infancia por el abandono y el maltrato. Su madre biológica la dejó en casa de su abuela materna, que no le brindo el amor que se merecía, siendo maltratada y abandonada a su suerte. Un trágico incendio en la casa de su abuela marcó un giro inesperado en la vida de Azul. Fue la única sobreviviente, gracias a la intervención oportuna del oficial de investigación Franco Coen, que se sintió conmovido por la situación de Azul y decidió llevarla a casa de sus padres, intentando ofrecerle un refugio seguro. A pesar de las buenas intenciones de Coen, la ley lo obligó a devolver a Azul a su madre biológica. De nuevo, Azul se encontró en un hogar sin amor, bajo el techo de su abuelo materno, un policía abusivo y alcohólico. Un nuevo incendio llevo a qué Azul quedé bajo el cuidado de unos tíos que la tenían como sirvienta. El oficial Coen la acomoda en un internado para liberarla del sufrimiento. ¿Encontrará la felicidad y el amor aquí?

NovelToon tiene autorización de Lily Benitez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

20° Beso

#AZUL#

Los recuerdos me atormentaron, como si unas manos invisibles me aprietan el cuello, nunca pensé que me arrollaron como un camión a doscientos kilómetros por hora, creí que lo supere, que deje eso atrás y avanzaba día a día para mi futuro, para mí bien, tomando como frase de vida lo que me dijo el oficial Franco

"Sobreviviste, tienes la oportunidad de elegir como vivir, deprimida por lo que te paso o dejar el pasado atrás y apuntar al futuro, a tu futuro"

Y elegí la segunda opción, por lo que a pesar de que me usaban como tapete para limpiar sus zapatos, no me importaba, porque aprovechaba cada oportunidad que sumaba para mi futuro, por eso, soporte a mis tíos, al poder ir al colegio, y ahora que tenía la oportunidad de que mi vida se acomode, está oportunidad que me dio el oficial Franco, no podía dejar que mi pasado me atormenté y derrumbe los muros que construí para olvidarlo.

-¿Te sientes mejor? Escuché que me preguntó Nahuel con una voz ronca.

-Si, siempre me haces sentir bien. Le respondí abrazada a él, desde que lo conozco me siento segura entre sus brazos, él ha sido el único que siempre me respeto y comprendió.

-Puedo hacerte sentir mucho mejor. Susurro en un tono grave y carraspeó.

-¿Cómo? Le pregunté.

Él siempre me compraba un dulce, "para endulzar mi día", eso siempre me repetía con dulzura, cuando me regalaba uno, supuse que lo haría de nuevo.

Sin esperarlo, sus manos se deslizan por mi brazo, me acaricia con suavidad. Mis latidos se aceleran al escuchar como suspira, presiento lo que va a venir, siento que desliza su mano a mi rostro, me mira a los ojos, se aproxima lento, mi corazón late acelerado, posa sus labios tibios sobre los míos, me brinda un beso cálido, me guía en el proceso, nunca bese, mis labios tiemblan ante su roce tibio, profundiza el beso, inhalando profundo, me estrecha entre sus brazos, como queriendo fundirme con él, su mano se posa en mi cintura pegándome más a su fisonomía, mi respiración se intensifica, siento que ardo por la manera en que me besa, no es un beso simple, está lleno de pasión y deseo. Me roba el aliento, me recorre un cosquilleo por todo mi cuerpo. Esto es más placentero que un dulce.

 Al sentir que su masculinidad choca dura contra mi vientre, a través de su jean, me incomodo, por lo que me incorporo, alejándome nerviosa.

-Disculpa, no se que me pasó. Me dice pasándose la mano por su cabello.

-No te disculpes, me gustó el beso. Le respondo nerviosa.

Él se para y se aproxima, me toma de las manos.

-Azul, mírame. Me pide.

Nuestras miradas se encuentran, noto que él suspira y sus labios tiemblan, acomoda mi cabello atrás de mi oreja, mira con dulzura.

-¿Qué te paso? Me pregunta al ver mi oreja con una curita.

-Ya está arreglado. Le respondo, sin querer entrar en detalles.

-¿De eso era de lo que hablaron en la reunión?. Me consulto.

Ahí recordé que él presenció todo el debate al respecto, por lo que asentí levemente.

Poso un tierno beso en mi oreja, se deslizo a mi cuello, a mi mejilla y se apoderó de nuevo de mis labios. Hay un fuego intenso en mi interior que no logro explicar la razón, solo se que no tengo voluntad de separarme de él, me abrazo por su cuello y él me eleva a su altura de mi cintura. Nos fundimos en un beso apasionado, siento que me elevo, como si flotara en el aire, se puso más intenso en su beso, mis labios están calientes por su efervescente forma de besarme, como si quisiera sentir hasta mi alma.

Me recuesta con suavidad en la cama, su mano envuelve mi cintura, apoya su peso sobre mi figura. Nuestros corazones chocan entre si.

Me estruja entre sus brazos, lo siento intenso, desesperado por saborear cada rincón de mi boca, su respiración es acelerada, como si necesitará besarme para obtener el aire que necesita sus pulmones.

