Amor En La Mentira

Camila lo pensó mucho y decidió ir personalmente a hablar con Daniel acerca del divorcio, él se lo debía, había sido él quien la había engañado y quien sin importarle nada seguía saliendo con esa mujer.

Además, creía que Daniel sería el más beneficiado con el divorcio, podía seguir con su vida y no tendría que estar pegado a una mujer que no lo hace feliz, así que lo llamó y le dijo que necesitaba hablar con él, lo cual maravillosamente aceptó.

Lo que a ella no le pareció fue que la citara en un restaurant para hablar, ese detalle le generó desconfianza, aunque de igual manera aceptó.

Llegó al lugar y a la hora acordada, fue dirigida a un área VIP y allí estaba él, tan perfecto como siempre, no había un detalle fuera de lugar, al verla sonrió y se acercó a saludarla como siempre, esta vez fue a besarla y ella volteó su rostro, la ira y la decepción aún estaban presentes.

-Hola Cami, no sabes cuanto había esperado tu llamada – la tomó por la cintura y la llevó hasta la mesa

-Me tomé el atrevimiento de pedir tu comida favorita y vino blanco – le hizo una seña al camarero y este le sirvió una copa de vino mientras él se tomaba un wiski

-No debiste molestarte y no te preocupes, no creo que coma, lo que tengo que decirte será rápido, sé por tu propia boca que eres una persona muy ocupada y no tienes tiempo para dedicarme, así que iré al grano… quiero el divorcio y aquí están los documentos para que los firmes – Daniel se quedó con el vaso a medio camino, no esperaba que Camila tomara una decisión tan radical

Daniel respiró profundo e intentó tomar la mano de Camila por encima de la mesa y a pesar de lo que acostumbraba, ella retiró la mano.

-Camila creo que estas tomando una decisión precipitada y no estoy de acuerdo con el tema del divorcio, existen algunos negocios que he realizado con tu padre y estos no han culminado, por lo que se me hace imposible una separación en este momento – habló con toda la tranquilidad que pudo

-Si me firmas el divorcio en este momento dejaré por fuera todo eso, yo solo quiero que estemos legalmente divorciados, no quiero saber más nada de ti y pensaba que te sucedía lo mismo, tu situación económica con mi padre es aparte de todo esto, por eso estoy aquí para que tengamos un divorcio amistoso – Daniel la miraba fijamente, esa no era la mujer con la que se había casado

-Yo renuncio a lo que estaba en el acuerdo prenupcial, no quiero que me des ni un solo centavo por manutención y te puedes quedar con el departamento, no quiero nada que me una a ti, te dije en su momento que incluyeras la empresa de tu familia en el acuerdo prenupcial y no me hiciste caso, en este documento renuncio a esa empresa, pero si me lo pones difícil intentaré sacarte hasta el último centavo – Camila no sonreía, sentía que cada palabra le dolía enormemente

-No quiero que nos divorciemos, yo… te amo y estos días sin ti me han demostrado que eres la mujer de mi vida y que fui un estúpido al no darme cuenta de la mujer tan maravillosa que eres – cada palabra se sabía a hiel

No era fácil para Daniel decirle esas cosas que no sentía, pero ya el rumor de su posible separación con Camila le estaba pasando factura, sus socios veían con mala cara el tema del divorcio y poco a poco como ratas estaban abandonando el barco.

El respaldo económico que le proporcionaba la familia de Camila se estaba diluyendo y era un secreto que todos sabían, por lo que necesitaba conservarla a su lado todo el tiempo que pudiera, había pedido un crédito, el cual mejoraría notablemente la liquidez de la empresa y se lo habían negado porque no tenia un aval para el mismo.

Su aval siempre había sido la familia de Camila y él la había descuidado estúpidamente, era en ese momento en que entendía las palabras de su padre y su obsesión por casarlo con ella, su nueva pareja tenía una familia con dinero, pero no le llegaba ni a los pies a la familia de su actual esposa.

Debía hacer cualquier cosa para convencer a Camila de volver con él o de por lo menos evitar tocar las finanzas de la empresa y no podía aceptar ese divorcio que ella estaba poniendo sobre la mesa, era su empresa lo que estaba en juego y ¿qué haría con esa empresa si ella se llevaba todo el capital?

Había que hacer algo, debía buscar tiempo, por lo que el tema del divorcio no era una opción, hablaría con el padre de ella y le haría creer que ella estaba viendo fantasmas donde no los había, no firmaría ese divorcio ni hoy ni nunca.

-No voy a firmar, yo te amo y no quiero perderte – habló lo más sereno que pudo

-Estoy tratando de ponerte las cosas fáciles y tu no quieres, te doy 24 horas para que lo pienses, firma y tu amada empresa seguirá como si nada, así tu amada novia podrá quedarse a tu lado, porque no creo que ella quiera estar con un hombre sin dinero – la mirada de Camila estaba llena de maldad

-Mia es solo una amiga, se que te dije que teníamos algo, pero solo fue para que te calmaras y no crearas una escena en la empresa, ella y yo solo salimos como amigos, ella me escucha cuando tengo algún problema y en ocasiones discutimos juntos cosas relacionadas a la empresa y no puedo hablar contigo de esas cosas, ya que tu no entiendes nada de eso – Camila asintió y sonrió amargamente, su esposo pensaba que ella era una mujer tonta y sin cerebro

-No te preocupes, te entiendo, no hay mejor lugar para hablar de los problemas del trabajo y de la empresa que en un cuarto de hotel, voy a hacer como que te creo, pero de igual manera quiero el divorcio – terminó de decir y se levantó para irse

-Camila – la llamó él antes de que saliera del VIP

-Se te quedó esto – le lanzó los papeles del divorcio

-No te preocupes, esos son tuyos, tengo una copia en mi computadora y… te recomiendo que lo leas, quedas muy bien parado con ellos – salió de allí y sentía como sus piernas temblaban

Tomó su auto y fue al banco donde tenia una cuenta con su esposo, pidió que le dieran el saldo y retiró cada centavo para depositarlo en la cuenta de su hermano, le iría cortando las alas a su esposo hasta que este cediera.

Además, bloqueó las tarjetas de crédito con la historia de que alguien los había robado, sabía que podría pedirlas otra vez, pero era algo que llevaría un poco de tiempo.

Cada cuenta mancomunada fue cerrada, Daniel había cometido un error y era que para todo era Camila quien movilizaba y como nunca pensó que ella lo descubriría entonces estaba tranquilo, en ninguna cuenta se necesitaban las dos firmas para absolutamente nada y cuando iba saliendo del último banco comenzó a sonar su teléfono.

Era Daniel, ya era la decima llamada que le hacía y sabia el porqué, además había hecho una excelente actuación en cada uno de los bancos y le había contado a cada gerente como su esposo la había engañado y su decisión de separarse, por lo que ahora era la comidilla de todas las entidades financieras.