La Mafia Italiana se ha expandido por muchos territorios, grandes grupos se han querido poner al nivel de una de las mafias más temidas, donde nuestro Mafiosos, asesinos por naturaleza han ido evolucionado con el paso del tiempo…
La Mafia 'Ndrangheta reaparece con gran fuerza, la conservación de territorios para la distribución de la nueva droga tan esperada, con un aditamento muy especial, que no puede ser detectado, ya que estarían cayendo en la ilegalidad de su consistencia.
Los enemigos desean tanto ser poseedores de la droga “Demon´s Damus” donde se necesita documentación legal pasando como medicamentos para un hospital “Vita Nostra Hope”…
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Capitulo 1
Guido:
Los hombres de uno de los clientes nos estaban esperando, se veían algo sin experiencia por así decirlo, miré hacia Dimitri esperando la orden, sonrió negando con la cabeza.
Guido: Vamos.
Dimitri: Espera… no veo al cliente principal.
Guido: el contenedor está esperando nuestra señal.
Levantó su mirada viendo por el retrovisor, el cargamento no se movería para la entrega sin una orden establecida por nosotros. Abrí la puerta captando la atención de los hombres que nos estaban esperando. Dimitri no le quedó de otra más que bajar. Empujé la puerta con fuerza escuchando cerrarse, tan fuerte que se sacudió con fuerza.
Mi móvil empezó a sonar, lo tomé mirando que se trataba de Natalie, en este momento no estaba para perder el tiempo con absolutamente nadie, espero que haya cumplido con lo que se le pidió y sino, que viera que tiene que hacer para solucionarlo.
Sostuve los lentes de sol bajando un poco, los hombres empezaban a tomar sus armas, negué con la cabeza.
Guido: Principiantes.
Caminé hacia los hombres, Dimitri estaba a mi lado, tenía la típica sonrisa de burla… Nos detuvimos cuando un hombre caminó hacia nosotros, dejando su metralleta en su pecho evitando nuestro paso.
Hombre: Los 'Ndrangheta no son bienvenidos al territorio sur.
Dimitri: ¿De cuando aquí los 'Ndrangheta hablan con los perros.
El hombre me miró pasando de nuevo la mirada hacia mi… abrí las piernas cruzando las manos, los demás estaban tan atentos que en cualquier momento esto se saldría de control.
Hombre: Ustedes son dos. Nosotros más de 30.
Guido: Se ve que no nos conoces. Con uno de nosotros dos podemos acabar con este lugar… más que una bodega parece una pocilga. LLAMA A TU JEFE…
PLAF!! PLAFF!! PLAFFF!!!
Unos aplausos se escuchaban dentro de la bodega, el hombre se giró un poco y fue cuando la situación cambió, pasé mi brazo por el cuello del hombre apretando con fuerza.
Hombre: es… ese… espe…
Guido: (susurrando) Aquí y en cualquier territorio mandamos nosotros.
Hombre: Se… se….
Las manos del hombre desesperado sujetaban las mías queriendo que lo soltara.
Jefe: Vamos muchachos… no sean malos con este pobre hombre… está entrenamiento.
Miré de reojo al hombre, su jefe levantó las manos en forma de paz riendo de lo sucedido, lo solté viendo como cayó con rodilla al piso sujetando su cuello.
Hombre: Cof… cof… cof… Se…
Jefe: Calla!! ¿No te das cuenta de quienes tienes al frente? te pondré a besar el piso por donde pasan. Señor Guido, señor Dimitri.
Dimitri: No estamos por cortesía.
Guido: Sin embargo nosotros si cumplimos lo pactado.
Jefe: El pago… el pago.. pasen señores… pasen…
Su jefe se apartó cediendo el paso, nuestros hombres estaban al acecho, cuidado con mucho recelo el contenedor, nosotros entramos en la bodega junto con Marcelo.
Guido: ¿Esa mercancía?
Jefe: Estamos experimentando para una nueva medicina para el dolor muscular. Claro no como la que maneja el señor Dimitri pero pudiéramos negociar.
Dimitri: No negocio con la salud de las personas. El pago.
Jefe: Los pedimentos.
Guido: Sin pago no hay pedimentos.
