Hacía tiempo creía que mi vida estaba resuelta, el esposo soñado, la familia amorosa pero nunca imaginé que la traición vendría de esa persona que creía mi único hogar.
Las apariencias engañan y todos verán quien fue el que engaño, miento y destruyó todo a su paso.
Que comience el juego.
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CAPITULO 14
Antes de comenzar, este capítulo contiene escenas fuertes, si no es de tu agrado puedes pasarlo. Considerando esto, sigue disfrutando de tú lectura.
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ESMERALDA (+18)
El deseo vivido mezclado con el erotismo, el recorrido de sus manos por todo mi cuerpo, sus besos cálidos pero llenos de pasión solo me hacían anhelar más y más, lo deseaba como nunca había codiciado a otro hombre. Estoy sumida en un torbellino de pasión, mi cuerpo estaba caliente y respondía a cada toque:
- Eres la mujer más hermosa que he visto. Me dijo al oído en un tono suave.
No podía contestar, recorría con las manos su cuerpo tonificado, y le fui quitando la ropa dejando apreciar ese abdomen marcado, sus fuertes brazos, es alto, pero lo veía más grande la edad solo le hacía ser más apetecible:
- Todo esto que ves, es tuyo mi amor, reclámalo ahora. Me beso sin dejarme aliento.
- No espera, reaccione, esto no está bien eres el hermano de Luis Fernando. Exclamaba, tenía que entrar en razón, no podía caer en la tentación.
- No habrá nadie que nos separe ahora, escúchame bien Eres mía. Me tomo con sus manos el rostro y me beso como si le perteneciera.
Me empezó a sacar el camisón dejando a la vista mis pechos erguidos reclamando su atención y empezó a darles atención a cada uno de ellos, robándome mi aliento y solo poder gemir. Me puso delicadamente nuevamente en el sofá y fue del cuello bajando por mis senos tocándolos hasta el borde de la única prenda que tenía puesta:
- Se te ve tan bonita esta braga, pero ahora todas son mías. Me arranco de un solo golpe y me dejo a su merced.
Mi cuerpo solo le respondía, tomo mis piernas y dejo un recorrido de besos, separo mis muslos y solo vi como su rostro llegaba al punto más sensible, sentí su lengua en mi clítoris que cada vez iba más profundo haciéndome tocar las estrellas, mi control se perdió en el deseo y quería más:
- No pares, por favor, gemía, ahí justo ahí…. Mm… Le agarraba por el cabello y profundizaba su toque.
- Nunca lo hare, ahora dame lo que estoy esperando, quiero probarte. Y seguía con sus lamidas.
No podía aguantar más y explote, fue el primer orgasmo más placentero que había tenido, Franco era un experto haciéndolo y me preguntaba a cuantas se lo había hecho, pero no me dejo ni hablar que nuevamente reclamo mis besos y senos. Fui bajando mis manos y no sé en qué momento, pero solo tenía un bóxer puesto y se lo fui quitando, tocando el mástil más duro, venoso y delicioso:
- Ahora me toca a mí probarte, le decía mientras me ponía de rodillas y él se puso de pie.
- ¿Estás segura? Pregunto.
No quería que dudara, así que empecé por metérmelo por la boca como mi paleta favorita y cuanto más probaba más quería, escuchar sus gemidos y halagos solo aumentaron mi deseo, así que baje mi mano para empezar a tocarme, santos cielos esto se sentía exquisito y su sabor era inigualable.
Tocaba el fondo de mi garganta mientras se movía, tomo mi cabeza y solo llegaba a profundizar:
- Te tragaras todo, demando en un tono sensual.
- Dámelo todo, feliz respondí.
Unos movimientos mas y exploto en mi boca, su sabor salado era lo que estaba esperando, tomaba cada gota, una pequeña línea blanca salía de mi boca y con los dedos me lo metía otra vez no quería despreciar nada:
- Buena chica, ahora te hare sentir el verdadero placer. Tomo mis brazos mientras me hacía echar en el sofá.
- Estas tan mojada por mí, eso solo me hace desearte más. Y pasaba su mano por mi centro y tomo mi boca reclamando besos con pasión ardiente.
Sin esperar más, tomo su erección jugando con mi entrada y de una sola estocada lo metió todo haciéndome arquear la espalda, me sentía llena, complacida y deseada, perdí todo mi juicio, solo quería más de el:
- Más fuerte. Cada estocada hacia perder mis sentidos.
- Pídemelo, ¿Qué quieres? Fue bajando su velocidad y besando mi cuello.
- Ah, ah, más fuerte Franco, gemía mas alto cada vez, quiero todo, quiero que me llenes de ti. Se lo pedía y lo miraba directamente a los ojos.
- Solo dirás mi nombre a partir de ahora, tus gemidos, tus orgasmos y tu cuerpo ahora me pertenecen completamente, dime que eres Mia. Lo decía en un tomo demandante y tomo mi barbilla mientras seguía moviéndose y llegando cada vez más profundo.
- Soy tuya, Franco. Gritaba su nombre y mi orgasmo llego.
Solo fue más rápido y duro, cada estocada fue más placentero y lo sentí llegar, el líquido caliente comenzaba a llenarme y lo recibía complaciente, tomé cada gota, un último movimiento y fue saliendo, entrando suave nuevamente para meterlo todo:
- Te llenare con mi semilla y la recibirás toda. Dijo mientras me miraba.
Sonrojada y aún caliente, cambiamos de posición y volvimos a comenzar con más afición, recorrimos toda la casa, me tomaba cada vez con más ímpetu y yo gustosa lo recibía. No sé cuánto tiempo paso pero las horas fueron pasando y nosotros solo caímos en la cama envueltos uno del otro, rendidos dormimos abrazados con un beso apasionado.