Sinopsis:
En una ciudad donde los sueños y los secretos se entrelazan, dos hombres se encuentran en un camino lleno de amor, traición y autodescubrimiento. Tras un encuentro inesperado, Alex, un fotógrafo con miedo a vincularse, y Javier, un apasionado activista, son arrastrados a una intensa relación que desafía sus creencias, sus pasados y su propia identidad. Rodeados de amigos leales pero con problemas propios, y la presión de una sociedad que a menudo no entiende su amor, ambos deberán enfrentarse a sus demonios internos y decidir si están dispuestos a luchar por lo que realmente quieren.
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Capitulo 14: Cruzando Límites
La tarde del sábado llegó con un brillo dorado que filtraba a través de las hojas de los árboles, creando un ambiente casi mágico. Los amigos habían decidido reunirse en un parque cercano para desconectar de la rutina y celebrar la llegada del verano. Sin embargo, lo que debía ser una sencilla tarde de risas y recuerdos, se tornó en un escenario para viejos secretos y nuevas tensiones.
Alex y Javier estaban sentados en una manta, algo apartados del grupo que jugaba a la pelota. La energía entre ellos había cambiado desde la última vez que se vieron, y ambos lo sabían. Aquel tipo de silencia cargada solía ser la antesala de una tormenta. Desde que surgieron los rumores sobre la relación de Javier con Clara, la amiga del grupo que todos parecían adorar, Alex se sentía más distante, como si una sombra se hubiera interpuesto entre él y su mejor amigo.
“¿Te has dado cuenta de cómo todos parecen actuar de manera extraña desde que Clara llegó?”, comentó Alex con tono casual mientras miraba al resto del grupo. Mariana había estado hiperactiva, intentando ser el centro de atención, mientras que Mateo, en cambio, se mostraba más reservado, como si estuviera ocultando algo.
“Sí, lo noté”, respondió Javier, su mirada fija en la pelota que pasaba de mano en mano. “Pero creo que solo están emocionados. Es verano, todos quieren divertirnos.”
“¿Divertirse?”, replicó Alex, su voz conteniendo una mezcla de frustración y confusión. “No es solo eso, Javier. Todos están hablando de lo bien que se llevan contigo y Clara. Parecen olvidar quién eres y lo que realmente significa esta amistad para nosotros”.
Javier dio un leve suspiro, consciente de que la conversación se estaba volviendo más cargada. “No sé, Alex. Tal vez solo estoy intentando canalizar lo que todos esperan. Clara es... diferente. Desde que entró en nuestras vidas, hay una vibra nueva. ¿Acaso eso es malo?”
“¿Diferente? No, Javier, ese no es el punto”, respondió Alex, sintiendo cómo su tono se volvía más intenso. “Lo malo es que estás perdiendo de vista lo que realmente importa: nuestra amistad. Siempre hemos sido un equipo, y ahora parece que has elegido a Clara por encima de mí y el resto”.
Las palabras de Alex colisionaron en el aire y Javier lo miró con una mezcla de sorpresa y decepción. “¿Me estás diciendo que no puedo tener una relación sin que esto afecte lo que teníamos? Siempre pensé que ibas a apoyarme, no a señalarme cada vez que elijo algo diferente”.
Un silencio tenso se apoderó de ellos, y Alex deseó haber medido sus palabras. Sin embargo, sentía que no estaba equivocado. Este sentimiento de vulnerabilidad y temor a perder a Javier lo había atormentado días atrás, pero no había encontrado el momento apropiado para hablarlo. La presión reunió una combinación de sentimientos que ya no podía contener.
A lo lejos, el grupo se reía y disfrutaba del compañerismo, ajeno a la tormenta que se desataba entre los dos amigos. Mariana, en un intento de mantener la risa, se acercó con un par de cervezas, rompiendo la tensión con su inconfundible energía.
“¡Hey, chicos! ¿Qué tal se siente ser el centro de atención? ¡Se están perdiendo la diversión ahí!” exclamó con una sonrisa. Pero, al ver las miradas sombrías que intercambiaban Alex y Javier, su sonrisa se desvaneció un poco. “¿Es todo bien?”
“Sí, todo bien”, murmuró Javier, forzando una sonrisa. Alex, sin embargo, no pudo evitar quedarse en silencio. Sabía que era el método de Javier para evadir la confrontación, pero independientemente de lo que ocurriera, no podía mantenerse al margen.
Mientras la tarde avanzaba, las tensiones siguieron creciendo. Poco después, Clara se unió al grupo, y con su llegada, el ambiente cambió drásticamente. Sus risas y chispa contagiaron a todos, pero para Alex, la situación se volvió insostenible. Clara parecía estar ocupando el espacio que pertenecía a momentos íntimos entre amigos, y eso lo incomodaba.
