Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
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Esposo
—Cariño, vámonos a casa— le pidió Valien al archiduque
El hombre solo asintió y subieron al carruaje que les pertenecía. Valien sabía perfectamente donde estaba el hogar del archiduque y solo quería ver si era engañada o no, afortunadamente, todo salió bien y en cuestión de horas, pudieron llegar a la gran mansión.
Cabe mencionar que nunca esperó nada de su esposo, pero tampoco imaginó que de verdad no le diría a ninguno de sus sirvientes, que ella llegaría ese día, pues le sorprendió no ver a nadie esperando en la puerta.
—¿Usted quién es?— preguntó una mujer adulta, al parecer una sirvienta
—Valien Pott, a partir de hoy soy la esposa del archiduque. ¿Me puedes mostrar mi habitación?— la forma en como le habían hablado no le gustó para nada y por si no fuera poco, su esposo, había entrado solo, dejándola atrás.
—No nos informaron nada, así que no hay ninguna habitación— su altanería era demasiada.
—¿Y la habitación de su excelencia?— preguntó
—Arriba, la tercera puerta a la derecha— le dijo, sin esperar lo que pasaría a continuación.
Valien subió rápidamente a la habitación que le dijeron, al entrar, puso el seguro y ahí vio a su esposo.
—Si está es tu manera de decirme que me vaya, me gusta. Hacía mucho tiempo que no jugaba con alguien, bueno el día es largo y debemos celebrar— se acercó al hombre y lo abrazó por la espalda.
—¿Qué… qué haces?— una voz temerosa, le preguntó.
—Ja, no me digas que eres tímido. Conmigo no debes ser así, ahora somos esposos y pasaremos juntos el resto de nuestra vida, debes acostumbrarte— recostó su cabeza en la espalda del hombre.
—Por favor, detente— pidió, ya estaba temblando un poco.
—Si no piensas salir está bien, ya fue suficiente humillación que hayas mandado a uno de tus lacayos para que se hiciera pasar por ti, pero de que tendré mi noche de bodas, la tendré, así tenga que acostarme con el hombre que enviaste, debes confiar mucho en él, para dejar que todo esto suceda— de un empujón, tiró a su supuesto esposo a la cama y de un jalón le rompió la camisa, dejando ver un muy bien trabajado abdomen.
El pobre hombre solo pudo cubrirse con una sábana e intentar salir de ahí. Claro que Valien no lo iba a permitir tan fácilmente.
—Tu decidiste ser el peón de tu señor, ahora debes acabar con toda la labor— lo volvió a tomar del brazo y lo hizo caer sobre la cama.
Cuando ya estaba sobre el hombre y estaba a punto de besarlo en el cuello, alguien salió de detrás de las cortinas negras, de aquella habitación.
—Es suficiente, déjalo ir— una voz grave, varonil y paralizante, le pidió a Valien.
—Tu salvador por fin apareció, ahora vete de aquí— un hombre todo colorado y avergonzado, salió enredado con una sábana, sin decir nada.
—No tenías que hacer todo eso, de verdad te comportas como una niña malcriada— su molestia se podía escuchar.
Aquel hombre, se encontraba de espaldas, mirando hacia el jardín por la ventana, aún no le daba la cara a Valien, lo que le causó molestia.
—Me llamas niña malcriada y ¿qué eres tú entonces?, ¿cómo se le llama a un hombre que manda a su secretario para que finja ser él y se case en su lugar?— si se trataba de echar culpas, ella también lo haría.
—Solo quería saber que tipo de persona eras, no fue con mala intención— aunque sus palabras se escuchaban sinceras, Valien no podía dejar de estar enojada.
—Me humillaste frente al sumo sacerdote, frente a los emperadores y el príncipe, además de todos aquellos que te conocen personalmente, eso no lo dejaré pasar tan fácilmente— su voz se había vuelto ronca
—¿Qué puedo hacer para que dejes de estar molesta niña?— en ese momento, por fin decidió dar la cara y dejó ver ese rostro muy bien definido, una nariz afilada, cejas muy pobladas, ojos color verde jade y sus labios eran tan carnosos que incitaban al pecado.
Valien quedó impactada ante tal belleza, pues de alguna forma había olvidado la descripción del archiduque o quizás ni siquiera venía en la novela, pero ahora que lo veía con sus propios ojos, no se arrepentía de haberlo hecho su esposo, era un hombre que parecía haber sido esculpido por los mismos dioses.
—Deberías cumplir con tus deberes como esposo, eso es lo único que pido, después de haber arruinado un día tan importante como hoy. Deberías saber que para una mujer, el día de su boda es tan importante como cuando se vuelve madre— mostró un rostro de desilusión.
—Está bien, ahora mismo informó que eres mi esposa y que te preparen una habitación, además te daré el poder para que ordenes a tu antojo, aquí en la mansión— caminó hacia la puerta intentando salir.
Valien utilizó toda su fuerza para jalarlo del brazo y tirarlo sobre la cama, con una rapidez que ni siquiera ella sabía que tenía, cerró la puerta con seguro y se abalanzó en contra del archiduque.
—No me refería a eso, he estado esperando por mucho tiempo volverme tu esposa, no puedo seguir esperando más—
Metió sus manos por debajo de la camisa del archiduque y fue tocando cada uno de sus músculos muy bien formados, terminó por romperle la camisa y sus besos comenzaron ahí, en el pecho.
Carl estaba estupefacto por lo que estaba sucediendo. No podía creer que una joven tuviera tanta fuerza y mucho menos que fuera tan atrevida.
Valien por su parte, subió poco a poco hasta quedar frente a frente con el archiduque, lo miró directamente a los ojos y sonrió, dejó un beso en su frente, ambas mejillas, otro en su nariz y el último en sus labios, aunque fue un beso solo de rose, sintió como en su cuerpo recorría cierta electricidad
—Veo que no estás seguro de hacer esto, será mejor dejarlo para otro momento, no quiero aprovecharme de ti— se alejó un poco de Carl, pero de un movimiento, quedó abajo del archiduque.
Te felicito por tan placentera obra 😉
me encanta la novela
muy buena trama y los personajes muy buenos