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EL ITALINO Y SU ESPOSA RUSA

EL ITALINO Y SU ESPOSA RUSA

Status: En proceso
Genre:Arrogante / Mafia / Embarazada fugitiva / Malentendidos / Amor-odio / Matrimonio entre clanes
Popularitas:9.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Genesis YEPES

Una esposa atrapada en un matrimonio con uno de los mafiosos
más temidos de Italia.
Un secreto prohibido que podría desencadenar una guerra.
Fernanda Ferrer ha sobrevivido a traiciones, intentos de fuga y castigos.
Pero su espíritu no ha sido roto… aún. En un mundo donde el amor se mezcla con la crueldad, y la lealtad con el miedo, escapar no es solo una opción:
es una sentencia de muerte.

¿Hasta dónde está dispuesta a llegar por su libertad?

La historia de Fernanda es fuego, deseo y venganza.

Bienvenidos al infierno… donde la reina aún no ha caído.

NovelToon tiene autorización de Genesis YEPES para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

SILENCIO EN LA TORMENTA

La noche cayó con una lentitud cruel, como si el cielo mismo se negara a oscurecer del todo, temeroso de lo que ocurría en esa casa en las colinas de Roma. Afuera, los cipreses se mecían por el viento, y un relámpago desgarró el horizonte. La mansión, sin embargo, permanecía inmóvil, como si su corazón hubiera dejado de latir… igual que el de Fernanda.

La joven estaba sentada en el suelo, frente a la chimenea apagada, con las piernas cruzadas y el rostro apoyado en las rodillas. El USB todavía seguía insertado en la parte trasera del televisor, pero las imágenes que había visto unas horas antes seguían danzando en su mente como espectros imposibles de espantar.

Las amenazas de Bianchini, el padre de Nicolaok, resonaban una y otra vez. Esa voz, tan parecida a la de su hijo, decía palabras que parecían salidas de una pesadilla. El rostro de su madre, Aleksandra Romanov, temblando mientras sujetaba entre sus brazos a una niña que lloraba… era ella. Era Fernanda. No tenía más de tres años. les prometía un destino peor que la muerte si no obedecían.

Había estado en negación por años. Había creído que su madre había muerto por un ajuste de cuentas entre mafias rusas. Que el apellido Romanov era una sombra sin importancia. Pero ahora, todo cobraba sentido.

Isabella, Franchesco, Enzo, incluso Éli… todos habían arriesgado algo por ella. Todos habían sido piezas en un tablero que ahora ardía.

Un golpe suave en la puerta la sacó de su trance.

Se incorporó lentamente. El vestido que llevaba aún era el mismo de la cena con Nicolaok. Negro, ajustado, con el escote ligeramente caído por el hombro. No había querido cambiarse. No porque le gustara, sino porque todo le dolía. Hasta respirar.

—¿Sí? —preguntó con voz apagada.

La puerta se abrió apenas unos centímetros. Era Gina, la sirvienta de ojos claros que nunca hablaba más de lo necesario. Le dejó un plato con sopa en la mesita y un mensaje.

—El señor Nicolaok pide que no se le olvide lo que vio esta noche —dijo con tono neutro, antes de marcharse sin añadir nada más.

Fernanda caminó hasta la bandeja. No tocó la sopa. Abrió el pequeño sobre con el sello rojo. Dentro, solo una línea escrita a mano:

“No olvides quién manda, ni a quién perteneces.”

Lo quemó sin leerlo otra vez.

**

Mientras tanto, en una carretera secundaria de Italia, Isabella se resguardaba en un granero abandonado junto a un hombre de mediana edad. Tenía las manos sucias, el cabello recogido en una coleta, y una cicatriz en la mejilla que parecía contar una historia que nadie quería escuchar. Era Dario y andre, unos de los pocos leales a los antiguos contactos de Aleksandra Romanov.

—Dario: Cruzaste la frontera hace menos de 24 horas

dijo él mientras bebía de una cantimplora.

