Por Siempre Tuya

Antes de entrar de nuevo a la casa tomo el suficiente aire para así poder oír con claridad lo que mi hermano deba decirme. Se que esta preocupado ya que recién conozco a Christian pero no es como si el día de mañana ya nos vayamos a casar, me pongo a pensar el como tomaría el si tan solo le dijera lo que pasé hace años.

Quizás por una vez quiero intentar algo con alguien y tener esa felicidad que a diario veo en muchas parejas y que en un futuro pueda formar una familia.

Apenas entro veo a mi hermano, le doy mi mejor sonrisa pero no suaviza su mal humor.

-¿Estas celoso? - pregunto juguetona.

-No, es solo que deseo lo mejor para ti y más en estos momentos- me dice recostandose en el sillón y echando la cabeza hacia atrás.

-Lo sé. Solo estamos conociéndonos Cam no es para tanto.

-Ven aquí,. - me dice palmeando un lado del sillón por lo que de un solo brinco ya estoy a su lado- ¿estas segura?. -

-Creo que nunca antes lo había estado, solo dejame intentarlo-

-Esta bien, solo no te quedes callada en un dado caso que te rompa el corazón. - dice arrugando su nariz.

-¿O sino que? - pregunto.

-Le rompere las piernas. - dice comenzando a reír.

-Oye que malo eres, me iré a dormir que descanses. - me despido de él y subo directo a mi habitación.

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Intento regular mi respiración, pero no puedo. No puede ser esto de nuevo, estoy sudada siento mi corazón latir muy rápido y siento el nudo en mi garganta y es como si me estuviera ahogando y lágrimas comienzan a rodar por mi rostro.

Desde que lo vi en el centro comercial tengo de nuevo esas pesadillas, por lo que casi no duermo no se que hacer al respecto. Por un largo tiempo fui con un psiquiatra pero nada resultó pensé que con el tiempo lo iría olvidando pero es todo lo contrario cada vez esta más presente.

Opto por darme una ducha así lograré tranquilizarme, creo que con todo lo que ha pasado estos días no he logrado estar tranquila, ya ha pasado una semana de la cena benéfica y el intento de homicidio que si no fuera por Christian sabrá Dios que habría pasado con mi hermano y conmigo. Dos días después fui al centro comercial y me encontré de nuevo con ese hombre lo peor fue ver su sonrisa burlona al verme que si no fuese por el guardaespaldas que Christian ha buscado para mí y mi familia sabrá Dios lo que habría pasado.

Mi pregunta es ¿Cuánto tiempo pasará para poder superar todo esto? Pues... No lo sé, pero lo que sí tengo bien claro es que le temo y mucho nunca antes había sentido tanto miedo en mi vida, es ese tipo de miedo que no le desearías a nadie.

Minutos después de ducharme, decido no ir a trabajar el día de hoy así que aprovecharé para ir al cementerio.. Ese lugar que no ve si eres rico o pobre y que a fin de cuenta algún día nuestros cuerpos descansarán allí por así decirlo, y que solo visitamos cuando creemos que es conveniente.

-Buenos días Max, podrías por favor llevarme al cementerio? - le pregunto a mi guardaespaldas.

-Buenos días, claro señorita Anderson- me dice, aun no me acostumbro a esto de tener un guardaespaldas y que este sirva como mi chófer.

-Max, ya hemos hablado de esto, solo dime Rachel-- le digo por lo que el asiente.

Camino al cementerio voy con la mente en blanco solo viendo las concurridas calles de Nueva York es increíble el gran tráfico que se forma en esta ciudad.

Al llegar un fuerte viento me recibe así que dirijo mi mirada al cielo y puedo ver que una gran tormenta. Me acerco a la tumba de papá y puedo ver un gran ramo de lirios se ve muy recién así que miro a todos lados pero no veo a nadie, suspiro quizás sea de nuevo esa mujer.

-Hola papá, te he extrañado tanto. Sabes me hace falta estar a tu lado y reír con tus chistes malos. - rio ante aquello.

Me quedo solo cinco minutos y decido ir a la estatua de la libertad, así podre distraerme un poco.

Escucho a lo lejos mi teléfono, por lo que lo busco en mi cartera y veo el identificador y una sonrisa se dibuja en mi rostro.

-Hola. - digo apenas tomo la llamada.

-Hola que bueno es escuchar tu voz--dice Christian y me sonrojo.

- Y que bueno es escucharte decir eso.

-Ya se para siempre decirte lo mucho que me gusta escuchar tu voz. - no se que me ha hecho pero es tan relajante escucharlo.

-Pues me alegra que tengas eso en mente. ¿Estas ocupado?.

-Hmm, no ¿Porque? ¿deseas algo?.

-Voy camino a la estatua de la libertad y me gustaría que me acompañes, claro si no estas ocupado? - digo algo apenada.

-Le diré a Tayler que me lleve, esperame allí. - dice y cuelga la llamada.

Nunca antes había deseado visitar este lugar con otro hombre, recuerdo la primera vez que mis padres nos trajeron a Cameron y a mi fue tan emocionante recuerdo aquella vez que papá nos dijo que su nombre real era "La libertad iluminando el mundo".

Llegamos a Battery Park y así esperar a Christian para tomar el ferry.

-A tu derecha- escucho a alguien decir por lo que volteo y ahí está, siempre tan elegante y tan guapo.

-Llegaste rápido. - digo apenas se acerca.

-Todo sea por estar a tu lado. - dice sonriendo y siento mis mejillas arder - ¿Vamos?.

-Claro - respondo y el toma mi mano así que caminamos.

Llegamos a la terminal y un par de horas después decidimos regresar e ir al acuario ya que a según Christian deberíamos aprovechar el día y estar juntos y así conocernos aún más y acelerar las cosas.

Pero sin saber lo que el destino tenía preparado.