Melisa es una agente secreta muy poderosa, desafortunadamente, muere a manos de su amado por órdenes del jefe de la agencia.
Sin embargo, se le da una segunda oportunidad de vivir en el cuerpo de una mujer débil que murió después de caerse de las escaleras.
Es en esta segunda oportunidad donde ella busca vengarse de su amante y del jefe de la agencia secreta, así como de aquellos que torturaron a la dueña del cuerpo en el que ahora reside.
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Capítulo 18
"Ustedes son realmente buenos para tergiversar los hechos, ¿creen que un centro comercial grande como este no tiene cámaras de seguridad? Solo están ocupados atendiendo a los clientes", dijo Grameisya.
Un empleado se acercó a Grameisya.
"¿Qué sucede, señora?", preguntó el empleado.
"La vi a ella y a su pandilla robando ropa aquí", respondió Grameisya.
"¡Oye! ¡Nosotros no robamos nada! Tú eres la que roba", acusó la mujer a Grameisya.
"¡Revísenla!", ordenó Grameisya.
El empleado revisó a la mujer. "¡Oye! ¿Qué estás haciendo?", gritó la mujer apartando la mano del empleado.
"Déjame revisarla a mí", dijo Grameisya.
Tomó la mano de la mujer y le abrió la camisa. Salieron dos camisas que había escondido debajo de su ropa.
Los amigos de la mujer huyeron despavoridos por temor a ser atrapados.
La mujer también quería soltarse, pero el agarre de Grameisya era más fuerte.
"Lo siento, señorita, llamaré a los guardias de seguridad de inmediato", dijo el empleado corriendo rápidamente hacia afuera.
Poco después, llegaron dos guardias de seguridad. Los guardias se hicieron cargo y ambos sujetaron a la mujer.
"¡Suéltenme!", gritó la mujer resistiéndose.
"Muchas gracias, señorita, por atraparlos. Se lo haré saber a mi jefe de inmediato", dijo el empleado.
"Pero algunos de ellos ya han escapado", dijo Grameisya.
"No importa, señorita, nuestro jefe se encargará de eso más tarde. Espere aquí un momento, por favor", dijo el empleado.
"Sí, todavía quiero elegir algunas prendas para comprar", asintió Grameisya.
La mujer fue llevada por los guardias de seguridad y el empleado para reunirse con su superior.
Unos minutos después, el empleado regresó.
"Señorita, nuestro jefe le pide que se reúna con él", dijo el empleado.
"Oh, está bien", asintió Grameisya.
"Sígame, señorita", invitó el empleado.
Grameisya siguió al empleado para reunirse con su superior. Llegaron frente a una habitación y la puerta se abrió automáticamente.
"Pase, señorita", dijo el empleado.
Grameisya entró en la habitación.
"Déjenlos, pueden volver a trabajar", ordenó el jefe. El jefe estaba mirando por la ventana.
"¡Sí, señor!", respondieron. El empleado y los dos guardias de seguridad salieron de la habitación.
El jefe se dio la vuelta, parecía joven, guapo y carismático.
"Gracias, señorita, por atrapar a esta ladrona", dijo el apuesto hombre sonriendo.
"De nada", respondió Grameisya asintiendo.
"Bien, señora, puede irse", le dijo el hombre a la mujer que había robado.
"¿Yo... puedo irme?", preguntó la mujer señalándose a sí misma.
"Sí. Señora, puede irse", respondió el hombre asintiendo y sonriendo.
Grameisya frunció el ceño. La mujer se fue alegremente.
"¡Oye! ¿Por qué la dejaste ir así como así?", preguntó Grameisya.
"¿Por qué?", preguntó el hombre de vuelta.
"El problema es que si la dejas ir porque robó, ¿qué pasa si vuelve a robar? Si en tu lugar no importa si roba un almacén entero, no te perjudicará, pero ¿qué pasa si roba en una pequeña tienda? Ya tienen pocas ganancias y encima les roban. Al hacer esto, también perjudicarás a los pequeños comerciantes", dijo Grameisya en un tono ligeramente elevado.
"¡Tsk! Nadie me había regañado antes. ¿Sabes quién soy?", preguntó el hombre.
"Sí, eres el dueño de este centro comercial", respondió Grameisya cruzándose de brazos y poniendo los ojos en blanco.
Deseen que la autora regrese pronto🥰🥰