Finalmente, no pudo contenerse más. “Clara, ¿te importa si hablamos un momento?” preguntó, intentando sonar cortés, pero sintiendo que en sus palabras había un tono de desafío.
Clara, sorprendida, asintió. Se alejaron un poco del grupo, adentrándose en la sombra de un viejo roble. “¿Pasa algo, Alex? Te ves algo tenso…” dijo con un tono amistoso pero inquisitivo.
“Solo quería dejar claro cómo te veo en este grupo”, comenzó Alex, sintiéndose más nervioso con cada palabra. “Entiendo que Javier y tú se lleváis bien, pero no quiero que olvidéis la amistad que todos compartimos. No es justo que se cambie nuestra dinámica solo porque tú estés aquí”.
Clara lo miró con sorpresa. “No entiendo. ¿Por qué crees que estoy aquí para cambiar algo? Solo estoy disfrutando de su compañía. Javier es un gran amigo. Todos ustedes son mis amigos”.
“Pero eso no es lo que parece...”, murmuró, sintiendo que sus argumentos flaqueaban. “Apenas nos hemos visto desde que llegaste. A veces es como si estuvieras convirtiendo nuestro grupo en algo que no era antes”.
“Alex, yo solo estoy aquí para ser parte”, insistió Clara, cruzando los brazos. “Si él ha cambiado su enfoque, eso es cosa de él. No puedes culparme a mí. Hasta donde entiendo, tú también tienes tu parte en esto”.
Las palabras dieron en el centro de la diana, desestabilizando a Alex. Su enojo no era contra Clara, sino frustración por perder a su amigo, y eso pronto se vertió en confusión.
“No es solo Javier, es todo. El grupo ha cambiado. Esto no es solo verano, son años de amistad”, dijo, su voz un susurro derrotado.
Clara lo entendió y, finalmente, su mirada se suavizó. “Alex, nadie puede reemplazar lo que tenéis. Lo que Javier y yo tenemos no tiene que interferir con vuestra amistad, pero debes hablarlo con él, no conmigo. Hay cosas en juego, y a veces, las verdades deben ser debatidas entre vosotros”.
Sintiéndose algo más aliviado, pero todavía afectado, Alex asintió. “Tienes razón. Gracias por tu honestidad”.
Al regresar al grupo, el ambiente seguía ligero, pero Alex se dio cuenta de que tenía que enfrentarse a Javier. Después de todo, era su amigo, y era hora de hablar, no solo sobre Clara, sino sobre lo que su amistad significaba en este nuevo horizonte incierto.
“Javier”, comenzó, buscando su mirada. “Creo que es hora de que hablemos de esto. No puedo perderte. No puedo perder nuestra amistad”.
Javier lo miró fijamente, como si una gran barrera en su mente comenzara a evaporarse. “De acuerdo. Pero necesito que seas sincero. No quiero que esto interfiera con lo que siento por Clara. Y quiero que encuentres la forma de aceptar que las cosas han cambiado”.
“Las cosas pueden cambiar, pero lo esencial no. Prometamos que hablaremos. Que no solo reaccionaremos”, dijo Alex, la esperanza fluyendo entre ellos como un hilo invisible.
Con un asentimiento, Javier mostró un atisbo de comprensión. La tarde continuó, pero esta vez, había un ligero cambio en su dinámica. Habían comenzado a cruzar límites, no solo entre ellos, sino dentro de ellos mismos, uniendo viejos secretos y nuevas tensiones, con la promesa de que su amistad podría resistir esta prueba y florecer aún más.
La tarde de verano siguió su curso, mientras en el horizonte surgía una nueva relación entre los amigos, forjada por el entendimiento y la honestidad, un camino hacia un futuro compartido que prometía ser mucho más que risas y juegos.
El Amor entre personas del mismo sexo, sean hombres o mujeres, siempre ha sido muy criticado y mal visto,. Pero también hay quienes como ALEX Y JAVIER a pesar de sus miedos y certeza de que su Amor, no sería fácil de entender, tanto para sus familias como para amigos.
La vulnerabilidad de ambos, fue su centro y en base a eso lograron aceptar que lo más importante era estar juntos en todo y para todo.
AUTOR@ te FELICITO, he leído historias como esta pero en ninguna sea hablado de la aceptación personal. Gracias por compartir tu talento, inspiración y trabajo,, creo que es la primera historia de tu creación qué he encontrado, espero poder leer mas de tu inspirado talento!!!