Alexis Mefhisto, nombrado como el mayor criminal del planeta se encuentra en los últimos instantes de su existencia. Rodeado de la fuerza del país y parado en la alcoba de un gran edificio, su final está más que claro. Sin algún lugar a donde escapar, decide acabar su historia de la mejor manera y, a la vista de todo mundo, salta del gran edificio abrazando el vacío. Pero, para su suerte, algo raro pasa: ¡No muere, sino que es transportado a otro mundo!
En un lugar dónde él nunca existió ¿Qué podría hacer el que alguna vez fue el maestro del crimen?
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Arco 1, Cap 14 - Relato criminal.
—En el centro de una gran ciudad, se lleva a cabo la celebración de cierto partido político en donde todos los ciudadanos fueron abiertamente invitados con bastante antelación, incluído el detective Sam, un hombre de mediana edad que buscaba ser famoso resolviendo casos, pero para su suerte, su vida como detective no ha ido tan bien que digamos: con varios encargos fallidos y otros sin resolver, su reputación va en picada, todo lo contrario que buscaba al convertirse en detective. Ciertamente, le está llendo bastante mal, pero esto cambiaría esa noche...
—Oiga, oficial, ¿El cuentito es corto?
—No se preocupe, no es largo, pero si me interrumpe podría afectar en su comprensión, permítame acabarlo.
«Me mandó a callar...»
—La celebración se lleva con total normalidad, como evento principal de la velada, una actriz y cantante, amiga del detective bastante famosa en la ciudad daría un show a mitad del banquete. Toda la gente estaba al tanto de ello y estaban muy emocionados. El banquete empieza y la emoción aumenta; llega la mitad del banquito y la emoción explota; pero la actriz no llega. La gente está confundida, incluso los organizadores, pues la mujer tenía fama de ser muy profesional. Cuando van a buscarla en su camerino, se encuentran con la actriz sin vida, en frente del espejo de su tocador.
«La escena del crimen, supongo que ahora me dirá qué se encontró en la escena»
—Cuando el detective llega al camerino, descubre que la mujer murió de una puñalada por la espalda, pero en el cuarto no había indicios de forcejeo, era como si fuera atacada por un fantasma o por alguien que no representaba una amenaza hasta el momento del asesinato. Cuando levanta la mirada para ver el espejo, ve un círculo dibujado en él, con el tamaño suficiente para encerrar el reflejo de un rostro, y junto al círculo había escrito una pregunta: "¿Siguiente?". Afligido por la muerte de su amiga pero inquieto por el mensaje en el espejo, el detective se mantiene alerta y vela por la ciudad con el fin de encontrar al culpable, pero este siempre estaba un paso delante de él, y por si fuera poco, en cada caso acababa con otro ser querido del detective, dejando siempre la misma pregunta escrita con sangre: "¿Siguiente?". Con el tiempo, se le conoció al criminal como el asesino de los espejos, y el detective empezó a ganar fama como el único capaz de acabar con esta masacre. Sin embargo, el criminal nunca fue atrapado, y el detective quedó completamente solo, y solo en ese momento, los asesinatos cesaron. Con el tiempo, el detective decidió escribir sobre su experiencia, y terminó creando la novela trágica titulada "Asesino en el reflejo"
—En otras palabras, la novela original de donde sale este relato.
—Precisamente.
—¿El autor piensa hacer que otras personas resuelvan el crimen que él no pudo mediante una novela? No puedo negar que es ingenioso.
—Para nada, cuando se publicó está novela, el criminal salió a la luz y fue encerrado.
—Anda, que conveniente, después de haberse salido con la suya se entrega al final, que estúpido, en serio.
—Ahora, ¿Ya tiene su respuesta?
—¿Sobre el criminal? La tuve desde que me dijo el modus operandi, y gracias a lo que me dijo, la confirmé.
—Entonces, ¿Quién era el culpable?
—Claramente, el autor de la obra, el detective Sam.
—Expliquenme porqué piensa eso.
—La novela prácticamente es una declaración, desde el principio, nos dicen que su vida como detective estaba yendo mal, y aunque la frase siguiente puede interpretarse de muchas maneras, en la me centré siguiendo la idea de que es una declaración, el cambio que sufriría es que ahora ya no sería detective, sino que ahora sería el criminal.
—Eso no responde del todo mi pregunta, señor Mefhisto.
