La Luz De Mis Ojos

Me sentía medio abrumao por la situación y traté de buscar las palabras pa’ calmar a Carla.

—Carla, lo siento... —dije al fin, bajito—. No te llamé porque... porque en verdad no sabía qué decirte. Carla me miró con esa cara de “¿en serio?” y se echó a reír, pero con una amargura que dolía.

—¿No sabías qué decirme? —repitió con burla—. Eso suena a embuste.

Me picaron un poco sus palabras, pero traté de quedarme tranquilo. —Carla, te lo juro… no te llamé porque estaba confundío y no sabía ni qué hacer. Ella me miró como si yo fuera un nene chiquito diciendo excusas, se cruzó de brazos y me tiró con frialdad:

—No te creo. —Miró a Aurora con una cara de asco—. No lo hiciste porque estabas con ésta.

Aurora se puso tensa al lao mio , y ahi fue que me di cuenta que la cosa estaba a punto de salirse de control

Aurora:

note como ethan se ponia , y era lo que mas rabia me daba se dejaba manipular y manejar de carla a su antojo , que debia hacer defenderme a las acusaciones de carla y que ethan arreglara las cosas con su novia - suspiro . Si precisamente eso es lo que voy hacer

___ Porque siempre tienes que hacer todo tan difícil carla - la mire a los ojos fijamente __ Mira Carla tú viniste aquí, a formar problema por todo - la mire porque demonios no me puedes ver, ya déjame tranquila - le grite __ ya basta - dije mirándola

Carla se volvió hacia mí, su rostro enrojecido por la ira. __ ¿Cómo tú te atreves a hablarme así gritó , su voz resonando en la habitación. ___ ¿Cómo tú te atreves a decirme que te deje tranquila, después de to’ lo que tú me has hecho?

Me sentí un poco abrumada por su reacción, pero mantuve mi posición, mirándola desafiante. ___ No te he hecho nada , dije, tratando de mantener la calma. ___ Eres tú la que siempre viene aquí a causarme problemas.

Carla se rió con amargura. __ Problemas, repitió. ___ Tú no sabes lo que e’ un problema.

___ Creó que ese problema lo tienes con ethan , no tienes porque meterme a mi en tus asuntos de noviazgo. La mire ___ No tengo nada que ver me largo - dije

___ Que no espera aurora - ethan tomo mi mano y note que carla me miro con enfado

____ ¿Qué e’ lo que pasa? —preguntó Camila, mirando a Carla—. Tú otra vez, Carla... te dije que si ibas a venir, era pa’ que arreglaras las cosas con Ethan, no pa’ venirle a formar un revolú a Aurora y dañarle la fiesta. —La miré.

____ ¿Ahora la mala soy yo? —la miré—. ¿Cuándo es tu hermano el que está con esta? —mire a Ethan—. Tú te vienes conmigo ahora —grité a Ethan, ordenándole irnos de la fiesta.

____ Tú no te mueves —mire a Ethan—. Mi hermano no va pa’ ningún lado —la miré.

___ Ethan - dije mirándolo

____Nada de Ethan —la miré—. Deja de ordenarle como si fueras su mamá. Ethan es mi hermano, Carla, y ya estoy harta de que vivas gritándole y mandándolo.

___ Carla se volvió hacia mí, su rostro rojo de ira y sorpresa. ___ ¿Qué sabes tú de lo que pasa entre Ethan y yo? —preguntó, su voz baja y peligrosa. Se volteó y se fue.

___ Ya, Camila, todos nos están mirando —mire a mi hermana—. Yo hablaré con Carla. —Mire a Aurora y le dije—: Lo siento. Y me fui tras Carla. Me apresuré a seguir a Carla, que se alejaba rápido por el pasillo.

___ ¡Carla, espera! —grité, pero ella no se detuvo. Siguió caminando, su cabello rubio balanceándose detrás de ella. Me sentí un poco desesperado, no quería que la situación se saliera de control. Finalmente, logré alcanzarla, la tomé del brazo y la detuve. ___ Carla, por favor, habla conmigo —dije, tratando de calmarla.

___ Carla se volvió hacia mí, su rostro enrojecido por la ira y la frustración. __ ¿Qué quieres?, preguntó, su voz baja y peligrosa.

Me sentí un poco intimidado por su actitud, pero sabía que tenía que intentar hablar con ella. ___ Quiero hablar contigo sobre lo que pasó, dije. ___ Quiero explicarte... Por qué no te llamé mientras estabas fuera , continué. ___ Quiero explicarte que no fue porque no me importara, sino porque... __ bueno, porque no sabía qué decirte. Carla me miró con escepticismo, su rostro todavía enrojecido por la ira.

___ No te creo, dijo. ___ Siempre has sido un mentiroso.

Me sentí un poco herido por su acusación, pero traté de mantener la calma. ___ No te miento, Carla, dije. ___ Te juro que no te llamé porque estaba confundido y no sabía qué hacer.

Carla se rió con amargura. —¿Confundido? —repitió—. Eso e’ ridículo. Siempre has sabido exactamente lo que querías.

