Luego de vivir una vida de forma sumisa, pensando que de esa forma todo era mejor, Luna muere en manos de un asesino, fuera de un supermercado a sus treinta años, arrepentida por no vivir de la forma en que quería, pide fervientemente una segunda oportunidad. ¡Que luna tan hermosa la de esta noche, lástima que no la podre ver más! piensa antes de morir desangrada. ¿Qué ocurrió?, desperté en un hospital, pero este no es mi cuerpo y ¿porque tengo orejas de conejo? Reencarnada en otro mundo, ocupando otro cuerpo, descubre que la chica tambien se llama Luna y la dificil vida que llevaba, ademas de que la intentaton asesinar y el principal sospechozo es un hombre que aparece en sus sueños, como un recuerdo de lo ocurrio, quien ademas es uno de sus compañeros de clase y un lobo blanco, uno de los principales peligros para los conejos. Asi comienza esta trama dondd Luna buscara al culpable para tomar venganza
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Capitulo 14: tal vez no sea tan malo
Inmiscuirse con esa mujer es buscarse demasiados problemas, mas desde que volvió, ¿Cómo pudo volver luego de todo lo que sucedió?, sin duda no podía entenderla. Pero dejarla allí, en ese estado, era seguro que sería atacada en cuanto se percaten. Nunca había conocido a un herbívoro tan despreciado, ¿Cómo puede estar en ese estado rodeada de depredadores? Se acercó a ella, toma su mano y trata de ayudarla sin ser afectado por sus feromonas, algo que era difícil, incluso para él, controlar sus instintos en ese momento parecía un reto que no podía dominar, sus orejas y cola se podían ver claramente, al igual que las de ella.
- ¡Mierda! – dice cargándola, con solo tocarla sentía como su razón era puesta a prueba
- Te… te…- dice la mujer sin poder pronunciar bien las palabras – go, ca…..lor…..quema
- Cálmate- le dice tratando de sacarla de allí, tomo la toalla y la cubrió lo mejor que pudo – trata de dominar tu cuerpo – demonios, esto es más difícil de lo que pensé.
- No…. Pue…do – le dice, mientras su cuerpo temblaba, aspira fuerte y posa su olfato en el cuello del hombre – tu olor – gime y luego lame su cuello.
- ¡Espera! – dice alterado sintiendo como el toque de la mujer fundía su razón- ¿Qué crees que haces idiota?, ¿sabes en que situación te encuentras? – le dice mirándola, pero su mirad parecía perdida.
- Quiero, tocarte más – dice acercándose a sus labios y luego los lame – necesito…. – hace un gesto de dolor – quema – dice con voz dolorosa
- Creo que en este estado no hay supresor que pueda ayudarte – le dice viéndola aguantar el dolor del celo – primero necesitar calmarte – suspira – esto está empeorando cada vez más – él también estaba en su límite – muy bien, te ayudare solo por esta ocasión – le dice, aunque tal vez ella no lo estaba escuchando siquiera – solo aguanta un poco más.
Por suerte ya pasaba de las diez de la noche, por lo general no había nadie alrededor a esas horas, logro pasar por el campus cargando con la mujer, de toparse con alguien era imposible explicar la situación, además también estaba la posibilidad de que se genere una pelea por la presa, debía correr y llegar lo más rápido posible a un lugar seguro. Llegaron a los dormitorios y comenzó a liberar sus feromonas para no dejar rastro del aroma de la mujer, subieron las escaleras y corrió por el pasillo hasta llegar a su habitación, abrió la puerta, entro y cerro con llave. Dejo a la mujer sobre su cama, quien parecía volverse loca al oler su aroma por todos lados del lugar.
- Yo… yo…- decía de forma agitada, parecía que no podía respirar de forma adecuada – aaah, duele – dice gimiendo.
- Lo sé – le dice acercándose a ella – este lugar está lleno de mi aroma, algo que debe ser muy doloroso para ti – la mujer se abalanza sobre él.
- Tu… hueles …- lame su cuello – duele, quema, quiero tocarte más – estaba totalmente perdida en sus instintos.
