Caperucita Roja: El Eco De La Noche

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Rato después, Lino se alejó un poco para orinar, antes de que terminara, escuchó como Pedro gritaba.

LINO: MALDITA SEA, PEDRO, ¿QUE PASA?_(Subiendo su pantalón)

PEDRO: AYUDA, LINO AYÚDAME, NO QUIERO MORIR._(gritaba asustado)

Los  gritos también despertaron a Fercho, al darse cuenta Lino y Fercho pudieron observar que algo arrastraba a Pedro a lo profundo del bosque, sin pensarlo dos veces ambos tomaron un machete y corrieron tras Pedro para ayudarlo.

FERCHO: SOSTENTE PEDRO, NO DEJES QUE TE SIGA ARRASTRANDO_(corriendo a toda prisa)

LINO: PEDRO, AGARRATE DE ALGUNA RAMA.

Los hombres preocupados y nerviosos corrieron a toda velocidad para alcanzar a su amigo.

PEDRO: AYUDENME, NO ME QUIERO MORIR._(gritaba muerto de miedo)

Pedro estaba dormido, cuando sintió que algo le tocó la pierna, adormilado pensó que había sido Fercho o Lino que lo había tocado así que no abrió los ojos, luego de eso sintió que le acariciaban la mejilla, cansado y con ganas de seguir durmiendo pensó que solo había Sido su imaginación, así que se dió la vuelta para seguir durmiendo, sin embargo de un momento a otro sintió que lo arrastraban, desconcertado creía que era un sueño producto de su imaginación junto al miedo que estaba sintiendo en ese lugar. Pero cuando sintió su espalda doler y la presión en su pierna ser más fuerte, se despertó por completo sintiendo como era arrastrado, el miedo se apoderó de él ocasionando que sus músculos se tensaran y su corazón latiera con desenfreno, mientras era arrastrado escuchaba que le susurraban en el oído  palabras ininteligibles, llenas de malicia. Al escuchar esa voz sintió un frío helado recorrer su sangre como si quisiera congelarlo, tratando de no ser prisionero del miedo, comenzó a gritar por ayuda.

Fercho y Lino aún seguían corriendo tras Pedro, la fuerza y la velocidad con la que era arrastrado era aterradora, temerosos de no poder ayudar a su amigo, le gritaban que se sostuviera que ellos no lo dejarían morir, Pedro escuchando a sus amigos, luchaba por sostenerse de alguna rama o algún tronco Pero esa fuerza invisible que lo estaba arrastrando lo oprimía y lo hacía golpear con todo lo que estaba a su paso, esa fuerza lo arrastraba con tenacidad y no le daba oportunidad de sostenerse, Pedro ya sentía su vida desvanecerse, su cuerpo se sentía pesado y sus brazos ya eran incapaces de sostenerse de algo, sentía que el aire le faltaba y cuando trataba de respirar sentía que el aire era como bocanadas de agua que entraban en su ser, el frío recorría su alma y la sensación de que pronto moriría se apoderó de su mente.

PEDRO: Ya no puedo más._(dejando salir un suspiro agónico)

LINO: NO TE RINDAS PEDRO.

Al ser arrastrado por entre unos árboles estrechos, con sus últimas fuerzas Pedro se aferró a uno de estos y Fercho y Lino por fin lo alcanzaron, lo que arrastraba a Pedro no se rendía y tomó a Lino del pie para también llevárselo, Pero este dió un machetazo al aire y lo que fue soltó un gemido de dolor y lo soltó. Fercho ayudó a Pedro a levantarse del suelo mientras Lino peleaba con esa entidad invisible que los estaba atacando, lo que fuera eso, se fue dejando a su paso lamentos y gritos de dolor.

LINO: Parece que se fue._(expresó cansado)

FERCHO: ¿Cómo estás Pedro? ¿Puedes caminar?_(preocupado y ansioso)

PEDRO: Creo que me disloque el hombro y creo que también tengo la pierna rota._(sintiendo dolor en la pierna por la cual era arrastrado)

FERCHO: Te llevaré en la espalda, en el campamento revisamos._(viendo al hombre a punto de desmayarse)

LINO: Yo iré vigilando atrás._(observando a todas partes.)

El camino de regreso era bastante complicado, esa cosa los había hecho alejar bastante del lugar dónde estaban durmiendo. Mientras caminaban,   las sombras se movían de manera brusca distorsionándose y retorciéndose creando formas aterradoras que parecían seguirlos, los pájaros cantaban lamentos y se sentían agonizar en cada sonido, los animales se movían entre la bruma como si trataran de huir de algo, las ramas crujían con ímpetu y parecía que en lo más alto cerraban el paso de las luz de la luna que intentaba darles claridad a su camino. Después de tanto caminar, llegaron al lugar donde estaban durmiendo, Pedro bajó de la espalda de Fercho y agotado se tiró a la manta.

LINO: Perdón, solo me fui un momento a orinar._( angustiado, ya que  si él no hubiera dejado su puesto, eso no se hubiera llevado a Pedro)

PEDRO: No es tu culpa, eso de todos modos se hubiera llevado a alguien._(a un sintiendo ese aterrador agarre en su pierna)

FERCHO: Esa verga, no era un animal, ni siquiera ví que era._(caminando de un lado a otro)

LINO: Tampoco ví que era pero su presencia era escalofriante, aún lo puedo sentir._( Angustiado ya que no era un animal a lo que se enfrentaban)

PEDRO: Aún puedo sentir ese frío agarre en mi pierna._(dijo sintiendo un peso opresivo que amenazaba con aplastarlo)

FERCHO: Revisemos tu pierna y tu brazo._( tratando de no ser presa del miedo)

Fercho revisó a Pedro dándose cuenta que efectivamente tenía el hombro dislocado así que se lo volvió a acomodar, la espalda del hombre estaba en carne viva, la cabeza le sangraba y la pierna de donde era arrastrado no tenía piel y el hueso estaba roto.

FERCHO: Con esto demoraremos más en salir._(entablillando la pierna de Pedro)

LINO: Cuando amanezca se corta una rama para que la use como muletas.

PEDRO: Trataré de seguirles el ritmo, solo no me dejen en ese maldito lugar._(Nervioso y asustado de que sus compañeros por querer salir rápido lo abandonaran)

FERCHO: No te dejaremos aquí,  apenas amanezca nos vamos todos y llegaremos a casa.

PEDRO: Gracias por ayudarme._(temblando un poco debido al dolor y el miedo)

LINO: No tienes que agradecer, dijimos que los tres iríamos a casa y así será.

 Después de curar a Pedro, Fercho y Lino agotados se sentaron en sus mantas para vigilar que eso no volviera, sin embargo sentían que en lugar de amanecer se oscurecía más, era como si el bosque se estuviera sumiendo en una oscuridad inmensa y sepulcral manifestando lo peligroso que era .