Anastasia es una joven de 17 años que reside con sus padres, David Blanco y Carmela Cruz, así como con su hermana de 18 años, Ana. A pesar de haber sido criadas en un ambiente similar, la relación entre las hermanas no es del todo armoniosa: Ana es aficionada a las fiestas y suele ser bastante contestona, mientras que Anastasia prefiere dedicar su tiempo a los estudios y no es muy propensa a salir. David, su padre, es el propietario de una de las empresas más destacadas de la ciudad.
Un día, mientras David se encontraba en su oficina, recibió una visita inesperada: Ernesto Contreras.
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capítulo 23. enfrentando a ernesto
La empleada se levantó de inmediato y salió rápidamente a investigar qué estaba sucediendo y quién tocaba la puerta de esa manera. Ernesto y sus padres también se levantaron y bajaron para averiguarlo.
Al mirar a través del ojo de la cerradura, la empleada pudo ver que era Anastasia, la novia del joven, por lo que abrió la puerta rápidamente. Anastasia dijo: Buenas noches, necesito hablar con Ernesto.
La joven se tambaleó al entrar, y la empleada le dijo: Tenga cuidado, señorita. Los padres de Ernesto preguntaron si había ocurrido algo. Al ver a Anastasia, Ernesto corrió hacia ella y le dijo: Amor.
¿Qué ha sucedido? ¿Por qué llegas a esta hora y en este estado?
Anastasia lo miró fijamente y le pidió: Por favor, dime que no es cierto, que esto es solo una mentira.
Ernesto, desconcertado, observó a sus padres, quienes también lo miraban y le hicieron gestos de preocupación. Él, tratando de calmar la situación, respondió: No es cierto, amor, ¿de qué estás hablando?
Anastasia lo empujó, sorprendiéndolo a él y a sus padres. Sin embargo, ella insistió: Dime, ¿es verdad que tenías una relación con mi hermana? Por favor, aclara que entre ustedes no ha pasado nada.
Ernesto quedó paralizado; lo que tanto había estado tratando de ocultar, Ana lo sacó a la luz. No sabía qué decir, y al mirar a sus padres, quienes también estaban sorprendidos, escuchó a su padre preguntar: Hijo, ¿qué está diciendo Anastasia? ¿Por qué permaneces en silencio?.
El padre interpeló a Anastasia: ¿Quién te ha dicho eso?.
Anastasia respondió: Si no responde, es porque es verdad.
Ernesto la interrumpió, diciendo: No, amor, eso no sucedió de esa manera.
Anastasia, entre lágrimas, exclamó: Es cierto, es cierto. No puede ser; eres un desgraciado. ¿Cómo te atreves?.
Ernesto, acercándose a Anastasia, le dice: Amor, no fue así, déjame explicarte.
Anastasia, empujándolo de nuevo, responde: ¿Qué me vas a explicar? ¿Que te acostaste con ella el primer día que salimos juntos? ¿Que me dejaste en casa y te fuiste con Ana a tener relaciones en el auto? ¿Qué me vas a explicar sobre las veces que intimaron? ¿Por qué, Ernesto? ¿Por qué?.
Ernesto estaba tan sorprendido; Ana le había contado todo con lujo de detalles. ¿Acaso estaba ella loca?
Los padres de Ernesto se quedaron consternados y entristecidos.
Ernesto, el hijo, interrumpió: Amor, eso no sucedió de esa manera; escúchame también a mí.
Anastasia respondió: No quiero oírte. Te lo pregunté una vez cuando ella empezó a hacerme preguntas. Hablé contigo, Ernesto. Me dijiste que todo había sucedido porque habías salido con una amiga de ella, Ari, y resulta que Ari es mi propia hermana.
Ernesto replicó: Tienes que escucharme. Sí, es cierto que tuve algo que ver con Ana, pero no fui yo quien inició eso. Le dejé claro que estaba saliendo contigo.
Anastasia se dirigía hacia la puerta con la intención de marcharse; no deseaba escuchar más. Sin embargo, Ernesto se interpuso en su camino y le dijo: Amor, tienes que escucharme.
Anastasia respondió: Déjame salir de aquí, no quiero escuchar más mentiras. Jugaste con nosotras; eso era lo que deseabas hacer. Bravo, ya lo lograste, ahora por favor, quítate de la puerta.
Ernesto le replicó: No te irás hasta que me escuches.
Anastasia, mi amor, mírame. Te hablo desde el corazón y voy a decirte toda la verdad. Ese día que te llevé a casa, ella salió y me pidió la cola.
¿Recuerdas? Tenía la intención de llevarla a un bar, pero en un momento dado se subió encima de mí. Detuve el auto y le expresé que eso no era correcto, subrayando que estaba saliendo contigo. A pesar de ello, ella me aseguró que no le importaba y que solo deseaba estar conmigo, comenzando a desvestirse; así que, lamentablemente, sucedió. Te lo digo de verdad, Anastasia, lo que siento por ti es algo que nunca había experimentado con nadie más.
Anastasia: Claro, te creo. Sin embargo, si eso es así, ¿por qué intimaron en las otras dos ocasiones? Parece que te puso en una arma.
Ernesto: No, no lo hizo. En esas dos ocasiones, ella me chantajeó con revelarte todo. No podía permitir que te lo contara, por eso actué como lo hice. En la tercera ocasión, le dejé claro que nunca volvería a estar con ella; puedes preguntarle. Le dije que había llegado a su fin, porque realmente me había enamorado de ti. Lo único que deseo es estar a tu lado. Por eso, ella comenzó a buscarte para decirte esas cosas, temía perderte si te enterabas.
anastasia: Sin embargo, de todos modos me perdiste, jamás podre perdonarte; jugastee con mis sentimientos de la manera más baja.
Ernesto: No jugué con tus sentimientos; mi intención era protegerte. No quería que sufrieras, porque te amo.
Anastasia: Jajaja, así es como demuestras tu amor, acostándote con mi hermana.
Ernesto: Anastasia, perdóname. Eso no volverá a suceder; te amo a ti y deseo compartir mi vida contigo.
Anastasia lo empujó y salió de la casa. Al comprobar que el taxi ya no estaba, se sentó en la acera y comenzó a llorar. Ernesto, abrumado, se dejó caer al suelo, sintiéndose completamente derrotado.
Sus padres estaban muy molestos, pero su madre se agachó a su lado. Sabía que lo que había hecho no estaba bien, pero también se percató de que él estaba expresando la verdad. Su padre comprendía la gravedad de la situación; los padres de Anastasia no dejarían pasar este asunto sin tomar medidas. Salió a buscarla, preocupado por que no estaba bien que estuviera fuera a esa hora.
Al salir, la encontró sentada en la acera, llorando. Se acercó y se sentó a su lado, diciéndole: “Querida, lamento mucho lo que estás pasando. Estoy sorprendido”.
Ante toda esta situación, me resulta incomprensible la forma en que actuó mi hijo.
Anastasia, entre lágrimas, le dice: 'No se preocupe, señor Ernesto, sé que ustedes no tienen nada que ver con esto. Puede estar tranquilo, no lo perjudicaré'.
Ernesto, el padre, responde: 'No, corazón, eso no es lo que me preocupa; lo que me inquieta eres tú. No puedes estar fuera a esta hora de la noche, no estás bien'.
Anastasia replica: 'Eso ya no tiene importancia, no deseo nada más en la vida'.
Ernesto, el padre, le dice: 'No puedes expresarte de esa manera'.
que Anastacia y Ernesto queda llevar esta perdida con todo su duelo sean felices