No quiero sexo contigo

En casa las cosas no van tan bien, la relación con mis padres cada vez es peor, hoy tome la decisión de mudarme y nose como lo tomarán mis padres, ya tengo todas las maletas hechas Pero mis padres no saben nada aún.

Al llegar a casa lo primero que veo es a mi padre.

Estefanía: Papá necesito contarte algo, a ti y a mamá 

Pablo Daurella: No vengas con idioteces ahora.

Estefanía: Esto es serio papá

Pablo Daurella:Qué quieres decir con, serio.

Estefanía: Me iré de la casa.

Mi papá se echó a reír a carcajadas y grito el nombre de mi mamá tan fuerte que me puse nerviosa.

Marta Rodríguez:Qué sucede Pablo por qué me gritas

Pablo Daurella: Resulta que tú hija se quiere mudar, que opinas al respecto 

Marta Rodríguez: ¿Mudar? ¿Estás jugando? 

Estefanía: no estoy jugando mamá y papá, las cosas entre nosotros no están bien últimamente, esto no es por alguien más es por qué vivir asi me enferma, ademas ya tengo 21 años puedo vivir sola, solo quiero independizarse, les seguiré haciendo caso, seguiré respetandolos solo no quiero mas problemas.

Pablo: no estoy de acuerdo Estefanía, me va a tocar dejarte unos días en el sótano para que pienses bien las cosas 

Marta Rodríguez: No Pablo, ella sabe lo que es bueno y lo que es malo y también sabe que le pasará si deshonra a la familia.

Pablo Daurella: sigo sin estar de acuerdo Marta, nuestra hija no está preparada para vivir sola, creo que lo mejor sería un castigo bastante fuerte.

Marta Rodríguez: Entonces lo dejo en tus manos.

Al minuto siguiente fuy arrastrada al un sótano oscuro y mi papá se sentó en el mueble que estaba enfrente de las cadenas dónde Fuy amarrada de una pierna, estoy bastante asustada mis padres nunca se habían comportado asi conmigo, siempre han sido algo sobreprotectores pero nunca se avían pasado de la raya, ya no me gustan este tipo de tratos y estoy empezando a sentir que debería sentar cabeza y no dejar que mis padres me sigan tratando así a mis 21 años.

Mi papá solo me observo por unos minutos y me dijo.

Pablo Daurella: Hoy no comerás nada, veamos si mañana sientas cabeza pequeña.

Estefanía: ¿Por qué haces esto papá? Yo solo quiero estar tranquila, a menos que me prometas que trataremos de sobrellevar las cosas aquí en la casa no cambiaré de opinión.

Pablo Daurella: hubieras empezado por hay querida hija y no hubiéramos tenido que llegar a estos extremos, yo prometo de parte de tu madre y de mi parte que trataremos de mejorar nuestro comportamiento en casa ¿Eso te basta? 

Estefanía: si papá, yo solo no quiero pelear con ustedes, yo los amo y me duele que peleamos tanto.

Pablo Daurella: está bien querida hija ya no te castigare solo si me prometes que solo por mañana no saldrás de casa, ni a trabajar, tu madre y yo tenemos una cena muy importante y no confío en ti lo suficiente como para que salgas a trabajar sin poder saber cada uno de tus pasos.

Estefanía: está bien papá, avisaré que mañana no iré, pero por favor no peliemos más.

Mi papá se compadeció de mi y me acompaño hasta mi habitación la cual cerró por fuera así dejándome encerrada, aquí es donde agradezco haber escondido bien las maletas y dónde aborrezco mi vida por ahora tener que hacer las cosas a escondidas, no soportaré más este maldito maltrato, no basta con los sueños que tengo sino que ahora también lo tengo que vivir, ya conocía ese sótano en mis sueños, pero me cuesta creer que aparte del sotano los asquerosos y humillantes sueños que he tenido con el maltrato de mis padres sean reales 

No quiero ni imaginarlo, mis padres no son capaces de tanto, pero me vuelve loca tener tantas pesadillas con lo mismo.