Desde Que Llegaste, Mi Vida Cambiaste

Finalizó el fin de semana de muchas noticias, felicidad, viajes y mucho trabajo, para un hombre que maneja varias empresas, no era fácil sacar un poco de su tiempo y eso estaba haciendo por esos niños y esa mujer que se metió en su mente como una bruja, era inevitable no darse cuenta de que desde que habían llegado a su vida, todo en él, había cambiado, sus días eran más felices, el tiempo era medido para sacar tiempo para ellos.

Se preguntaban como un hombre joven, con oportunidades para tener su propia familia, hijos propios, estaba atrás de una mujer con dos hijos, cosa que ni él sabía, como decir que no, a esas dos personitas que solo pedían un padre, con quien jugar o pedir lo que no podían a su madre, que con sus locuras te llenaban el alma.

¿La vida no sería tan buena con Andrómeda, al meterse con un hombre que estaba rodeado de mucho dinero, de muchas mujeres dispuestas a lo que sea por darle un hijo y quedarse con todo su dinero, muy diferente a Andrómeda, que solo buscaba una noche con él o unas cuantas, conocía el tipo de hombre adinerado que se creía todo y humillaba a quienes estaban por debajo, eso lo evitaba ella, tampoco deseaba compartir el amor de sus hijos con alguien más, así de egoísta era y sabía que eso le hacía daño a sus pequeños, pero que podía hacer? No los busco y llegaron para hacer de su vida una vida maravillosa, llenas de muchas cosas por la cual luchar y no dejaría que nada dañara a sus tesoros y para eso, tenía a Roberta de ayuda.

_Bien por ti, nena, yo solo me conformé con un beso._

Hablo Andro decepcionada, al terminar de escuchar como su amiga le contaba de la fabulosa noche que pasó, caminaban a sus lugares, no tenían viaje, pero cumplían horario y así evitar que hablaran demás.

_Esa mujer es mi locura, mi todo..._

_Deja de hablar y arregla rápido lo de los niños, necesitamos viajar en dos días._

Arturo sonrió.

_¿Estás enamorado?_

Matteo no presto atención.

_No te hagas el loco, sabes lo que pasara cuando la prensa empiece acosar a Andrómeda._

Matteo dejo de ver su computador y suspiro pasando sus manos por la cara.

_No me hagas pensar en eso, cuando eso, pase ponemos distancia y problema solucionado..._

_Andrómeda lo entendería, pero mis ahijados no, le harás daño..._

Matteo le dio una mirada que bastó para que él entendiera que no quería escuchar más, tenía suficiente con todo lo que pasaba en el momento, disfrutaría mucho lo que estaba pasando en su vida, sin preocuparse por el mañana.

En la empresa donde estaban las chicas, los comentarios empezaban a circular, pero ellas se encargaban de negar todo, principalmente por qué sabían lo buena que eran en su trabajo, lo menos que deseaban era estar en boca de todos.

_Claro que tenemos un papá y un padrino y son muy guapos._

Hablo Emma a sus compañeros de colegio.

_¿Dónde están?_

Hablo una niña, hija de un empresario.

_En sus trabajos, pero te puedo mostrar una foto mañana._

Manuel trataba de parar a su hermana, pero ella seguía hablando, de lago que era difícil de hacer y si pasaba, lograría un gran alboroto en las redes.

El día paso y cada uno se fue marchando a su hogar, sacando a Matteo, que pasaba el día y parte de la noche en su trabajo y Arturo era arrastrado a eso, así que debía despedir a la mujer que le gustaba, por qué aún no tenían una relación concretada, Andrómeda pensó en irse, pero pasó a despedirse de su jefe.

_Ya no creo que viajes, así que iré por mis hijos._

Matteo levantó la mirada y sonrió, cosa que estaba haciendo seguido, se acercó y se quedó viendo sus ojos.

_Que me hiciste, que deseo tantas cosas de ti._

_Pueden ser las ganas que te tengo._

Andro hablo sin quitar su mirada de él, sacando una sonrisa de medio lado de él, se acercó y beso sus labios, chupando su labio inferior, se separó y los limpio con su dedo pulpar, Andro lo detuvo y se lo metió a la boca para chuparlo y morderlo suave, haciéndolo gruñir, pero más de ahí no pudo pasar, ya que su teléfono sonó, ella solo se despidió con la mano y se fue, dejando a Matteo hablando por teléfono y casi molesto por quedar siempre con las ganas de seguir.

_¿Cómo quedamos tú y yo?_

Roberta estaba acorralada por Arturo, con una sonrisa.

_Como buenos amigos, con derecho a pasarla bien._

Él solo sonrió y beso sus labios, aunque no le gustaba mucho la idea, eso de amigos con derecho, estaba la opción de poder tener a otras personas y a él, eso no le sonaba nada gracioso, que ella fuera tocada por otro, su lado posesivo estaba en él y se notaba al ser besada con rudeza en su cuello y tocada en su trasero, aunque el pantalón no dejaba tener más acceso.

_Oye... No es lugar._

Roberta habló entre gemido.

_¿Nos vemos cuando.?

_Eso no lo sé yo, cariño._

Beso, sus labios y lo dejo con un problema entre sus piernas, casi molesto por no poder salir y verse con ella, fue donde Matteo, que apenas lo vio, se echó a reír.

_Estás como un adolescente, anoche la viste y ya quieres otra vez?_

Arturo chasqueó la lengua y se dedicó a trabajar o eso trataba de hacer, pensaba en lo ocupado que siempre estaba, si eso podría lograr que Roberta buscará otro amigo, en su cabeza estaba la posibilidad de hacerle una propuesta de noviazgo, de esa manera tener el derecho de reclamar, de exigir fidelidad, no compartir nada de ella.

_Nena, siento que Arturo es un poco posesivo._

_¿Y eso es malo?_

_Para mí sí, no quiero una relación donde tenga que dar explicaciones o ser fiel, eso no me gusta, es más fácil tener una relación de amigos exclusivos y no sufrir si alguno falla._

Andrómeda se echó a reír, conocía perfectamente a su amiga y ella quería con Arturo lo que con ninguno quiso.

_No seas tonta, déjalo que te demuestre lo que es y lo que quiere contigo, si no es de tu agrado se lo dices y ya._

Roberta no dijo nada más, ya que sus dos tesoros habían entrado a la camioneta.

_¿Estaban hablando de novios? ¿Por qué hicieron silencio?_

Ambas reían de su niña traviesa.

_¿Cómo les fue a mis tesoros?_

_¿Genial mamá, mañana debemos traer nuestra app para demostrar nuestro talento, verdad hermano?_

Emma empezó su manipulación a Manuel, no me quedó de otra que asentir a las locuras de la niña.

_Bien, vayamos a casa, tenemos que hablar._

La camioneta arrancó y entre cantos llegaron a casa, Manuel seguía a su hermana para regalarla, pero sus besos y abrazos eran la solución para qué la ayudará, después de hacer todo antes de cenar, terminar la cena, Roberta y Andrómeda le dieron la noticia que viajarían por cuatro días para donde su abuela postiza, eso era una noticia maravillosa, llenos de felicidad se acostaron y Emma tenía mucho que contar en el colegio, muy aparte de mostrar a su papá y padrino.