Mi Querido Esposo

Una semana después…

Amalia veía a su hijo hacer berrinche, pero esta vez no podía hacer nada esto era por el futuro de ambos

-no puedo seguir haciendo esto, madre – dijo Dante – prácticamente soy el mandadero de mi padre, me la paso todo el día de un lado para otro, me tiene sacando copias y tengo que comer con los demás, como si fuera uno más de sus empleados, ¿Por qué me trata así, yo también soy su hijo? -

-se que nada de esto te gusta, pero por el momento no puedo hacer nada por ti, tu padre aun está muy enojado, que yo te de dinero solo lo hará enojar más - le respondió la mujer.

-entonces dices que tengo que pedirle dinero al imbécil de Alexander -

- y crees que él te lo va a dar -

-entonces dámelo tú, papá no tiene porque saber, no puedo andar por la vida sin dinero –

- haber Dante creo que no has entendido, no puedes seguir actuando como siempre, tienes que madurar, Alexander ya no nos quiere aquí, no te has dado cuenta -

-nunca nos ha querido aquí madre somos una amenaza para su fortuna yo también tengo derechos sobre la herencia -

-ya no somos una amenaza, ahora que él se ha casado su esposa tiene más derechos que tu, sin contar que en cuanto ella tenga un hijo, tu estas fuera o ya olvidaste que esta casa era del viejo y que se la dejo a Alexander no a tu padre, eso sin contar con que tu padre tiene muchas ganas de ser abuelo -

-creo que estas exagerando madre, él no puede sacarnos de aquí solo porque si, además su esposa tiene mi edad dudo mucho que ella quiera tener hijos ahora, así que relájate madre- dijo Dante y se puso de pie

-¿Dónde estará Dalia? -

- mira Dante te lo advierto mas te vale que no sigas con ese jueguito, te dije que si querías divertirte con ella lo hicieras, pero si sigues con eso te pido que lo termines ya, no le des más razones a tu padre para seguir castigándote, si me entero que sigues con eso la voy a despedir -

Su hijo solo la miro con cara de lo que tú digas y salió de la habitación, Amalia llamo a una de las empleadas y le pidió que buscara a Isabela, quería saber en que andaba su hijastro pues últimamente se le veía de muy buen humor.

La joven vino después de un momento y se sentó frente a ella

-¿dígame que necesita?-

-hay querida solo quería saber cómo estas, hay algo de malo en eso, vivimos en la misma casa pero casi no te veo -

-he estado algo ocupada – respondió la joven

Si lo sabría ella, le habían informado que estos días pasaba mucho tiempo en el despacho de Alexander, era obvio que estaba al tanto de la próxima jugada, de su hijastro,

-pues ve haciendo espacio en tu agenda que te quiero en el próximo evento de la fundación, tu marido la ha tenido muy abandonada nunca va a los eventos y ni hablar de sus donaciones -

-me encantaría, voy a comentárselo a Alexander, me ha mantenido ocupada -

-eso es típico de él siempre quiere mantener a las personas a su alrededor ocupadas -

-por mi está bien, así no me aburro, además de tener la oportunidad de ejercer mi título – Isabela se puso de pie – no le quito mas su tiempo Frank me está esperando, debo hacer unos mandados, la veo a la hora de la cena – Amalia la vio irse, algo le habían dicho a esa niña, pues cuando llegó a esa casa era mas amable y trataba de llevarse con ella, ahora la trataba con cierta frialdad e indiferencia, habría que bajarle los humos, y recordarle quien era la señora de esta casa.

Isabela salió de la casa, le había dicho a Amalia que Frank la esperaba, ella había inventado eso pero casi se va de espaldas al ver que efectivamente él la estaba esperando, es hombre leía la mente acaso

-señora suba al auto, el señor la espera -

Ella no hizo preguntas y solo se subió, sabía que su marido la vigilaba siempre, pero, por su propio bienestar mental no había querido saber nada más.

Llegaron al club ella se bajo y siguió a Frank este la llevo a las canchas de tenis, ahí estaba Alexander junto a otra pareja que se veía bastante joven también, cuando llego hacia él este le sonrió, ella le devolvió la sonrisa, era hora de actuar de esposa devota y enamorada.

