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Ángeles Y Demonios

Ángeles Y Demonios

Status: Terminada
Genre:Fantasía / Matrimonio contratado / Reencuentro / Matrimonio arreglado / Pareja destinada / Ascenso de clase social / Casada con el millonario / Completas
Popularitas:1.9M
Nilai: 4.7
nombre de autor: Dane Benitez

Apariencia de Ángel tenía ella, una mujer que se vio obligada a casarse con un hombre que no conocía , mejor dicho que no conoce durante los tres primeros años de dicho matrimonio , acostumbrada a su soledad en aquella mansión un día de la nada se ve obligada a actuar como toda una señora ante su regreso . El era tan frío con una apariencia de demonio que nadie podía llegar a pensar que en su vida existiera lugar para la familia o el amor pero todo cambia cuando se ve en la obligación de cumplir su papel dentro de aquel matrimonio y la conoce a ella .

¿ Podrá existir entre ellos más que una unión por obligación ?

NovelToon tiene autorización de Dane Benitez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 15

Axel:

Joder, nadie antes había logrado convencerme de algo que no quisiera hacer, pero Anna lo había conseguido. Ella se fue a bailar con su amiga, dejando que la música la envolviera, mientras yo me quedé en la mesa, bebiendo lentamente. No soportaba esos lugares; el ruido, la luz parpadeante y la multitud me agobiaban.

Pero no podía apartar la mirada de ella. Cómo movía esas caderas voluminosas tan sensuales, balanceándose con una confianza que atrapaba todas las miradas.

Su vestido negro ceñido se deslizaba ligeramente con cada movimiento, dejando a la vista un poco más de piel, como si invitara al deseo con sutileza.

Debió sentir mi intensa mirada porque, casi tímidamente, bajó un poco el borde del vestido antes de continuar bailando, como si quisiera ocultarme ese fuego que ardía en ella.

De repente, se acercó a la mesa para tomar otra copa; me apuré y se la arrebaté con firmeza.

—¡Oye! ¿Qué pasa? —me preguntó con un brillo desafiante en los ojos.

—Te dije que ya no bebas más, Anna. Vas a terminar ebria antes de que termine la noche.

—Tenemos un trato, Axel —me replicó, fulminándome con la mirada mientras me arrebataba de nuevo la copa.

—Está bien, entonces apresúrate a disfrutar, que no vamos a quedarnos toda la noche.

—Axel, deja de ser tan amargado y aprende a disfrutar. Eres joven —me dijo, soltando una risa ligera y comenzando a bailar justo frente a mí.

—Estás loco. Yo no bailo —respondí, y no era mentira, nunca fui de esos que se sueltan en la pista, menos con esa música que retumbaba en los parlantes.

—Ven, yo te enseño —me invitó, jalándome hacia ella con una energía irresistible.

—¿Qué haces? —la cuestioné, pero al instante me quedé sin palabras. Sus manos posaron firmemente sobre mis caderas mientras su otra mano se enredaba suavemente en mi cuello.

Comenzó a moverse, guiándome en un baile que despertó en mí sensaciones que no esperaba sentir. Realmente empezó a bailar para mí, y yo me dejé llevar por su ritmo.

—Si crees que provocándome me vas a hacer cambiar de opinión, estás muy equivocado —le dije, mientras la acercaba más a mí. Ella se sobresaltó un poco, pero aquel juego de provocación ya lo había iniciado ella. Si su intención era hacerme caer, lo había conseguido.

—Estás loco, Axel. Solo quiero que entiendas que eres joven y debes disfrutar más.

Bailamos así durante un rato, cuerpos encendidos en un vaivén sutil y ardiente. Luego, se apartó para ir por su copa otra vez. No supe si era porque estaba reseca o por el calor que entre los dos se había generado.

—Ya es suficiente, Anna. Vámonos —le insistí.

—Axel, aún no —respondió, con un dejo de desafío.

—Anna, basta. Nos vamos ahora mismo.

—Vete tú, Axel. Los guardias me llevarán si quieres —me retó con una sonrisa pícara.

—Estás loca. No te quedarás aquí, estás borracha.

—No me iré, y punto —sentenció, desafiándome con la mirada. Pero no tuve opción, la tomé en brazos, cargándola sobre mis hombros. Empezó a dar patadas, furiosa, pero le agarré con firmeza las manos en el bajo de su vestido, evitando un espectáculo.

—¡Eres un idiota, bájame! —gritaba, pero ignoré sus protestas.

—Y tú, una borracha berrinchuda. Así que cálmate —respondí con una sonrisa burlona.

Anna:

Por segunda vez, Axel me carga sobre sus hombros, y por más que pataleo y forcejee, no me baja. Me lleva hasta la camioneta, y cuando finalmente estamos dentro, me mira con esa sonrisa contenida que me hace temblar.

—Eres un imbécil —le digo con indiferencia, aunque en el fondo me gusta que me mire así.