Se separa bruscamente como si fuera tirado hacia atrás.

"Es una locura" lo escucho decir entre dientes.

-¿Te pasa algo? Le pregunto incorporandome.

-Sera mejor que te lleve de regreso, si estás bien. Me responde nervioso.

-¿Hice algo malo? Le consulto.

-No, no hiciste nada malo, pero si te quedas yo cometeré una locura. Me responde.

-¿Qué locura? Le pregunto.

Él se aproxima, me acaricia la mejilla.

-Me estoy quemando por dentro, solo quiero estar con vos. Me dice.

-Pero. Le pregunto.

-No quiero que te sientas obligada a nada, no quiero empujarte a hacer algo, que luego te arrepientas. Me dice jadeando al mirarme a los ojos y se muerde el labio.

-No me siento obligada. Le respondo.

Él suspira hondo y se muerde el labio inferior.

-¿Has estado con algún hombre? Me pregunta.

-¿Cómo? Si te refieres a como estamos ahora, no. Le respondí.

-Sabes lo que sucede cuando un hombre y una mujer, están solos, en una habitación. Me pregunta.

-En teoría, no por experiencia propia. Le respondo.

Veo que contrae la cara, suspira hondo, me toma la mano, posa un beso en ella.

En eso recibe un mensaje, lo lee y veo que se puso serio.

Curioseo que leyó para que se ponga así

"Voy como dios me trajo al mundo" decía el mensaje.

No tenía el nombre, ni una foto, por lo que no entendí que significaba ese mensaje.

-Vamos. Me dice.

-¿Qué pasa? Le pregunto.

-No te lo puedo explicar, solo confía en mí. Me responde.

-Me asustas. ¿Qué te enteraste? Le pregunto.

Pero no me responde, me guía a la salida.

Lo noté nervioso, como nunca hundió el pie en el acelerador, me llevo en tiempo récord al internado, bajo, me abrió la puerta del auto, ni bien desciendo se despide.

-Nos vemos. Me dice serio.

-Bien. Le respondí confundida, por su cambio de actitud hacia mi.

Lo ví marcharse, no miro atrás. Suspiré pensativa.

-Azul. Escucho a Jhon atrás mío.

-Hola. Lo saludo.

-¿Dónde fuiste? Me pregunta.

-Me puedes responder algo. Le consulto al estar dándome vueltas en la cabeza el mensaje que recibió Nahuel.

-Si. Dime. Me pide.

-¿Qué significa que te envíen un mensaje diciendo voy como dios me trajo al mundo? Le pregunto.

Veo que sonríe de lado, carraspea.

-Que, no lleva nada puesto. Me dice.

-¿Cómo nada puesto? Le pregunto nerviosa.

-Pues, sin ropa. Me responde con la voz grave.

Suspiré hondo asintiendo, por alguna razón sentí como si mi corazón se rompiera en mil pedazos.

¿Acaso una mujer le envio ese mensaje?

¿Solo resulte ser algo del momento?

-¿Por qué lo preguntas? Escucho que me consulta Jhon.

-No, por curiosidad, lo vi de paso por ahí. Le respondí tratando de aparentar estar tranquila.

-Te gustaría acompañarme a una fiesta, es el cumple de mi padre y me aburro solo en esas reuniones. Me propone.

Suspiré pensativa, tratando de pensar porque Nahuel me besaría de ese modo, y se iría con otra, lo sentí genuino, o solo soy un pasa tiempo, una opción cuando no tiene a nadie.

-Azul. Llama mi atención Jhon.

-Me gustaría acompañarte, pero no tengo nada como para una fiesta. Le digo.

-Lo solucionaremos. Me dice con un brillo en la mirada.

-Joven. Escuché la voz de un señor detrás de nosotros.

-Arturo, avisa por favor que Azul va con nosotros. Le dice.

-Muy bien joven. Le responde.

Jhon me señala para subir en un auto negro, antes no me iría así, pero algo me impulsaba a hacerlo, como esperando a que si se entera Nahuel, le pique por apresurarse a ir con otra y deshacerse de mi así de fácil, porque así lo sentí, como si se liberará de mi persona, al sentir que estorbaría.

-Y tus lentes. Me pregunta Jhon.

Me toque la cara, mis bolsillos, no lo tenía.

-Los perdí. Dije con pena.

-Me gustan tus ojos, brillan. Me dice Jhon.

Así era en la penumbra, los que me veían me recalcaban eso siempre, que mis ojos tenían un color más claro, brillaban.

-Tienes tu celular. Me pregunta Jhon.

-Si, aquí lo tengo. Le dije sacándolo del bolsillo de mi uniforme.

Él lo toma, y veo que lo prende.

-No le pusiste clave, ni reconocimiento facial, te anotaré mi número, me llamo, así me queda registrado el tuyo, así ahora podremos estar en contacto. Me dice.

Observo como lo maneja de manera tan fácil.