-ven aquí cariño, quiero que conozcas a alguien – la tomo de la mano y la acerco mas a la pareja- este sujeto que vez aquí con sonrisa de comercial de pasta dental, es Mike Anderson, fuimos juntos a la universidad y ella es Hannah su esposa

-mucho gusto –dijo la joven- Isabela Villanueva -

-el gusto es mío- le respondió Mike – cuando me entere de que se había casado no me la creí, de verdad no pensé que existiera quien pudiera soportarlo -

Isabela no supo porque se sintió tan incómoda, no le gustaba nada como la miraba este hombre

-sabes jugar tenis- dijo Hannah

-un poco –respondió ella

-entonces vamos a que te cambies y dejemos a los hombres hablar de negocios –y se la llevo a jalones del lugar

Ella es toda una esposa trofeo, su matrimonio debe ser más falso que el mío pensó Isabela.

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Alexander vio volver a Isabel se veía tan incómoda con esa falda era tan corta que si se movía se le veía el trasero, a él tampoco le gusto eso para nada, menos después de la mirada que el imbécil de Mike le dio

-¿de verdad debo usar esto, es muy corto? -

Alexander le quito el suéter que traía en el cuello y se lo amarro en la cintura

-¿mejor? -

Ella solo asintió –por cierto Amalia quiere que vaya a su evento -

-lo sé, iras será una buena práctica para ti ya sabes eso es lo que harás en un futuro -

- supongo que no tengo otra opción, por cierto de ¿dónde sacaste a Barbie y a Ken? No me gusta juzgar a otras mujeres, pero ella es un poco tonta y muy superficial, además su matrimonio parece más falso que el nuestro -

Alexander rio con lo primero y frunció el seño con lo segundo, la tomo por la cintura se inclino y le dio un beso en el cuello -nuestro matrimonio es real - ahora por favor dime que sabes jugar bien al tenis no me gusta perder -

-no prometo nada, además ¿no era esto un partido amistoso? -

-¿Quién te dijo eso?, el compitió conmigo toda la universidad y siempre perdió, no pierde la oportunidad de retarme -

-¿Qué no ustedes son amigos?

-no querida estos solo son negocios, ni él me soporta ni yo a él, pero ya sabes lo que dicen, mantén a tus enemigos cerca

-quien entiende a los hombres- dijo Isabela y fue hacia la cancha de tenis.

Isabela no sabía mucho de Tenis pero aún así ganaron, Hannah era buena pero Mike era muy competitivo, y le gritaba mucho al mínimo error, y eso la ponía nerviosa.

-Bien hecho cachorrito - dijo Alexander y le dio un beso

Se habrían seguido besando si no hubieran sido interrumpidos, por la esposa de Mike. Cuando su esposa volvió parecía distraida

-¿sucede algo? -

Ella miró a los lados y ya que comprobó que no había nadie habló

-creo que Mike la golpea, me equivoque con ella, no es tan tonta, solo finje serlo para darle gusto a su esposo, a él no le gusta que ella tenga opinión propia -

De eso a él no le cabía la menor duda, Mike era alguien que odiaba perder

-escuchame bien Isabela, sea lo que sea que crees haber visto olvidalo, yo estoy aquí para hacer negocios con él, no para comprobar si golpea a su esposa, mejor enfócate en nuestro matrimonio. -

Ella no respondió sólo se dio la vuelta y se marchó al auto. Camino a casa el revisaba su celular ya había un video de ellos dos jugando tenis, él solía ser muy reservado de su vida privada pero desde que se caso con Isabela la gente los trataba como si fueran famosos. Se puso a leer algunos comentarios y vio uno que llamó su atención.

Que suerte tienen algunas, me pregunto ¿cómo conquistó semejante corazón frío?

Alexander vio de reojo a Isabela y sonrió, siguió leyendo los comentarios y encontró algunos bastante desagradables sobre el cuerpo de su esposa. En cuanto se quedó solo hizo algunas llamadas y pidió que bloquean esas cuentas, esperaba que los comentarios desaparecieran antes de que Isabela los leyera.