—Lo sé, por eso te diré más razones. En primera, tenemos los asesinatos, el círculo pintado en la pared con la pregunta pueden entenderse como una amenaza del criminal, pero en realidad era como si subconsciente le preguntara por quién sería la siguiente víctima, en otras palabras, se estaba cuestionando a si mismo. Luego, tenemos las víctimas, todas, gente querida del detective y siempre muriendo cuando él estaba cerca. Lo más obvio sería pensar que alguien muy cercano a él lo está atormentando por alguna razón, pero por lo que veo, la novela nunca da a entender eso, y el único con conocimiento de dónde estaría y cuando, es él mismo. Por último, el hecho de que el "criminal" se entregara cuando la novela se publicara es bastante conveniente, sin mencionar que cuando el detective se quedó solo, los asesinatos se acabaron. Al ser el único que seguía las pistas, nadie lo atrapó, no tendría sentido que el criminal se entregara, quiero decir, el bastardo tuvo la crueldad de torturar al detective durante todo ese tiempo, dudo que se sintiera culpable por lo que hizo, claro, a menos que haya sido el mismo autor.
—Según usted, ¿Qué motivó al criminal a hacer todo esto?
—Lo más probable es la fama, desde el principio se nos da a entender que el detective era alguien que buscaba ser alguien conocido por la gente, pero no le estaba yendo bien pues todos los casos no los completaba, y aunque persiguiéndose a si mismo tampoco se atrapó, por lo extravagante del caso y ser la "víctima" principal, esto hizo que su nombre e historia se conociera.
—Entiendo.
El hombre anota varias cosas en un expediente.
—¿Eso es todo? ¿No me vas a decir si mi deducción es correcta o algo?
—No es necesario, los resultados serán analizados a detalle en otro lado.
«¿Analizarlos? Mierda, me acaban de hacer un examen psicológico sin darme cuenta...»
—Gracias por su cooperación, tengo entendido que sus demás pruebas ya fueron hechas, por lo que será todo por el momento.
Una oficial entra en la habitación y le entrega al hombre una carpeta con algunos documentos dentro, este lo chequea uno a uno y después se los entrega a Alex.
—Lleve esta constancia al Agente que esté a cargo del departamento ahora mismo para comprobar que realizó las pruebas.
Alex toma la carpeta, sale de la habitación y se dirige rápidamente al departamento de Agentes Especiales a entregarle los documentos. Abre la puerta tranquilamente y sin más le entrega los resultados a Chrono.
—Aquí están los resultados, ahora, ¿Tenemos algún caso pendiente por resolver?
—Impresionante, completaste todas las pruebas el mismo día que pediste información, normalmente una persona se toma dos días para no saturarse y estresarse con ellas —dijo Chrono con asombro.
—No fueron ningún obstáculo, de hecho, no podrían haber sido más fáciles, incluso pensé que solo eran de broma.
Chrono revisa los resultados con detenimiento.
—Hmm... Ya veo... Si... Todo parece estar bien... Sí, todo está en orden, los papeles están completos, completó las pruebas.
—¿Entonces ya soy agente especial? Y eso que el oficial ese dijo que era difícil ser uno, ¡ja! Puras estupideces.
—No tan rápido, señor Mefhisto, aún falta una última prueba, y está es la más complicada, si no puede con esta prueba, no importará todo lo que hizo hasta ahora.
—¿Más pruebas? Que aburrido y tardado es esto ¿Ahora de que rayos se trata, tengo que salvar una anciana o bajar un gato de un árbol?
—Nada de esa índole, más que prueba, es una entrevista por así decirlo, y esta entrevista es con el comandante del Departamento de Agentes Especiales y de la Agencia de policía en general, en otras palabras, nuestro jefe; si no consigue la aprobación del jefe, no será aceptado aún si usted es un genio o prodigio.
—Una entrevista con el patrón, entiendo ¿Y por dónde demonios llego con él? Llevo meses dándome vueltas por este lugar y nunca me he topado con alguien que parezca el jefazo de este lugar.
—Seguramente no lo ha visto porque usted llega cinco minutos tarde y se va justo a la hora de salida.
—Una disculpa por dejar de trabajar cuando cumplo con lo establecido por ley.
El comentario sarcástico de Alex hizo que el rostro sereno de Chrono vacilara, aunque solo por un instante.
—Oye... *Suspira* El jefe es el primero en llegar y el último en salir de aquí, el caso, se encuentra por esa puerta detrás mía; el otro lado encontrarás un pasillo, la última puerta es la oficina del comandante.
—¿Qué hay en las demás puertas?
—Nada importante, solo son habitaciones donde guardamos expedientes e información sobre casos.
—Entonces para no echar un vistazo, en fin, acabemos con esto.
Alex se da la vuelta hacia la puerta y sin mucha preocupación, entra. Gensei se acerca a Chrono para especular sobre el resultado de la entrevista:
—¿Será bueno que el comandante lo acepte?
—¿Preguntas mi opinión personal o lo que pasará?
—Quiero escuchar la opinión del Agente Chrono.
Chrono detiene sus manos de sus acciones y piensa sobre detenidamente de su opinión sobre el ex-criminal.
