Sinopsis: "La Felicidades No Está Hecha Para Mí" es la desgarradora historia de un joven que lo pierde todo. Después de que su familia muriera en un trágico accidente automovilístico, su mundo se derrumba por completo. Sumido en la desesperación y el dolor, el joven lucha por encontrar un sentido a su vida. Sin embargo, en medio de su sufrimiento, el joven encuentra un rayo de esperanza cuando conoce a alguien que logra despertaren él un sentimiento que creía perdido: el amor. A medida que su relación avanza, el joven comienza a vislumbrar un futuro más allá del abismo de la tragedia. Pero la felicidad que parecía al alcance de su mano se ve truncada cuando, de forma inesperada, su nuevo amor es brutalmente asesinado. Devastado por este nuevo golpe del destino, el joven se enfrenta a la dolorosa realidad de que la felicidad tal vez no esté hecha para él.
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Luz en la Oscuridad
Capítulo 23: Luz en la Oscuridad
Día tras día, me esfuerzo por mantenerme a flote, por no dejarme vencer por la oscuridad que amenaza con consumirme. Lucía ha sido mi pilar en estos momentos tan difíciles, ofreciéndome su inquebrantable apoyo y su cariño incondicional.
Pero a pesar de sus esfuerzos, siento cómo la depresión se apodera de mí, nublando mi visión y robándome las fuerzas para seguir adelante. Algunas noches, me quedo en vela, acechado por los pensamientos más sombríos, preguntándome si Nicolle volverá alguna vez, si nuestros sueños juntos se han desvanecido para siempre.
En esos momentos, la esperanza parece escaparse de mis manos como arena entre los dedos, y me cuesta creer en las palabras de aliento de Lucía. Me siento culpable por no poder ser más fuerte, por no poder superar esta prueba con la firmeza que ella y mi tía Mariana siempre me han atribuido.
A veces, me pregunto si he fallado a Nicolle, si no he sido lo suficientemente capaz de apoyarla en este momento tan difícil. Y en medio de todo este torbellino de emociones, me encuentro cuestionando mi propio futuro, mi capacidad para amar y ser amado, e incluso mi razón de ser.
Sé que Lucía se preocupa profundamente por mí, pero a veces me siento tan abrumado que temo hundirme por completo en la oscuridad. Y en esos momentos, me pregunto si acaso no sería mejor dejar de luchar, dejar de sentir este dolor que me consume lentamente.
Pero entonces, recuerdo las palabras de Nicolle, la promesa que me hizo de regresar a mi lado, y una pequeña chispa de esperanza se enciende en mi interior. Sé que, si logro resistir un poco más, si puedo mantener viva esa llama, tal vez podré volver a ver su rostro y sentir su amor una vez más.
Es por eso que me aferro a esa esperanza, a pesar de que a veces parezca consumirse bajo el peso de la desesperación. Sé que, si Nicolle pudiera verme en estos momentos, se rompería el corazón. Y no puedo permitir que eso suceda, no cuando ella ya enfrenta una batalla tan difícil al lado de su padre.
Así que, con cada gramo de fuerza que me queda, me esfuerzo por mantenerme de pie, por no dejarme vencer por la oscuridad. Sé que, si lo logro, si sigo adelante, podré brindarle a Nicolle el apoyo y la fortaleza que tanto necesita cuando regrese.
Porque, en el fondo, aún creo en nuestro amor, en la promesa de un futuro juntos. Y mientras esa llama siga ardiendo, por más débil que sea, voy a seguir luchando, por Nicolle y por mí. Sé que, al final, si logramos superar esta prueba, nuestra unión será aún más fuerte e inquebrantable.
Un día, mientras me encuentro sumido en mis pensamientos, Lucía irrumpe en la habitación con una expresión de emoción en su rostro.
"¡Martín! ¡Tengo noticias de Nicolle!"
Siento cómo mi corazón se acelera al escuchar su nombre, y la esperanza comienza a florecer en mi interior. "¿Qué ocurre, Lucía? ¿Está todo bien?"
Ella se acerca a mí y toma mis manos con entusiasmo. "¡Su padre ha mejorado, Martín! Los médicos dicen que es un verdadero milagro."
Las palabras de Lucía me dejan sin aliento, y siento cómo una ola de alivio y alegría me invade. "¿Qué? ¿Quieres decir que...?"
Lucía asiente con una sonrisa radiante. "Sí, Martín. Nicolle me ha dicho que puede volver a casa. ¡Pronto estará de regreso!"
Siento cómo las lágrimas de felicidad brotan de mis ojos, y una sensación de ligereza parece inundar cada fibra de mi ser. "Dios mío, Lucía. No puedo creerlo. ¿Cuándo va a volver?"
"Dice que hará todo lo posible por regresar en los próximos días", responde Lucía, con la emoción reflejada en su rostro. "¡Martín, esto es maravilloso!"
Asiento fervientemente, sintiendo cómo una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro. "Sí, Lucía. Es... es un verdadero milagro. Después de todo este tiempo de incertidumbre y dolor, ¡Nicolle va a volver!"
Lucía me envuelve en un cálido abrazo, y puedo sentir cómo su alegría se funde con la mía. "Estoy tan feliz por ti, Martín. Sé cuánto has sufrido durante su ausencia."
Correspondo su abrazo, sintiendo cómo un peso se desprende de mis hombros. "Lucía, no sabes cuánto significan estas noticias para mí. Después de tantos momentos de oscuridad, finalmente veo la luz al final del túnel."
Nos separamos y Lucía me mira con una expresión de orgullo y afecto. "Lo sé, Martín. Y sé que has sido más fuerte de lo que crees. Tía Mariana estaría tan orgullosa de ti."
Al escuchar el nombre de mi tía, siento cómo una sensación de calidez y fortaleza me envuelve. "Sí, Lucía. Tía Mariana ha estado conmigo todo este tiempo, dándome la fuerza para seguir adelante."
Lucía asiente con una sonrisa. "Y ahora, con Nicolle de regreso, vas a poder recuperar esa fuerza y esa esperanza que tanto necesitabas."
Siento cómo una inmensa alegría se apodera de mí, y me parece que los días más sombríos han quedado atrás. "Tienes razón, Lucía. Con Nicolle a mi lado, voy a poder enfrentar cualquier cosa que se cruce en nuestro camino."
Lucía me sonríe con cariño y toma mi mano. "Así se habla, Martín. Ahora, ¿qué tal si preparamos todo para recibir a Nicolle con los brazos abiertos?"
Asiento con entusiasmo, sintiendo cómo la emoción me inunda. "Sí, Lucía. Quiero que todo esté perfecto para cuando ella llegue. ¡Quiero que sepa cuánto la he extrañado y cuánto la amo!"
Juntos, Lucía y yo nos ponemos manos a la obra, organizando cada detalle para el regreso de Nicolle. Mientras trabajo, siento cómo la alegría y la esperanza renacen en mi corazón, borrando poco a poco los días de oscuridad y desesperación.
Cuando finalmente llega el momento en que Nicolle cruza el umbral de nuestro hogar, siento cómo mi mundo se ilumina por completo. Corro a su encuentro y la envuelvo en un abrazo apasionado, sintiendo cómo su presencia llena el vacío que había en mi interior…
:(