- Bien, yo también estoy en mi limite – la besa mientras acaricia su espalda, causando espasmos en el cuerpo de Luna – demonios, esto es diferente a lo que estoy acostumbrado – era embriagador sentirla entre sus brazos, mientras trataba de controlar sus deseos de morderla, devorarla y sentir saborear su carne.
Sobre la mujer, dominando la situación, entrelazando sus manos, la beso mientras se introducía en su cuerpo lentamente, escuchando los gemidos de placer cerca de sus oídos, sintiendo todo su interior rogando por tenerlo cada vez más adentro, palpitando y apretándolo.
- Mas…. Quiero – dice gimiendo envuelta en el placer
- Espera, esto no es fácil para mí – no quería perder el control y llegar a lastimarla.
Se introdujo por completo dentro de ella, provocando una gran exhalación llena de excitación en sus ojos, espero unos segundos para que el cuerpo de la mujer se acostumbrara a recibirlo todo, era tan pequeña, que sentía podría romperse con el mas mínimo movimiento brusco.
- ¿Estás bien? – le dice agitado, la observa
- S.. si – le dice respirando de forma agitada.
- Comenzare a moverme – le dice – dime si te duele, ¿ok? – no recibió respuesta.
La besa de forma suave, todo en ella era tan pequeño, sus manos, sus piernas. Incluso su boca y su lengua eran pequeñas, saboreo todo mientras controlaba el gran impulso que brotaba de su interior, con cada embestida podía sentir una gran corriente recorrer su cuerpo, los gemidos de Luna llenaban todo el lugar, resonando en sus oídos. Llenos en sudor y sus feromonas mezcladas impregnando todo. Hasta que Luna logro calmar su celo y se quedó profundamente dormida.
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Un sonido diferente al de su alarma, podía escucharlo, pero no quería levantarse, sentía su cuerpo cómodo, escuchando los latidos de un corazón que lograban llevarla a un estado de calma, a su lado un calor corporal tranquilizador y su respiración era.
- ¡¿Respiración?! – dice abriendo los ojos rápidamente, al darse cuenta de que había alguien a su lado abrazándola. Vio a su lado y salió de un brinco de la cama – q…q… ¡¿Qué haces aquí?! – le grita mientras trata de cubrir su cuerpo con las sabanas.
- Deja de ser tan ruidosa – dice mientras se sienta, molesto por la forma en la que lo despertaron – es demasiado temprano para tus dramas.
- Ningún drama – le dice nerviosa - ¿Qué haces aquí? Y ¿Por qué tienes orejas de perro y cola? - su voz sonaba alterada.
- No son de perro, tonta – le dice mirándola, incluso sus ojos habían cambiado de color, eran amarillos o quizás dorados – son de lobo, mi subgénero es de lobo blanco. – se levanta de la cama – y yo no estoy en tu territorio – se acerca a ella – tu estas en el mío – le sonríe mostrando sus colmillos.
- Ta… ta.. ta.. ¡Tapate! – le grita apenada por ver al hombre desnudo frente a ella - ¿no tienes vergüenza?
- ¿Vergüenza? – ríe – no puedo creer que eso sea lo que te importe ahora – le dice acariciando sus largas orejas – incluso luciendo tan provocativa - le susurra – te recomiendo, que comiences a ser más consciente del peligro en el que te encuentras – muerde suavemente su oreja, luego sonríe. “¿me va a devorar?” – te prestare algo de mi ropa, puedes utilizar mi baño – le dice separándose de ella, caminando hacia el armario.
- ¿Qué? – la tomó por sorpresa, creía que le haría daño
- Otra cosa – le dice volteando a mirarla – cuida mejor de tu cuerpo – sigue buscando.
“No sé qué fue lo que sucedió conmigo, pero dadas la escena y su condición, era claro lo que había ocurrido, fue una suerte que no la lastimara, ahora comienzo a dudar de las intenciones de este hombre, ¿Por qué me ayudo?, ¿realmente es una mala persona?, ya no sé qué pensar, en mis sueños él es quien representa el papel de asesino, pero en la realidad, pareciera actuar de forma contraria”