Me sentí un poco frustrado por su falta de comprensión, pero traté de seguir hablando. —Carla, por favor, escúchame —dije—. Quiero explicarte todo. —La miré—. Y entonces, cuando te fuiste, me sentí bien confundido y no sabía qué hacer —continué—. No te llamé porque no sabía qué decirte, y no quería hacer que las cosas fueran peores. Carla me miró con una expresión pensativa, y por un momento, pareció que estaba considerando mis palabras.

—Vale —me miro

—Entonces volvamos —la miré. Ella ablandó un poco y nos entramos a la fiesta cogidos de la mano. Supongo que ya todo estaba arreglado, aunque no sé por qué no le decía a Carla que era mejor dejarlo así. No sé por qué hago esto. Noté que Aurora me miró y su expresión cambió totalmente. Le había fallado.

Porque me miraba así, sus ojos ya no brillaban como brillaban cada vez que me miraba. Noté que se dirigió a la barra a tomar algo. Decidí no mirarla más porque Carla estaba a mi lado y no quería más problemas. Suspiré. La noche parecía haberse vuelto aún más intensa y desenfrenada. La música era cada vez más fuerte y yo me encontraba perdido en un mar de bebidas y risas. Carla estaba a mi lado, sonriendo y bailando al ritmo de la música. Mi hermana y su novio parecían estar pasando un buen rato, y Catalina y Doruk estaban en su propio mundo, con Doruk a punto de caer dormido en cualquier momento.

Pero mi mirada empezó a buscar a Aurora nuevamente, pero ahora parecía haber desaparecido. Me sentí un poco preocupado, esperando que estuviera bien. Tal vez se había ido a dormir, como pensé al principio, pero no podía evitar sentir que algo no estaba bien.

Suspiré y me volví hacia Carla, que me sonreía con una mirada brillante en sus ojos.

—¿Estás bien? —preguntó, inclinándose hacia mí.

Asentí con la cabeza, tratando de sonreír.

—Sí, estoy bien —dije.

Carla me miró con curiosidad. Pero no le tomé importancia. Me sentía completamente ido y aunque sabía que mis adicciones eran más vistas en mí, no hacía nada por dejarlas. Simplemente era algo que no podía dejar, las necesitaba, seguía tomando, tomando, y consumiendo drogas hasta no poder más.

Me sentía como si estuviera en un ciclo sin fin de adicción y autodestrucción. Sabía que mis hábitos eran perjudiciales y que estaban afectando negativamente mi vida y mi salud, pero no podía parar de consumir. La droga y el alcohol se habían convertido en una parte integral de mi vida, y no podía imaginar vivir sin ellos. Me sentía como si estuviera atrapado en una trampa de la que no podía escapar.

Mi cuerpo y mi mente estaban sufriendo las consecuencias de mi adicción. Me sentía débil, cansado y confundido, y mi memoria y mi concentración estaban empezando a fallar. Pero a pesar de todo esto, seguía consumiendo. Me sentía como si estuviera en un estado de negación, y no podía aceptar la realidad de mi situación.

Mi relación con Carla era un caso perdido. Me sentía como si estuviera en un abismo sin fondo, y no podía encontrar la salida. Mi adicción había tomado el control de mi vida, y yo era un prisionero de mis propios hábitos. La oscuridad me envolvió y me sumó en un sueño profundo, no supe más qué ocurrió.

Aurora:

Después de ver todo lo sucedido con Ethan y Carla, decidí subir a mi habitación a escribir un poco de aquella novela en la que él me había inspirado a escribir. Ethan parecía igual a todos los hombres, dice una cosa y sale con otra. Solo podía escuchar la música. Miré el reloj y ya estaba demasiado tarde. No entendía por qué no había terminado con la fiesta, decidí bajar y me encontré con una de las imágenes que nunca hubiese querido ver. Ethan estaba ebrio, pero no solo eso, Ethan estaba consumiendo droga y yo acabo de verlo. Me sentí como si hubiera recibido un golpe en el estómago. No podía creer lo que estaba viendo. Sentí una mezcla de emociones: shock, tristeza, preocupación. Lo había visto como un chico fuerte y seguro de sí mismo, pero ahora parecía vulnerable y perdido.

Ethan estaba atrapado en un ciclo de adicción y no sabía cómo salir. Lo miré por un rato y lo vi caer profundamente dormido. Decidí volver arriba, no sabía qué pensar. Las imágenes de Ethan no me dejaban dormir. Me senté en la cama, con la cabeza entre las manos, tratando de procesar lo que había visto. La imagen de Ethan consumiendo drogas y luego cayendo profundamente dormido me había dejado sin aliento.

Me sentía desconcertada y preocupada por su bienestar. Pasé horas dando vueltas en la cama, tratando de dormir, pero las imágenes de Ethan no me dejaban en paz. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, logré conciliar el sueño. Pero incluso en mi sueño, la imagen de Ethan seguía presente, y me sentía como si estuviera tratando de encontrar una manera de ayudarlo, de sacarlo de la oscuridad en la que se había sumido.