Mo móvil empezó a sonar, Dimitri levantó una ceja mirándome lentamente sobre el móvil. Rodé los ojos apretando un botón para desviar la llamada, en este momento era prioridad tener que atender a los clientes y hacernos de dinero.
Jefe: Nunca les he faltado.
Guido- Dimitri: Tampoco nosotros.
Dimitri: Mira Marcelo, sin pago no hay pedimento, sin pedimento no hay cargamento.
Asintió con la cabeza cediendo el paso para sentarnos, se veía algo nervioso, además que esta nueva manera de hacer los negocios no a todos les agradaba, un cargamento con pedimento era más caro su valor, no todos estaban dispuestos a pagarlos aunque eso significara que lo querían a manos llenas.
Sostuve el respaldo de la silla, Marcelo abrió la tapa de su portátil, con nosotros solo era certificarnos que tuviéramos el pago, metí mi mano entre mi chaqueta sacando la mini tableta que nos servía para las transacciones.
Entraba a las cuentas viendo que aun no había ningún pago.
Dimitri: ¿de que se trata tu nueva medicina?
Jefe: Señor Dimitri… se ha escuchado que tiene una especialista para crear los pedimentos y no ser rastreables. ¿Quién es? ¿La conocemos?
Dejé de escribir en la tableta levantando la mirada hacia él hombre…
Guido: ¿Qué dijo?
Jefe: Se ha hablado mucho sobre la especialista. Digo, los pedimentos son legales, pero nuestros negocios no lo son.
Dimitri: quieres saber mucho.
Jefe: Sé que Terzo la quiere para legalizar su droga.
Miré de reojo a Dimitri bajando la mirada, entraba a la búsqueda de Terzo Simone, su territorio estaba en las fronteras de nuestro país, visualicé los puntos que eran parte de él, abarcaba demasiado, en la franquicia de medicina estaba utilizando el mismo método de nosotros, legalizar su droga, la única diferencia, es que nosotros si podemos y los demás necesitaban de creación de pedimentos para volverla legal.
Jefe: ¿Es hombre? ¿es mujer? Digo, si es mujer, debe ser de esas que son de 90- 60- 90, con un cuerpo exuberante de esas que a cualquiera de nosotros bien nos pudiera calentar la cama, poniendo de la manera que nos la queramos coj…
Guido: EL MALDITO PAGO… AHORA MISMO.
Apartó la mirada de Dimitri mirando nada feliz de que lo haya interrumpido, levantó una ceja presionando Enter.
Jefe: Listo.
Bajé la mirada, Dimitri no apartaba la mirada de mi, pero una cosa era que este hombre se imaginara a quien sea, pero ya de querer saber quien es la tarada que lo hace, dudo que lo desee decir Dimitri.
Dimitri: Nuestro especialista posee un miembro, creo que más grande que el de todos aquí.
Jefe: Ohhh, hubiera dado cualquier cosa por que sea mujer. Como la mujercita del Señor Santino. Mmm, Nahir Belov.
Dimitri: Cuidado, no hable de una mujer como las que está acostumbrado. Santino no perdona que vean a su mujer con deseo.
Jefe: Los enemigos.
Me puse de pie metiendo la tableta en el bolsillo de mi chamarra. Saqué mi arma quitando el seguro.
Jefe: ¿Señor Guido?
Guido: De pie.
Dimitri, dio una ligera palmadas en sus piernas, se puso de pie mirando con una sonrisa llena de soberbia hacia Marcelo, él se iba poniendo de pie, parecía que no entendía lo que estaba sucediendo.
Jefe: Se… Señores. ¿Qué sucede?
Levanté mi arma apuntando al hombre, negaba con la cabeza sin apartar la mirada de nosotros, Dimitri dio unos pasos más, levantó la pierna dejando reposando sobre la mesa, saqué el silenciador poniendo en el arma.
Dimitri: Marcelo, todo iba bien hasta que mencionaste el especialista de los pedimentos, como comprenderás, lo que hagamos los Reyes de la Mafia Italiana con nuestros cargamentos y como los manejamos es cosa de nosotros.
Jefe: Pero… solo…
Guido: NADAAAA, NO HAY PERO QUE VALGA… tu lengua puede causarnos problemas y ya tenemos suficiente con Terzo Simone.
