Una chica aparece de la nada, con la premisa de decir que es del futuro y es la esposa del protagonista, y que ha viajado a su época para evitar algo que hará.
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Kawai
Mire el reloj de mi muñeca y observé que era la misma hora de la que habíamos partido de la habitación. era de tarde y el sol aún alumbraba el cielo con intensidad.
—Akane... saldre por un momento, caminare un poco— dije más relajado
Akane me miró detenidamente y pregunto sin despegar la vista de mi, —¿seguro que estás bien Yuu?
dije que si, que no se preocupara mientras me levantaba, Akane asintió pero aún con un poco de duda, salí de la habitación y los rayos del sol y el aire de la tarde golpearon mi rostro.
camine sin un rumbo en mente, disfrutando el ambiente y el aire fresco, pensando en todo lo que había pasado en el viaje, mi yo del pasado, Kawai, la sombra y el laboratorio, todo eso formaba parte importante en mi vida, recuerdos que por algún motivo fueron borrados de mi mente, me preguntaba si tal vez yo estuve involucrado en aquel laboratorio, aunque no sabía si como paciente o como científico, tal vez si investigaba un poco en internet sobre algún laboratorio secreto o algo así.
decidí tomar un transporte al centro de la ciudad, quería despejar mi mente de todos mis pensamiento mientras caminaba por la ciudad, y una vez en el transporte saque mi celular y me puse a investigar sobre el tema del laboratorio, lamentablemente no encontré nada parecido a algún laboratorio que hiciese experimentos con personas, si es que existía, muy probablemente el mundo no sabía lo que se hacía en ese lugar.
mientras seguía investigando encontré un artículo de un antiguo hospital psiquiátrico que había sido cerrado hace años, decía que los pacientes habían sido sometidos a tratamientos inhumanos, aunque no mencionaba nada sobre un laboratorio, me pareció un lugar que merecía la pena investigar, así que decidí guardar el artículo.
cuando llegue al centro de la ciudad baje del transporte y me dirijo a caminar sin rumbo fijo, solo observando las cosas que me rodeaban, mientras Caminaba escuché una voz que grito mi nombre.
-¡Yuu!-
al voltear para ver quién era me doy cuenta de que era Kawai.
—¿Kawai?, pero que haces aquí, ¿no deberías estar en el trabajo?— pregunté extrañado, pero al mismo tiempo alegre por verla
—he venido a hacer unas cosas al centro de la ciudad y he solicitado salir temprano del trabajo, que me dices tú ¿no has ido a la escuela?— pregunto Kawai con una sonrisa.
—la verdad es que he estado un poco estresado por la escuela y he decidido faltar hoy— dije mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.
Kawai me miró con una ceja levantada como si no terminara de creerse mi repuesta, al final solo se encogió de hombros.
—te entiendo, a veces es necesario tomarse un descanso— dijo mientras daba unos pasos, —te parece si caminamos por el centro de la ciudad, hay una plaza por aquí cerca.—
mire al cielo, el sol comenzaba a descender, y aunque el peso de mis pensamientos aún rondaban en mi mente, la idea de distraerme aún seguí pareciendo buena.
—claro, suena bien— respondí sin pensarlo demasiado
Caminamos por las calles tranquilas rodeadas de tiendas y edificios bajos, el ambiente estaba lleno de vida pero algo en mi mente sentía una desconexión, como si no perteneciese alli, mis ojos no dejaban de observar mi alrededor, pero mi mente seguía atrapada en esos recuerdos vagos, en ese laboratorio en lo que podía haber sido. Kawai parecía disfrutar el paseo, hablando sobre cosas sin importancia pero yo apenas prestaba atención.
apenas prestaba, atención...
sin querer repetía las acciones que eran evidentes en mis dos viajes, no le daba la atención que merecía, mis pensamientos vagos cambiaron bruscamente, paso de enfocarme en mi, a sentir un poco empatía por Kawai, deje de lado mis pensamientos y me concentre en ella...