-¿Cómo envias mensaje? Le consulto al usarlo solo para recibir llamada y mi único contacto era el oficial Franco.

-¿No lo habías hecho antes? Me pregunta.

-Nunca tuve un celular. Le respondí.

-¿Por qué? Pregunta con curiosidad.

-Donde vivia no se acostumbra a usarlos, solo el teléfono fijo. Le respondo.

-Es una broma, suena como del siglo pasado. Me dice divertido.

-Se quedó en el tiempo. Le respondí.

-Como era donde vivías. Me pide que le cuente.

-Hay mucho espacio verde, árboles que cubren la vista, todo campo, cerca de la casa donde pase mi infancia había un hermoso lago al cual me gustaba ir a contemplar. Los caminos de tierra, solo la ruta principal estaba paimentada. Le cuento.

-¿No te metias en el lago al no saber nadar?. Me pregunta.

-Si, así es. Le respondo.

-¿Cómo se quemó tu casa? Me pregunta.

-No te sabría decir, yo estaba durmiendo, al despertar por los gritos de mi madre, salí por una pequeña ventana, por más que trataron de apagar las llamas, terminó por consumir todo.

-Menos mal te salvaste. Me dice.

Llegamos a una mansión a las afueras de la ciudad, brillaba, parecía de cristal, la noche empezaba a caer, solo unos pequeños faroles adornaban el camino.

Al llegar nos recibe una señora muy elegante de rasgos orientales, ahí entendí esa mezcla de Jhon.

Al bajar veo que me mira de arriba a bajo.

Jhon se aproximó la estrecha entre sus brazos a la señora y le posa un beso en su mejilla, él es más alto que ella.

-Te presento a Azul, es mi compañera en el internado. Me presenta a su madre.

-Es un gusto. Me dice pasandome la mano.

-Gracias por recibirme. Le digo.

-Una amiga de mi hijo es bienvenida. Me dice y su manera de hablar es tan fluida.

-Mamá puedes facilitarle un vestido, es que vinimos del internado. Le dice.

-Tiene la figura ideal para un diseño nuevo que hice. Me dice.

-Mi madre es diseñadora de modas. Me cuenta Jhon.

-Pasen, está refrescando. Nos dice.

-Ven Azul, con confianza. Me incentiva Jhon.

-Por cierto, tu hermana vino para el cumple de tu padre. Le anuncia su madre.

-Grrr. Expreso Jhon molesto.

-Ya le dije que se comporte, al menos el tiempo que esté presente. Le dice la madre.

-La encerraste. Le dice Jhon.

-Fue a saludar unas amistades. Le responde su madre.

-Si, como no. Dijo de manera irónica Jhon.

-No te revientes la cabeza pensando en lo que hace y en lo que no. Le dice su madre.

-Deben ponerle un freno, no quiero que me tachen del hermano de una loca ninfómana. Dijo Jhon molesto.

-No hables así de tu hermana. ¿Qué pensará tu amiga?. Lo reprocha su madre.

-Es la verdad, que ustedes no quieran reconocerlo es otra cosa. Le responde Jhon.

-Ya tomamos cartas en el asunto, asiste a terapia. Le responde su madre.

-Por lo mucho que funcionó. Ni llega y sale corriendo a ver a uno de sus amantes ocasionales. Dice Jhon serio.

-Ya no hables más, no sabes nada, démosle el margen de la duda. Le dice la madre sería.

Me mira a mi y sonríe.

-Azul, acompáñame, así te mido el vestido. Me dice.

-Si señora. Le respondí.

-Y tú ve a cambiarte. Le ordena a Jhon sería.

Seguí a la madre de Jhon que me hizo poner un vestido del color de mis ojos, me alzó todo mi cabello y lo decoro con una tiara, sobresalto mis labios con un brillo y me dió unos zapatos de un tacón bajo.

Cuando terminó conmigo, ví a Jhon mirándome hipnotizado y su mano sostenía un tipo lápiz que pasaba por una pantalla que sostenía entre sus manos.

- Si que captaste su belleza. Le dijo la madre al ver el dibujo.

-Asi siempre tienes las mejillas. Me dice con la voz temblorosa.

-Tienes talento, se parece al lago cerca de donde vivía. Le comento.

-Asi me imaginé. Me respondió.

-Hola familia ya llegué. Escuchamos la voz de una joven y al girar a ver me quedé helada, estaba acompañada del brazo por Nahuel.

1
Luisa Fernanda Aguilar Areiza
buen capitulo, siempre quiero más y más jiji
Sweet Lee.🖤
Omg! Qué emoción!

Continúa con está historia!.
Lilyben
La madre de Azul la protegía para que no abusen de ella.
Lilyben
De nuevo usaban a la niña para sacar dinero a las personas, eran estafadores todos.
BERNARDINA PASTELIN
dale una muerte dolorosa a ese maldito, por fas , escritora
BERNARDINA PASTELIN
si la quería , la ocultaba de su padre para que no lo hiciera lo mismo
BERNARDINA PASTELIN
protegía a su hija de su mismo padre, 🤬🤬🤬🤬
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