Eros y Lyra descubren que están unidos por el lazo más poderoso: son compañeros destinados. Sin embargo, las heridas del pasado convierten ese vínculo en una lucha constante para Lyra, quien intenta resistirse a lo inevitable. Pero el llamado del destino es más fuerte, y poco a poco, la atracción entre ambos comienza a derribar las barreras que los separan.
La cercanía se intensifica cuando Eros y Lyra emprenden un viaje en busca de respuestas sobre los inquietantes cambios que ella experimenta. En el camino, descubrirán que el mundo está tejido de secretos oscuros: brujas que juegan con el destino, vampiros que ocultan verdades prohibidas y Doppelgängers que amenazan con cambiarlo todo.
Te invito a caminar bajo la misma luna con Eros y Lyra en busca de respuestas.
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Capítulo 13
Eros
Al salir esas palabras de sus labios sentí como un dolor se centraba en mi pecho.
Un suspiro de desesperación e impotencia, camino hacia la cama donde me siento, ya no se que hacer, siento que me estoy volviendo loco con esta situación.
—Se que te pasa algo, dímelo — le digo en un tono más calmado.
—Ya te dije que no me pasa nada.
—¿Es por lo que dijo mi padre? O ¿Por Ayla? O ¿por ambas cosas? — pregunto.
Ella no dice nada, solo baja la mirada a sus manos mientras se retuerza los dedos, desde que la conozco siempre hace eso es algo que no puede evitar y que hace sin ni siquiera darse cuenta.
—Deja de hacer eso.
—¿El que? — pregunta sin mirarme.
—De retorcerte los dedos ¡Joder! Te los vas a romper.
—¿Enserio están considerando buscarte una compañera mientras encuentras a la tuya, bueno hasta que yo te acepte? — pregunta casi en un susurro.
—No te sientas presionada por esto Nena, lo están considerando pero no voy a permitir que se lleve acabo, además si tienen a alguien en mente de seguro eres tú — al salir estás palabras de mi boca alza la mirada.
—¿Enserio? — pregunta insegura.
—Mis padres te adoran por lo que morirían para que estemos juntos — le digo.
Lyra vuelve a mirarse las manos y debo mantener todo mi autocontrol para no ordenarle que se dejo los malditos dedos quietos, para que deje de hacer eso la traigo hacia mi haciendo que se tense al sentir mi tacto en su piel.
—¿Que haces? —pregunta.
—Tratando de que no te rompas los dedos, ¿que te pasa? — le pregunto.
—Tu cercanía provoca que haga eso —responde.
—¿Mi cercanía? ¿Como por que mi cercanía provocaría eso en ti?.
—Siempre lo ha provocado Eros, desde que nos conocimos.
—¿Ósea que es mi culpa que te quieras romper los dedos?.
—No me los quiero romper, si así fuera ya no tuviese dedos — responde —Creo que deberíamos volver abajo.
—Cuando sea hora de la cena vendrán avisarnos.
—Me preocupa Jules y Lizzie.
—Tranquila, Ayla no muerde aún no tiene dieciocho— la tranquilizó mientras acarició su muslo.
—Lizzie y Jules tampoco tienen dieciocho pero puedo asegurarte de que si muerden — me dice ella —Deja de hacer eso.— susurra con voz entrecortada
—¿El que? — preguntó con voz ronca.
—Eros — dice en un jadeo.
—Contrólate Nena.
—No puedo si sigue haciendo eso.
—¿Que? Esto?— pregunto mientras voy subiendo mas arriba de su muslo.
Paso mi mano al interior de su muslo haciendo que Lyra abra un poco sus piernas, paso mis dedos por el elástico de sus bragas, Lyra suelta un gemido cuando mi dedo acaricia su clitoris por encima de sus bragas.
—Eros.... por favor..para esto........
—Eros cariño, ¿has visto a Lyra? Ya es hora de cenar.
Habla mi madre al otro lado de la puerta, Lyra se aleja de mi como si mi tacto le quemara el rostro de Lyra esta rojo como un tomate y parece que le va a dar un ataque de pánico.
—Oye tranquila.
—¿Eros?.
—Ya bajo mamá, y creo que Lyra está en el baño — respondo.
—Cuando salga baja con ella cariño.
—Está bien mamá.
Escucho como se aleja de la habitación y es cuando Lyra suelta el aire que estaba reteniendo.
—Deberías controlar tus nervios— la digo y ella me fulmina con la mirada.
—Y tú, deberías controlar tus manos.
—Sabes que te estaba gustando— le digo haciendo que se ponga aún más roja.
¿Como alguien puede llegar a ese color y aún así verse extremadamente adorable?
Lyra no dice nada solo pasa por mi lado muerta de vergüenza y sale de mi habitación y yo salgo detrás de ella.
—Han tardado mucho ¿de que tanto hablaban? — pregunta Ayla cuando llegamos al comedor.
—Eso no te importa— le digo.
—¡Oh! Lyra cariño ven aquí, hace mucho que no te veo — le dice mi madre abrazándola cuando Lyra va hacia ella.
—Siento mucho no venir haberla, estaba.....mmm.. he estado algo ocupada estos días — dice Lyra
Yo sonrío ya que ella no había venido por qué no quería toparse conmigo.
—No te preocupes cariño, lo bueno es que estás aquí.
Lyra a mi lado siendo el único lugar disponible, mi madre está frente a ella y mi padre está en la cabeza de la mesa, a lado de mi madre está Ayla y junto a nosotros las amigas de Lyra.
—¿Van a decir de que tanto hablaban? — pregunta Ayla.
—¿Eso que te importa?— le pregunta Lizzie fulminandola con la mirada.
—Han demorado mucho.
—Aún así sigue sin ser de tú importancia— le dice Jules.
—¿Estaban juntos? — pregunta mi madre.
Lyra a mi lado se tensa.
—Estábamos hablando de algunas cosas, luego Lyra fue al baño como te dije mamá — le respondo y ella asiente convencida.
La cena transcurre con mi madre haciéndole mil preguntas por minuto a Lyra, mientras las amigas de esta le tiraban comentarios sarcásticos a Ayla cada que quería meterse todo no la han llamado, mientras que a mi, mi padre me hablaba de las cosas que debo hacer que de solo pensarlo me da dolor de cabeza.