— Estás loca si crees que puedes llegar a Roma sin que te detecten.

—No vine hasta aquí para esconderme contestó Isabella con voz tensa Fernanda está allá. Y cada segundo que pasa, es un infierno más profundo para ella.

—¿Y qué piensas hacer?

¿Entrar en la mansión Bianchini y sacarla tú sola?

—No estoy sola.

—Dario alguien problema o asunto que decirme

en un tono serio.

—Dario: nop

Dario la miró de reojo. Entendía el tipo de fuego que quemaba en los ojos de esa muchacha. Era el mismo que había visto en los tiempos en que los Romanov y los Bianchini eran enemigos silenciosos.

—Isabella: Tengo un contacto. En la capital. Es de confianza

añadió Isabella.

—Se llama Lorenzo. Él tiene acceso al sistema de vigilancia de la ciudad. Si logramos saber dónde está exactamente Fernanda, podremos armar un plan más preciso.

—Y arriesgar la vida de todos.

—Sí —afirmó sin titubeos—. Pero no pienso dejarla ahí. No después de lo que hizo por mí.

Dario suspiró, luego le extendió un pequeño mapa arrugado.

—Dario: Roma está a dos horas. Si quieres llegar sin que te rastreen, tomaremos las rutas viejas. Pero una vez dentro... ya no hay vuelta atrás.

**

Esa misma noche, en los pasillos vacíos de la mansión Bianchini, Franchesco caminaba solo, en silencio. Se había distanciado de su hermano. Del negocio. De todo. Desde la muerte de Enzo, el viejo mayordomo, había sentido algo quebrarse dentro de él. Y aunque no podía traicionar directamente a Nicolaok, ya no podía ignorar lo que sucedía frente a sus ojos.

Sacó el teléfono y escribió un mensaje en código cifrado. Lo envió.

Del otro lado, Lorenzo, el contacto de Isabella, lo recibió.

“Movimiento confirmado. Cuarentena digital activada. Fernanda sigue viva.”

Franchesco guardó el móvil, con la expresión endurecida. No podía hacer más. No sin despertar sospechas. Pero cada paso que daba era una línea menos que lo ataba a su hermano.

**

De regreso en su habitación, Fernanda se sentó en el suelo con las piernas cruzadas. Respiró hondo. Observó la pantalla, donde aún se reflejaba una imagen congelada del video del USB. El rostro de su madre… tan fuerte, tan desafiante.

—No dejaré que tu muerte haya sido en vano.

susurró.

Entonces, escuchó otro sonido en la puerta.

No era Gina.

—¿Quién es? —preguntó.

Un papel doblado se deslizó por debajo.

Fernanda lo tomó con manos temblorosas. Lo abrió. Era una nota escrita con letra temblorosa, pero familiar.

"Hay movimiento. Mantente firme. Resiste. Isabella está en camino."

No había firma. No hacía falta.

Fernanda se permitió cerrar los ojos y dejar escapar una lágrima. Por primera vez en semanas, no de dolor… sino de esperanza.

Pero esa esperanza era frágil. Y sabía que, en el mundo de los Bianchini, todo lo frágil… se rompe.

1
clara Valdez
INTERESANTE Y EXCITANTE
Gladys Zapata
pobre chica i a quieren dejar sin salida
Gladys Zapata
de verdad
Gladys Zapata
ay pobre chica
Gladys Zapata
ay no pobre chica
Gladys Zapata
mmmmm que interesante la trama
Rosaili Casteo
HERMOSO, BELLISIMO, ME ENCANTA❤️‍🔥
Ramón Torres
buen
Melody Arianny De león reyes
Hermoso
Lety
Me encanta como narras el comienzo
Claudina Reyes
HERMOSO
rosa bella
hermoso
GENESIS YEPES
intrigante, emocionantes, fuerza, poder, amor retorcido, en definitiva es una historia encantadora.
Mirta Vega
hola autora empezando a leer tu historia ,primer capítulo interesante gracias por tu imaginación
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