Entre Las Sombras

...La felicidad no es algo que pospones para el futuro, es algo que diseñas para el presente...

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Cristal:

Estaba en la oficina de Liam, mientras le ayudaba a hacer un poco del trabajo de él. Habíamos terminado de comer, y ahora nos dedicábamos a revisar unos documentos que Liam tenía que firmar. Yo leía los papeles, y le pasaba a Liam los que estaban bien. Liam los firmaba, y los ponía en una bandeja. Los dos trabajábamos en silencio, pero nos mirábamos de vez en cuando con complicidad. Nos sentíamos felices, y a gusto.

De repente, oímos que alguien llamaba a la puerta. Liam dijo "pase", y se giró hacia la entrada. Vi que era la chica del ascensor, la que le había traído los informes por la mañana. Era una chica peli negra, con un vestido rojo que resaltaba sus curvas. Liam la reconoció, y frunció el ceño.

¿Qué quería ahora?

La chica entró en la oficina, con una sonrisa y unos documentos en la mano. Miró a Liam, y luego a mí. Su mirada cambió de sorpresa a una coqueta, y se acercó al escritorio de mi Liam.

__Hola, señor Liam. Vengo a traerle unos documentos que debe firmar. __dijo ella, con una voz dulce.

__Hola, ¿Qué documentos son esos? __preguntó Liam, con frialdad.

__Son unos contratos con unos proveedores, señor. Son muy importantes. Debe leerlos con atención, y firmarlos. __dijo ella, poniendo los documentos sobre el escritorio.

__Ya veo. Bueno, los revisaré más tarde. Ahora estoy ocupado. __dijo Liam, apartando los documentos.

__¿Ocupado? ¿Con qué? __preguntó ella, mirándome con desdén.

__Con mi trabajo, y con mi novia. __dijo Liam, abrazándome por la cintura.

__¿Su novia? __dijo ella, fingiendo sorpresa.

__Sí, mi novia. Ella es Cristal, y la amo. __dijo Liam, besándome en la mejilla.

__Mucho gusto, Cristal. Soy zorah, la nueva asistente del director general. __dijo zorah, extendiendo la mano.

__Mucho gusto, zorah. Soy Cristal, la novia de Liam. __dije yo, estrechando la mano.

__Ya veo. Bueno, espero que no les moleste mi visita. Solo venía a traerle los documentos al señor Liam. __dijo zorah, con una sonrisa falsa.

__No, no nos molesta. Gracias por los documentos. __dijo Liam, con sequedad.

__De nada, señor. Es mi trabajo. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted? __preguntó zorah, con una mirada insinuante.

__No, por ahora no. Puede retirarse. __dijo Liam, sin mirarla.

__De acuerdo, señor. Si me necesita, estaré en la oficina del director general. Que tenga un buen día. __dijo zorah, dándose la vuelta y saliendo de la oficina.

Liam la vio marcharse, y yo también. Sentí una extraña sensación. No sabía si era curiosidad, celos o rabia.

¿Quién era esa chica, y por qué le había tocado ser la asistente del director general? ¿Qué quería de Liam? ¿Y por qué le había mirado de esa forma en el ascensor?

Oí una voz en mi cabeza, que me decía: «Vamos, hazlo. Pegale una bofetada. Marca tu territorio. No dejes que se acerque a tu hombre». __Me asusté, y traté de ignorar esa voz. No era yo. Yo no era así. Yo confiaba en Liam, y en nuestro amor.

Liam se concentró en mí.

__Mi amor, perdona por esa interrupción. No sé qué quería esa chica. Es la nueva asistente del director general, y me ha traído unos informes y unos documentos. No le hagas caso. __dijo Liam, besándome en los labios.

__Mi cielo, no te preocupes. No me molesta. Sé que esa chica no significa nada para ti. Yo confío en ti, y en nuestro amor. __dije yo, devolviéndole el beso.

__Gracias, mi vida. Eres la mejor. Te quiero tanto. __dijo Liam, abrazándome.

__Yo también te quiero, mi amor. Y quiero que seas feliz. __dije yo, acurrucándome en su pecho.

Al fin terminamos el trabajo, y nos pusimos a salir de la oficina. Caminamos hacia el elevador, abrazados y sonrientes. Nos besamos en el ascensor, sin importarnos los demás. Llegamos al estacionamiento, y Liam me abrió la puerta de su coche. Me subí, y él se sentó al volante. Nos dirigimos a la casa de mi amiga, y de la mía. Liam se estacionó, y me abrió la puerta. Me bajé, y le di la mano. Abrí la puerta de la casa, y entramos.

La casa estaba vacía, y silenciosa. Mi amiga no había llegado todavía, y no sabía cuándo lo haría. Solo quería estar con Liam, y disfrutar de nuestro tiempo juntos. Lo llevé al salón, y le dije que se sentara en el sofá. Le dije que iba a buscar algo de beber, y fui a la cocina. Abrí el refrigerador, y vi que había una botella de vino blanco. La cogí, y busqué dos copas. Las encontré, y las llené. Volví al salón, y le di una copa a Liam. Brindamos por nuestro amor. Bebimos, y nos miramos con ternura.

__Mi amor, te quiero decir algo. __dijo Liam, poniendo la copa en la mesa.

__¿Qué es, mi cielo? __dije yo, acercándome a él.

__Quiero que sepas que eres la mujer de mi vida, y que no hay nadie más que tú. Quiero que sepas que te amo, y que te respeto. Quiero que sepas que confío en ti, y que te apoyo. Quiero que sepas que eres mi felicidad, y mi sueño. __dijo Liam, tomándome de las manos.

__Mi vida, yo también te quiero decir algo. __dije yo, mirándolo a los ojos.

__¿Qué es, mi vida? __dijo Liam, acariciando mi rostro.

__Quiero que sepas que eres el hombre de mi vida, y que no hay nadie más que tú. Quiero que sepas que te amo, y que te admiro. Quiero que sepas que confío en ti, y que te sigo. Quiero que sepas que eres mi alegría, y mi aventura. __dije yo, besando sus labios.

__Mi amor, eres la mejor. Te quiero tanto. __dijo Liam, abrazándome.

__Yo también te quiero, mi amor. Y quiero que seas feliz. __dije yo, abrazándolo.