—¿te gustaría hacer algo en especial Kawai?— pregunté con una sonrisa sincera
—no lo se, lo que tú quieras— respondió ella con un ligero sonrojo
—¿que tal si me cuentas sobre tu trabajo?—sugeri.
Kawai accedió y comenzó a contarme su día a día en la oficial, las dificultades que enfrentaba y las cosas divertidas que le sucedían, yo lo escuchaba atentamente haciendo preguntas y comentarios demostrando que me importaba lo que decía.
mientras caminábamos llegamos a la plaza que Kawai había mencionado, era un lugar amplio y arbolado con una fuente en el centro y bancas alrededor.
nos sentamos en una de las bancas cerca de la fuente y comenzamos a platicar.
—me alegra que hayamos coincidido en el centro— dijo Kawai
—a mi también me alegra verte aquí Kawai—respondi
—Yuu... gracias por escucharme— dijo Kawai con un tono de voz diferente.
—no hay de que Kawai, me alegra haberte encontrado aquí— respondí
Kawai se quedó en silencio por un momento observando la fuente mientras sus dedos jugueteaban con su cabello, luego sin previo aviso giro lentamente hacia mi, con una expresión que no podía interpretar del todo, pero que sin duda me hizo sentir una calidez inesperada en mi pecho, una sensación familiar, tal vez algún eco de mi pasado con Kawai.
—¿Yuu, sabías que...?— comenzó, pero su voz se quebró ligeramente, como si algo en su interior la estuviera deteniendo.
—¿que pasa?— pregunté, ahora sintiendo una pequeña inquietud, no era común en ella el titubear así.
—No, es solo que...— tomo una respiración profunda, como si estuviese tratando de tranquilizar algo en ella. —a veces me preguntó, porque a veces no nos damos cuenta de lo que realmente importa, hasta que algo nos hace pararnos y mirar ¿sabes?— sus ojos se encontraron con los míos llenos de una vulnerabilidad que no había visto antes.
—Lo se... a veces solo necesitamos un momento como este para ver las cosas con más claridad. — dije sin apartar la mirada de ella.
mi mente y mi corazón aún llenos de los recuerdos oscuros del laboratorio, parecían apagarse por un instante.
Kawai no dijo nada en ese momento, pero su expresión cambio, suavizandose aún más, podía sentir que nuestra conversación, la que había iniciado de manera casual estaba tomando un giro más profundo.
nos quedamos ahí frente a la fuente, mientras el sol se encontraba ahora en una posición más baja, la calidez de la tarde envolviendo nuestras sombras.
—gracias por estar aquí hoy Yuu— dijo ella
—gracias a ti Kawai, por compartir este momento conmigo— respondí
Kawai se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla.
el gesto me tomo por sorpresa , no podía negar que sentí una tibia calidez dentro de mi, como si algo descansará.
Kawai se apartó lentamente mirando al suelo con un pequeño rubor en sus mejillas
—eres una gran persona Yuu— dijo ella
las palabras de Kawai resonaron en mi mente, no solo por el cumplido, si no por la sinceridad y calidez que transmitían, era como si en ese breve instante el peso de mis dudas se hubiera aligerado, la calidez de Kawai, su cercanía, me hacían sentir que apesar de todo había algo reconfortante en mi vida.
—Kawai...— respondí con una sincera sonrisa, —tu también eres una persona maravillosa—
un silencio cómodo se instaló entre nosotros mientras el sol continuaba su descenso tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosas.
—Kawai, ¿quieres que te acompañe a la estación?— pregunté rompiendo el silencio
Kawai sonrió y agradeció el gesto, así que caminamos hasta la estación, mientras caminábamos seguíamos platicando, Kawai platicaba sobre el pasado, cuando aún íbamos al instituto, eso me hizo avivar viejos recuerdos con Kawai, buenos recuerdos.
al llegar a la estación, Kawai se despidió de mi con una sonrisa.
—nos vemos mañana en el trabajo Yuu—
respondí devolviendo el gesto— nos vemos mañana, Kawai.—
al igual que ella volvería a casa, la idea de salir a despejar mi mente...
no tenía idea que resultaría así de bien, era momento de volver a casa con Akane.