Gia Giordani es hija del general de las Fuerzas especiales de defensa Mundial, esta es una organización paralela a varios ejércitos unidos, que se encargan de misiones encubiertas y clasificadas, existen varias sedes de estas élites, las cuales se encuentran en varios lugares del mundo.
Gia es la única mujer y la menor de cuatro hermanos, todos pertenecientes a la elite con diferentes rangos, mientras ella solo es la princesa de la casa.
La joven ha estado enamorada desde siempre del hijo del general de división de la elite, el capitán Tomás Decker aunque este no quiere nada con ella, la ve como una Barbie sin cerebro.
El capitán Decker humilla frente a todos a la joven y ella tomará la decisión de cambiar su vida, ya que por aquellas palabras piensa que todos la ven como alguien inútil y sin cerebro.
Podrá esta joven demostrarle a un mundo machista que, si puede, podrá olvidar a este hombre tan ingrato.
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salida
—Oye, Giordani mucho gusto, soy Adara Vitaly y soy tu compañera. —Gia se levantan y la saluda.
—Un placer conocerte, Capitana Vitaly.
—Hey, ya no estamos en servicio, sí, solo Adara. —Dice y Gia asiente.
—Salgamos hoy, todos irán a celebrar la captura de ese hijo de puta, es injusto que tú no célebres. —Gia duda un momento.
—Vamos, tú lo atrapaste, mereces celebrar, además debemos convivir, seremos compañeras. —Alega Adara.
—De acuerdo, a dónde vamos…
—iremos a Élite, sí, se llama igual que la sede, es una maravilla de club, estarán todos vamos.
—Dije que sí, tranquila, bueno, me voy a preparar.
Minutos después, una mujer de metro setenta de piel clara, cabello castaño, ojos grises azulados y un cuerpo de modelo sale con un vestido ajustado rojo de tirantes y escote estilo bobo, con unos tacones plateados.
Adara.
También baja la hermosa Gia Giordani en un vestido negro de cuero sin mangas y de cuello redondo alto, el vestido es ajustado y corto, unos zapatos altos negros y su cabello con ondas, se ve hermosa y muy sexy, toma un bolso de mano negro y ambas salen.
—Dios, te diría que el vestido es muy elegante y tapado… Pero demonios te ves sexy. —Gia se ríe negando.
Salen y se van en el auto de Adara y minutos después están llegando al antro, el lugar es lujoso, con luz, tenue y luces led en la pista de baile, hay cabinas V. I.P. y realmente hay muchos de la Élite allí.
Las chicas caminan hacia una mesa dónde se encuentran varios capitanes y tenientes reunidos.
Varios hombres se quedan mirando a la hermosa Gia y ella solo sonríe.
—Buenas noches, chico….
—Buenas noches, Adara, buenas noches, Giordani.
—Dicen los chicos en la mesa.
—Llámenme Gia. —Dice la joven.
—Felicidades, Gia estuviste genial.
—Gracias —Le dice a un chico.
El ambiente en la mesa, era muy ameno, algunos se levantaban a bailar y otros solo hablaban.
Adara observa, le susurra a Gia sobre cada uno de ellos.
Les dice el nombre, el cargo y como son en la mesa hay varias chicas y varios chicos.
—Hola, soy Miguel Taylor y soy capitán… —Dice un joven muy apuesto.
—A mí me conoces, soy Neithan…
—A mí también soy Santiago… —Ambos se ríen.
Los chicos siguen con chiste y traen una ronda de bebidas, Gia toma la suya y se levanta a bailar con Adara.
La sensualidad de Gia es natural, mueve sus caderas con mucha gracia y llama la atención de todos.
—Bailamos señorita. —Ella sonríe ante un moreno que la invita a bailar y lo hace, Adara también consiguió una pareja y están un rato divirtiéndose, varias canciones después, otro chico pide para bailar con la rubia, se llama Sam y es muy divertido en seguida le cae bien a Gia.
Cuando ya siente sus pies cansados se va a sentar y donde ella estaba se están sentando dos chicas a pesar de que les dicen que está ocupado, una mujer muy hermosa piel bronceada como de un metro setenta, cabello negro y largo ojos verdes y grandes, labios gruesos y un cuerpo con mucha inversión una modelo total.
La otra era de cabello castaño y piel clara, una era más baja que la chica y tenía un cuerpo bonito.
—Esa de allí es Gala Miller, la prometida del coronel y al parecer le caes mal.
—Susurra Adara en su oído, ambas se acercan, saludan y toman sus bolsos de mano de la mesa y van hacia otro asiento.
