INJUSTA CONDENA

Alexandros ya no podía evitar manifestar sentimientos hacia Olivia, a pesar de que intentaba mantenerse fuerte sin involucrarse más de la cuenta, ocultando además sus verdaderas emociones, sin embargo, no podía ignorar la vulnerabilidad de ella, porque a veces la veía tan frágil, perdida en pensamientos, que hacían que sus ojos se nublaran y perdieran vida, Y él sentía la necesidad de estar allí para ella…

Luego, lo abrumaba el verdadero propósito de estar a su lado, entonces se convencía de que ella solo estaba actuando, para retenerlo a su lado, pero también sabía que no era así… aunque esa mujer era tan astuta que tampoco comprendía realmente que tan ciertas eran sus emociones…

El día de hoy tendría un encuentro con el hombre que antes fue involucrado al igual que su hermano y también terminó irónicamente siendo condenado por ella misma… Ahora en libertad buscaba a la abogada que después de ser su defensora, inteligentemente, lo terminó entregando a la justicia para quedarse con sus bienes, él también venía a hacer justicia.

“Debes tanto a todos Olivia Hamilton – sacudió su cabeza negando con decepción - A cada santo una vela, ¿En qué te convertiste? ¿Quién eres realmente?”

. - ¿Dónde te reunirás con ese hombre? – Le preguntó Ángelus a su primo mientras desayunaban.

. – En la oficina – Le informó - No quiero que me vean en el pueblo con él, sabes cómo son aquí, y no quiero que ella sospeche nada…

. – Ummh… - Alexandros lo miró volteando los ojos al escuchar y ver solo esa mueca en su primo… eso no era posible en él.

. - ¿Qué? – le preguntó soltando el cubierto y mirándolo fijamente desafiante…

. - ¿Tu confías realmente en ese hombre Alexandros? – Soltó con evidente inquietud.

. - ¿Por qué no lo haría? ¿Acaso no leíste el reporte de lo que ella le hizo también?

. – Si, pero… - Ángelus, aunque no conocía a aquel hombre, lo corroía el gusanillo de la duda… había algo, que su primo no podía ver por la ceguera provocada por el odio… y que el veía, pero no lograba descifrar.

. – ¿Pero qué Ángelus? – Lo retó – Las pruebas están allí – Le dijo señalando donde se encontraban los documentos que ha leído tantas veces, cada vez que lo embarga la vacilación hacia ella - Además ella tiene un movimiento extraño nada propio de una simple pastelera – Dijo recordando la cantidad de dinero que había visto, además de lo evidenciado también en el viaje donde la siguió - Esa mujer está involucrada en algo grande, y no tiene solo que ver con lo que le recibió para condenar a Alexius… ella también robó, y se quedó con los bienes de este hombre – Metió en su boca parte de su desayuno, mientras masticaba, levantó el cubierto para hacerle un gesto a Ángelus que tenía algo más que decir, luego de tragar continuó – Lo que ella no se espera, es que él hombre pudo salir antes de completar su condena y ahora será su otro verdugo…

. - ¿No crees que él si la pueda lastimar? – Alexandros lo miró atento, fue evidente un hilo de preocupación que paso por sus ojos, aunque lo quiso disipar – Físicamente quiero decir, a lo mejor él no sea tan “Sutil” como tu… - Terminó imitando las comillas con sus dedos.

Un escalofríos recorrió inevitablemente la espalda de Alexandros, colocó el cubierto en la mesa, tomó de su jugo y miró a su primo…

. – No lo creo… – Expresó no muy convencido – Él solo quiere de vuelta lo que ella le arrebató – Sus palabras querían ser firmes, pero un temor lo embargó y se propuso indagar las verdaderas intenciones del ruso con Olivia…

. – Ummh – Volvió a gesticular Ángelus, haciendo jurar mentalmente a su primo y dejándolo peor de lo que estaba…

. – ¡Vámonos! - Le dijo levantándose de la mesa – ¡Hoy será un día de decisiones!

Ángelus asintió imitando a su primo, pensando que, por algún motivo, sentía el deber de poner en alerta a Olivia Hamilton…

Olivia por su parte, se encontraba aun desayunando en su apartamento, pensando en el dueño ahora de sus pensamientos. Se sonrió de solo recordar la forma tan valiente y decidida con la que él la defendió de las ofensas de Liam, no pudo evitar dar vueltas en su cabeza, pensando si era así por una ofensa verbal, como sería en otro circunstancia…

. - “Ojalá hubieses estado allí” - Una lágrima cargada de dolor rodó por su mejilla… La limpió y se obligó a no pensar en eso.

. - “No es tiempo para estar triste Olivia, ahora tienes un motivo para sonreír”

Ese gesto de él la había hecho sentir amada y valorada, al grado de decidir entregarse completamente a ese sentimiento que él la hacía sentir, y que hace mucho no experimentaba, quería estar con él, y lo haría, sentenció con decisión. Terminó su desayuno, limpió todo allí, y bajó a abrir su negocio…

Su primera clienta de la mañana fue su amiga Sandra, y ella al verla cruzar la puerta supo la razón de su temprana visita, provocando que elevara los ojos. Ellas no es que eran grandes amigas, de confidencias y eso, pero si compartían muchas otras cosas…

. – Hola querida… - Olivia la miró con sospecha… - Debo contarte…

. – Ummh ¿Algo que no sepa? – Le respondió mientras continuaba en lo suyo, sin otro remedio, escuchaba a la mujer comentar lo que Liam había manifestado en estado de ebriedad en el bar, y que ahora era la comidilla del pueblo – No tengo nada que decir al respecto…

. – ¿Cómo no? – Ella negó - Pero Mónica, ¿Por qué? Debes darle su merecido a ese tonto poco hombre… - Resopló molesta Sandra – ¡Y pensar que quise emparejarte con él, uff! – Terminó con desagrado…

. - ¿Qué quieres que haga? – Le preguntó sin interés alguno – Es su opinión, yo tengo mi conciencia tranquila, jamás ni lo he traicionado, ni lo he ilusionado, ni mucho menos a él… esa es su apreciación, y se la respeto porque estoy clara en mi postura.

. – ¿Pero por qué respetar algo en lo que no estás de acuerdo? – Le cuestionó Sandra irritada…

. – Porque es una regla natural – Dijo con tranquilidad y su amiga la miró sin entender, entonces ella no tuvo otra que continuar para ser más específica – Hay tres cosas en este mundo que se deben respetar Sandra querida, la autoridad, la religión y la opinión ajena – Le dijo enumerando cada una con sus dedos - Aunque no compartas la idea – Miró a Sandra que aún estaba renuente e inhaló culminando - Es simplemente un deber ciudadano…

. – Vaya… – Dijo esta, admirando como siempre, el temple y la inteligencia de su interlocutora - Yo estoy que me lleva el diantres, y tu como si nada con tus clases de ética ciudadana…

. – Jajaja – Se rio Olivia al escucharla y más ver sus gestos de negación - Mi amiga, lo que no influye positivamente en tu vida, no hay que dedicarle tiempo, sino desecharlo, pero así… - Le dijo chasqueando los dedos, haciendo que su amiga asintiera en acuerdo con sus palabras…

Ahora mismo, Olivia no tenía intención de amargar su vida, menos por comentarios absurdos y nada productivos… Ella tenía otras ideas más interesantes en mente, a las que si pretendía dedicarle toda su atención…