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Me Muero Con Él

Me Muero Con Él

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor a primera vista / Amor eterno
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabrielcandelario

Dos jóvenes de mundos opuestos se encuentran por casualidad una noche de Halloween. Ella, proveniente de una familia adinerada y de clase alta, y él, de una humilde familia de escasos recursos económicos en la zona más desfavorecida de Florida. A pesar de sus diferencias sociales, sus miradas se cruzan y surge una conexión instantánea entre ellos, una atracción que parecía destinada a ser efímera.

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La fuerza de Ella

Marcos

Capitulo 10 - La Fuerza de Ella

—Marcos, ¿acaso no entiendes que no me importa lo que piensen los demás? —dice Alejandra, con una mirada llena de determinación—. Quiero ayudarte, y no voy a renunciar a eso.

Siento que mi corazón se acelera ante sus palabras, pero también sé que debo mantener la cabeza fría.

—Alejandra, lo aprecio de verdad —le digo, esforzándome por mantener la calma—. Pero no puedo aceptar tu ayuda. No puedo dejar que tú o tu familia se vean involucrados en los problemas de la mía.

Veo cómo la expresión de Alejandra se llena de frustración, y siento una punzada de culpa al ser yo quien provoca esa reacción en ella.

—¿Acaso no entiendes que no me importa eso, Marcos? —exclama, con una voz llena de determinación—. Quiero ayudarte, quiero que alcances tus sueños. ¿Por qué no puedes aceptar eso?

Miro a mi padre, quien observa la escena con una expresión severa, y sé que debo ser firme en mi decisión.

—Alejandra, te agradezco tu oferta, en verdad —le digo, tratando de que mi voz suene segura—. Pero mi familia y yo hemos luchado durante años por mantener nuestra dignidad y nuestro orgullo. No puedo aceptar tu ayuda si eso significa poner en riesgo todo lo que hemos construido.

Veo cómo Alejandra me mira con una mezcla de frustración y tristeza, y siento que el corazón se me encoge.

—Marcos, por favor, déjame ayudarte —suplica ella, apretando mis manos con fuerza—. No quiero que renuncies a tus sueños solo por mantener tu orgullo.

Niego con la cabeza, sintiendo que la determinación se fortalece dentro de mí.

—Alejandra, lo siento, pero no puedo aceptar tu ayuda —le digo, con firmeza—. Mi familia y yo hemos trabajado demasiado duro para llegar hasta aquí, y no voy a poner todo eso en riesgo.

Veo cómo la frustración se apodera del rostro de Alejandra, y siento que mi corazón se rompe al verla así.

—Marcos, por favor, reconsidéralo —insiste ella, con una voz llena de emoción—. Sé que puedo ayudarte a conseguir esa beca sin que tengas que renunciar a nada.

Aprieto los puños con fuerza, sintiendo que la decisión que he tomado es la más difícil de mi vida.

—Alejandra, lo siento, pero mi respuesta sigue siendo no —le digo, con una voz firme—. No puedo aceptar tu ayuda, no puedo dejar que tú o tu familia se vean involucrados en nuestros problemas.

Veo cómo los ojos de Alejandra se llenan de lágrimas, y siento que el corazón se me encoge.

—Marcos, ¿por qué? —susurra ella, con una voz quebrada—. ¿Acaso no confías en mí?

Niego con la cabeza, sintiendo que la culpa me consume.

—No se trata de eso, Alejandra —le digo, con sinceridad—. Es solo que... no puedo aceptar tu ayuda, no puedo poner en riesgo todo lo que mi familia ha construido.

Alejandra me mira con una expresión de incredulidad y dolor, y siento que las palabras se atropellan en mi boca.

—Alejandra, por favor, debes entender que no puedo aceptar tu oferta —le digo, con una voz más firme—. Mi familia y yo hemos luchado durante años por mantener nuestra dignidad y nuestro orgullo, y no voy a permitir que eso se ponga en riesgo.

Veo cómo las lágrimas comienzan a rodar por las mejillas de Alejandra, y me siento morir por dentro al ser yo quien las haya provocado.

—Marcos, ¿acaso no ves que mi intención es ayudarte? —dice ella, con una voz llena de emoción—. No quiero nada a cambio, solo quiero verte cumplir tus sueños.

Aprieto los puños con fuerza, sintiendo que la determinación se fortalece dentro de mí.

—Alejandra, lo siento, pero mi respuesta sigue siendo no —le digo, con firmeza—. No puedo aceptar tu ayuda, no puedo dejar que tú o tu familia se vean involucrados en nuestros problemas.

Veo cómo Alejandra me mira con una mezcla de dolor y frustración, y siento que el corazón se me encoge.

—Marcos, ¿acaso no entiendes que no me importa lo que piensen los demás? —dice ella, con una voz llena de desesperación—. Quiero ayudarte, quiero ser parte de tu vida.

Siento que la emoción me embarga, pero también sé que debo ser firme en mi decisión.

—Alejandra, lo siento, pero no puedo aceptar tu ayuda —le digo, con una voz que trasluce mi propio dolor—. Mi familia y yo hemos luchado durante años por mantener nuestra dignidad y nuestro orgullo, y no voy a poner todo eso en riesgo.

Veo cómo Alejandra me mira con una expresión de incredulidad y dolor, y siento que el corazón se me parte en pedazos.

—Marcos, por favor, reconsidéralo —suplica ella, tomando mis manos con fuerza—. Déjame ser parte de tu vida, déjame ayudarte a alcanzar tus sueños.

Niego con la cabeza, sintiendo que la culpa me consume.

—Alejandra, lo siento, pero no puedo —le digo, con una voz firme—. No puedo aceptar tu ayuda, no puedo poner en riesgo todo lo que mi familia ha construido.

Veo cómo las lágrimas comienzan a rodar por las mejillas de Alejandra, y siento que el corazón se me parte en pedazos.

—Marcos, ¿acaso no ves que mi intención es ayudarte? —dice ella, con una voz quebrada—. No quiero nada a cambio, solo quiero verte cumplir tus sueños.

Aprieto los puños con fuerza, sintiendo que la determinación se fortalece dentro de mí.

—Alejandra, lo siento, pero debo insistir —le digo, con firmeza—. No puedo aceptar tu ayuda, no puedo poner en riesgo todo lo que mi familia ha construido.

Veo cómo Alejandra me mira con una expresión de profundo dolor, y siento que el corazón se me encoge.

—Marcos, por favor, reconsidéralo —suplica ella, con una voz llena de emoción—. Déjame ser parte de tu vida, déjame ayudarte a alcanzar tus sueños.

Niego con la cabeza, sintiendo que la culpa me invade.

—Alejandra, lo siento, pero mi respuesta sigue siendo no —le digo, con una voz firme—. No puedo aceptar tu ayuda, no puedo poner en riesgo todo lo que mi familia ha construido.

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Paula Martina Mut Balam
Es mi idea o toda tu novela es muy repetitiva en sus frases, cada párrafo dice "entiendo tu pasión" "entiendo tu preocupación"
Paula Martina Mut Balam
me cansé de tanto "Alejandra yo..." 🥵
Gelito(☆♡☆)Salazar
Se ve muy interesante!
Me gusta 👍
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