—Al parecer tienes una pequeña enemiga, ya te marcó. —Dice Adara riendo.
—Y eso por qué…
—Es una celosa compulsiva, cela a Harrington hasta de su propia sombra
—Y le es fiel… Indaga Gia.
—Andrew Fiel… —Se ríe. —Todos saben que su compromiso es, más eso… Compromiso, que otra cosa.
—Mucho drama, paso. Dice la rubia.
—Vas a decir que no está como quiere.
—Mentiría si digo que no, pero con esa loca por novia mejor ni lo veo. Dice Gia.
—Tarde, seguro sabe que trabajarás con el coronel de ahora en adelante, todos los saben.
—El chisme corre… —Se ríe Gia.
—Aquí, claro que lo hace, así que si cambias de opinión sé discreta. —Adara la golpea en el hombro y ella niega riendo.
—Estás creando una saga y ni siquiera le gusto, cálmate, iré un momento al baño. —Gia se dirige hacia el baño y se topa con tomas, tiene un traje negro sin corbata, se ve muy bien.
—Gia… ¿Podemos hablar?
—Ahora no, Teniente Coronel, debo ir al baño
—Porque actúas como si no me conocieras. —Pregunta él.
—No estoy actuando… Jamás te conocí, permiso. — Ella camina y él la sigue unos pasos.
—Necesito disculparme, soy un idiota… — dice deteniéndose, pero ella sigue y mientras grita.
—Eso ya lo sé… —La joven casi llega al baño, casi porque no lo logra.
—salgamos de aquí… Dice un hombre muy guapo, con pantalón y camisa negra y una chaqueta de cuero del mismo color
—Sucede algo… — el sujeto la toma de la mano y la lleva al estacionamiento por una puerta trasera.
Ella no entiende que sucede, pero a lo mejor y es importante, abra alguna misión, todo eso se lo preguntaba ella misma.
El aroma varonil de su perfume era exquisito y el agarre en su piel era aún mejor.
Llegan al auto y le dice
—Sube. —Ella lo hace y de inmediato él arranca, una vez en movimiento vuelve a preguntar.
—Qué sucedió coronel…
—Andrew, no estamos en servicio.
—Por qué me sacó así, deje mi bolso en el antro.
—No importa, por qué dijiste que no me gustas y por qué pasas conmigo…
—¿Eh?
—Te hice una pregunta…
—Fueron dos. —Replicó Gia.
—Como sea, como sabes que no me gustas…
—Ahora escucha conversaciones ajenas. —Inquiere ella.
—Tu superior te está haciendo una pregunta. —Dice él.
—No se equivoque, usted es Coronel, pero en el cuartel y horario laboral, fuera solo es el señor Harrington.
—No hagas que te lleve al cuartel… —Amenaza.
—Por qué me sacó del antro…
—Empezaron a atacar el antro, eso es todo…
—Y los de más, debemos regresar…
—Ellos harán lo mismo que nosotros.
—No me gusta dejar a nadie atrás, no soy así.
—Detenga el auto me regreso… —Exige, pero no le presta atención —El teléfono del hombre suena.
Al hombre le dicen que ya se están encargando del ataque al club y luego corta.
— Ya se están encargando del ataque. —Anuncia.
—Gracias por sacarme, puede llevarme a mi casa ahora…
—Llegamos, baja… —Ella mira por la ventana y lo mira de nuevo.
—Esta no es mi casa. —Dice la chica
—Qué observadora eres… Claro que no es la mía, baja.
—Qué hacemos aquí.
—Afuera nada, entra ya. —Dice y camina hacia el enorme apartamento, Gia suspira y va tras él, el lugar es hermoso, muy grande e iluminado, paredes blancas, muebles y decoraciones negras, una enorme sala, una pantalla inmensa en esta.
Hay enormes ventanales, el lugar es realmente hermoso, grita lujo en cada rincón.
El hombre se quita la chaqueta y la coloca a un lado, camina hacia el mimo bar y se sirve un trago.
—¿Quieres una margarita? Pregunta levantando la mirada hacia ella que está parada mirándolo.
—Un whisky estaría bien. —Él la mira y luego le entrega un trago.
—Siéntate Gia… —La joven lo hace y cruza las piernas, él se siente enfrente y sonríe de lado.
—Gracias por todo, me puede regalar una llamada para pedir que vengan por mí.
—No te vas a ir hasta mañana Gia.
—¿Cómo? Debo irme… no puedo quedarme aquí.
—Porque no, fin del tema…
Ahora, por qué dijiste que no me gustas.
—Dios, mío, esto es un chiste —Suspira la rubia llevándose la mano a su cara.