Entonces, sin previo aviso, él se acerca y coge mi mandíbula con una mano firme, apretando un poco, tomando el control de la situación.

—Ya es suficiente. No vuelvas a insultarme. Respeta a tu esposo —me advierte, su mirada fija en mis labios.

—Entonces no te comportes como tal y suéltame —le desafío, poniendo a prueba sus límites.

—Cállate de una vez por todas, Anna. O te callaré —me amenaza, y la incredulidad me invade, no entendiendo cómo puede decir eso.

—¿No me digas que vas a… pegarme para callarme? —le pregunto con voz desafiante.

—Ya verás —responde, con ese tono oscuro y misterioso que me hace sentir un cosquilleo en la espalda.

Pero justo cuando abro la boca para replicar, siento sus labios posarse con fuerza sobre los míos, dominantes, casi exigentes. Se abre paso entre mis labios, introduciendo su lengua, reclamando mi atención. A pesar de querer resistirme, correspondo con la misma pasión. Lo atrapo por el cuello, y él me abraza con fuerza por las caderas. De repente, una de sus manos comienza a deslizarse lentamente por mi muslo. Intento apartarlo, pero la caricia despierta un fuego que no quiero negar. Cuando aprieta un poco más, un gemido escapa de mis labios, intensificando el momento. Después de mirarnos a los ojos un largo instante, nos perdemos nuevamente en el beso, hasta que el tosido del chófer nos devuelve a la realidad, dejándonos sin aire.

Durante todo el trayecto a casa no pronunciamos palabra, aunque de vez en cuando nuestras miradas se encontraban, llenas de significado. Al poco tiempo, la camioneta se detuvo frente a la casa.

Axel me ayudó a bajar porque me sentía mareada. Cuando entramos, Eddi nos esperaba, sorprendido de verme con Axel, a quien lanzó una mirada fulminante.

—No lo regañes, él no tiene nada que ver —le advertí, devolviéndole la mirada.

—Sube de una vez, Anna, o en cualquier momento te caerás —me dijo Axel, firme.

—Ya llegamos, Axel. Así que cálmate. Si no quiero irme a la cama todavía, eso no es asunto tuyo. Si tienes sueño, vete tú…

—quise terminar, pero Axel no me dejó. Otra vez me cargó en brazos.

—Te dije que no vuelvas a hacerlo, Axel —exclamé cuando llegamos a la habitación, medio riendo, medio molesta, pero sin dejar de sentir las mariposas que él siempre me provoca.

1
Alfredo Carranza
Excelente
Maria Alarcon
Muy buena historía. Felicitaciones.
Isis Zeraus Legna
El marido a duras penas sobrevivió a un atentado, y a ella le parece mucha seguridad 🙄🙄 y porque no invitaban al amigo a la mansión.
Isis Zeraus Legna
🙄
Isis Zeraus Legna
Anna va a lastimar su piel, se depila las piernas a diario
Isis Zeraus Legna
de nuevo el texto es confuso. Parece una traducción incorrecta.
Isis Zeraus Legna
los hombres siempre la misma 💩. Porque no terminan de sacudirse esas busconas? No pueden bloquear un número?
Isis Zeraus Legna
creo que es una traducción la novela.
Isis Zeraus Legna
que mujer tan desubicada.
Isis Zeraus Legna
la historia es muy buena, pero es vital para el crecimiento de la autora ser más prolija en la escritura.
Liliana Olivieri
Axel es muy imprudente en su actuar, sabía dónde se metía, hubiera llegado callado y por atrás para eliminarlos a todos, pero no fue de frente sabiendo lo que pasaría, es muy, muy peto estúpido.....
Liliana Olivieri
Y que paso con los guarespaldas, es un hombre importante y sabe que sus hermanos son peligrosos y están con la mafia y él muy campante, ni siquiera un arma para defenderse tiene. Muy tontos y estupidez es.
Liliana Olivieri
Muy obvio lo que iba a pasar con la Kimberly, no se como Axel no se dio cuenta y porque tuvo que hacerle caso a una empleada, parece que cualquiera de sus mujeres le maneja como quiere.
Marietta Benach
Qué mujer que no pierde el tiempo para tomar licor en exceso! 😡
Marietta Benach
Bueno
Eva Doello
bellisima historia, la amé... Excelente felicitacionesautora y muchísimas gracias👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷🇦🇷❤❤❤❤❤❤
Vidash: Gracias❤ te invito a leer la segunda parte😁👀
total 1 replies
Esther Miranda
Y niñas, no pudo ser una pareja, xq siempre son niñas
Esther Miranda
Xq si es dueño del negocio tiene q soportar a personas como ella de odiosa e irrespetuosa con su esposa, q tiene que aguantar es algo especial para no prescindir de ella
Esther Miranda
Ya me imaginaba q no podía faltar una o más zorras en la vida de él, a ver sino se complican las cosas con su esposa
Esther Miranda
Así deben de ser las personas tener carácter yno ser mangoneadas
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