Dimitri, tomó la portátil de Marcelo, tecleaba unas cosas girando la portátil hacia mí y Marcelo, todo lo que tenía en la portátil se iba borrando.
Jefe: No, mis clientes. Mi dinero. Mi…
Guido: Nada, no tienes nada.
Dimitri: La vida siguiente es la mejor.
La portátil quedó completamente con la pantalla en blanco, empezaba a salir humo, se levantó metiendo las manos en los bolsillas.
Dimitri: HEMOS REGRESADO CON MÁS FUERZA MARCELO, Cada quien sabrá que hablar y que no. Mátalo.
Se dio la media vuelta caminando lentamente.
Jefe: Señor… señor… espere… podemos neg…
FUZ!!!! FUZ!!!
El cuerpo del hombre cayó de espaldas, me acerqué rodeando la mesa, lo removí con mi pie, pero ni que estuviera vivo con un buen tiro en el corazón, la sangre empezaba a salir manchando el piso.
Dimitri: No pueden saber quien realiza los pedimentos.
Guido: ¿Ella sabe?
Dimitri: No, por eso espero que esté cuando lleguemos a la villa.
El móvil de Dimitri empezó a sonar, lo tomó mirando la pantalla, sonrió mostrándome que se trataba de Natalie.
Llamada en altavoz:
- ¿Qué sucede Natalie?
- Fui por su encargo. Pero no estaba en la fiscalía.
- ¿Cómo que no estaba? SOLO UNA MALDITA ORDEN TE DI. TENÍAS QUE ESTAR COMO SOMBRA SI ERA NECESARIO.
- ¿Cómo estarlo? No estaba… el señor Bastian ni me quiso decir donde está para ir por ella.
- CLARO QUE NO TE IBA A DECIR.
Mi móvil empezó a sonar. Lo tomé mirando que se trataba de Daemon.
- Nunca nadie puede hacer nada sin nosotros. Te veo en la villa Natalie.
- Si señor.
Tomé la llamada, la puse en altavoz, Dimitri se acercó mientras salíamos de las bodegas, los hombres de Marcelo estaban sometidos con arma en cabeza por los nuestros, sus armas a una buena distancia.
- ¿Cómo van?
- Ya terminamos aquí, pagó y tocó un tema que no debió.
- Bueno… Resulta y resalta, que tienes que ir por Elena.
- Se mandó a Natalie y no la pudo hallar.
- Me dijo el mismo Bastian que aunque hubiera estado, no se la iba a entregar a Natalie. Así que te toca Guido.
Negué con la cabeza, solo eso me faltaba ir por Elena… Miré a Dimitri, pasó su mano por su barba negando igual con la cabeza, le hizo seña a los hombres que dispararan.
PUM!! PUM!! PUM!! PUM!!
Miré hacia atrás, viendo como iban terminando con la vida de estos hombres, si Marcelo ya sabía, alguno de estos pudiera saber más, mejor cortar desde ahora lo que empieza a circular entre las mafias.
- ¿Dónde está?
- ¿No lo sabes?
- Si, ya sé.
- Quedo Bastian que la avisaría, así que debe estar esperándote con los brazos abiertos, no digo que te espere con otra cosa abiertas, por que estás más lejos de esa princesita.
- Basta Daemon. No es el caso.
- Espero sana y salva a Elena.
Terminé la llamada no muy contento, ahora hasta niñero tendría que ser de una mujer testaruda y caprichosa. Se acercó Dimitri dando unas palmadas en mi espalda.
Dimitri: TODOS A LA VILLA. YA SABEN COMO DESAPARECER TODA EVIDENCIA.
Respiré quitando el silenciador a mi arma, la guardé detrás del pantalón, Dimitri caminaba directo a otra de las camionetas de nuestros hombres.
Dimitri: LA QUIERO SANA Y SALVA GUIDO, ELENA ES TU RESPONSABILIDAD.
Sonrió en son de burla, cerró la puerta encendiendo la camioneta, avanzaba lentamente. Abrí la puerta de mi camioneta, me subí mirando hacia el frente, tampoco es que me molestaba ir donde se encontraba, era una oportunidad para ver a mis hijos, saber que están bien. Los extrañaba tanto que necesitaba unos días de arduo descanso, cosa que en estos momentos estaba super limitado.
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