—... El señor Mefhisto es una persona brillante, sin embargo, su tendencia a lastimar a la gente lo hace alguien con quien tener cuidado.
—Esa tendencia, y las destacadas habilidades que tiene... Me hacen pensar que él no era alguien amigable antes de llegar aquí, y no solo eso, también que era alguien demasiado peligroso.
—Es muy probable que antes de llegar aquí, el haya sido algún criminal a sueldo, y creo que ve este puesto como una manera de ver el otro lado de la moneda, pero no logro entenderlo, quizá solo sea por diversión, o por alguna otra razón más oscura.
—Sea cuál sea el caso, si me preguntan a mí, yo creo que sería mejor mantenerlo cerca y dejar que se una, así por lo menos lo podremos vigilar y si en algún momento presenta una amenaza, acabar con él.
Del otro lado de la puerta, Alex cruza el pasillo sin dejar que la curiosidad le haga revisar las demás puertas. Una vez frente al despacho del comandante, abre la puerta sin tocar siquiera. Del otro lado hay una habitación de tamaño promedio con varios muebles con múltiples libros, un escritorio normal y tres sillas, una delante de las otras dos. Detrás de la silla del comandante está una gran y larga ventana, frente a esa misma ventana se encuentra el jefe del departamento, mirando hacia el exterior con las manos detrás de él.
«Vaya pose más dramática, pero lamentablemente no puedo negar que se ve imponente...»
El hombre se ve algo viejo, pero con una apariencia física bastante bien conservada. Lleva puesto una derivación del uniforme que usaban los soldados del ejército continental de la guerra de independencia de Estados Unidos. El comandante no se mueve, solo mira por la ventana, Alex permanece en silencio por unos momentos hasta que decide hablar.
—Tú eres el jefe del departamento ¿verdad? Vengo a hacer una pequeña y rápida entrevista contigo para poder ser aceptado para el puesto, ¿Necesitas que te cuente de mis aficiones o de cuál será mi desempeño en el trabajo? —dice Alex serenamente con un ligero tono de sarcasmo.
—Lo estuve esperando desde el día que llegó por primera vez a la agencia, señor Mefhisto.
—Vaya, me conoce, eso agiliza las cosas entonces.
—Se me hizo raro que no apareciera ante mí hasta ahora, aunque sabía que lo haría tarde o temprano.
El hombre se da vuelta y dirige su mirada hacia Alex, mostrando el rostro de una persona que aún conserva su amabilidad en sus ojos.
—¿Me estaba acosando desde que llegué a este lugar?, es tan impresionante como desagradable debo decir, viejo.
Alex procede a tomar asiento una vez confirma que el hombre ante él le está poniendo atención.
—Supongo que aún no sabe mi nombre, permítame presentarme, soy Albert Mewrence, encargado del Departamento de Agentes Especiales y el Comandante de esta Agencia de policía —dice Albert mientras hacía una reverencia con una sonrisa tenue en su rostro.
—No solo te encargas de este departamento, sino que, de toda la agencia, ahora me pregunto cómo rayos es que no supe de ti hasta ahora —dice Alex con tono incrédulo—, «Mewrence, ¿Dónde escuché ese apellido antes?»
—Puede que usted no sepa de mí, pero ya sé todo de ti, Alex Mefhisto.
—¿Ah sí? ¿Enserio sabe tanto de mí?
—Claro, sé que llegaste hace dos meses y te viste envuelto en un caso de un intento de secuestro de menores; que te habías hospedado en el Hotel Humble pero que cambiaste después del robo en el que te viste involucrado y que ayudaste a resolver; que entraste como oficial y que ahora piensas obtener el puesto de Agente Especial.
—Que curioso, no sabía el nombre del hotel en el que estaba hasta que lo mencionaste, ahora sí te creo que me conoces muy bien.
—Todavía no termino, señor Mefhisto.
—Anda, ¿Acaso también sabes a qué hora salgo de compras? Eres bastante bueno en esto de investigar, sabes.
—Veamos... Sé que la noche del mismo día en el que llegaste a Serenia, agrediste y privaste de sus bienes a dos jóvenes que te habían amenazado.
El semblante hilarante de Alex se disipa, y empieza a tornarse una pequeña mueca de nerviosismo.
—Jajajaja... ¿Qué dijo de unos jóvenes?
—No te alarmes, ellos no contaron nada, es solo que nosotros tenemos... Ciertos métodos para sacar información de la gente.
El ambiente en la oficina se vuelve tenso, y una extraña sensación de amenaza recorre el cuerpo de Alex.
—Qué más puedo decir... Ah, también sé que de no haber aparecido la pequeña Nana de entre los contenedores, le habrías hecho una atrocidad a la señorita Karin. Y por último... Sé quién eres, criminal Z.
