Ser la hija de Lucifer podría hacer que tu vida fuera lo mejor. Imagínate caminar por el mundo llevando los tratos de tu padre. Mientras creas caos sin importarte nada ni nadie.
Pero aún con todo aquello te sientes vacía. Y cometes un gran error te obsesionas con el angel de la muerte.
Te vuelves su sombras , lo sigues y te facinas con su trabajo. Pero vas de error en error y terminas robando lo. Logrando con esto desatar uno de los peores caos en el infierno.
Tu padre te destierro. Y te envía al mundo humano con los 4 jinetes del Apocalipsis. Que por cierto su líder te odia.
A si que arta de todo obedeces a tu padre y te vas del infierno.
Hasta que un día llega . Quien era tu amor cuando eras una pequeña y voltea tu mundo haciendote sentir cosas que no conocías.
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las siete puertas
Adara 👑🖤
Al llegar al restaurante una chica se acercó a nosotros y nos ofreció la carta, la verdad es que moría de hambre así que no me preocupe por quién me acompañaba.
Pedí la suficiente comida, mientras el príncipe hacía lo mismo.
Luego de hacer el pedido, me cruce de brazos para observar por la ventana.
La ciudad estaba calmada.
- ¿has tenido más pesadillas?-
- las normales, no es como si no fuera algo habitual en mí- le respondí sin mirarlo.
- ¿has sentido algo diferente en ti, este tiempo que llevas fuera del infierno?-
- nada , además de mucho aburrimiento - mentí jamás le contaría las noches de tormento que estaba comenzando a tener.
- hablo en serio princesa- regaño al creer que le menti. Tome aire para luego dejarlo con salir.
Solté sin manos y las giré susurrando un hechizo que lo hizo tensar sé en su lugar.
Todo a nuestro alrededor se detuvo.
El ambiente se volvió gélido y de los humanos comenzó a salir un pequeño hilo rojo que se dirigió a mis manos formando una pequeña tormenta roja dentro de estas.
- ¿vez esto? Un pequeño truco que me enseñó un amigo hace muchos años- tome la pequeña bola roja que se había formado y la lleve a mi boca para luego tragarla. El tiempo volvió y todo a nuestro alrededor comenzó a moverse de nuevo.
-¿cómo es posible? - la sorpresa en su voz me hizo sonreír
- bueno mucho tiempo libre y una curiosidad que talvez me ha llevado a meterme en muchos problemas- respondí restándole importancia . Pero Adara sabía que el príncipe estaba sorprendido el hechizo que había realizado era usado solo por los ángeles, era creado para robar esencia de los humanos cuando estaban débiles y necesitaban estabilidad emocional. Y solo una persona en todo el infierno sabía aquello.
-Adara , nadie a logrado cruzar las siete puertas del infierno además de tu padre ¿cómo es posible que allá llegado a judests?
"Judests el traidor"
cómo muchos lo llamaban, había cometido el pecado más grande en la historia de la humanidad, en el infierno nadie se acercaba a él, ya que él no lo permitía.
- una vez paseando por el laberinto de la agonía escuché lamentos, creí que era alguna alma, pero al llegar a dónde venían los lamentos había un hombre, no lo conocía así que me alejé, pocos días después lo ví en una de las calderas, simplemente vagaba sin que nadie lo estuviera, luego lo vi en el piso de las almas, solo estaba allí de pie observando las nadar , cuando quise acercarmeéll solo se marchó - me acomode de nuevo en mi lugar - un día mientras cobraba un trato de lucifer él apareció - la sorpresa en el rostro del príncipe no se hizo esperar - se quedó allí de pie mirando lo que hacía-
- ¿no dijo nada? Él nunca sale del infierno, o eso tenía entendido yo- negué
- solo observo y desapareció, de esa forma estuvo por un tiempo, hasta que me encontró negociando en la quinta puerta con "ambición" él simplemente se inclinó y me pidió hablar.-
- ¿lo hiciste sin saber quien era?-
- no sabía que debía pedirle un currículum para ti- dijo rodando los ojos la comida llegó y yo la ataque como si llevara meses sin probar bocado.- bueno la cuestión es que ese día me dijo que tenía un regalo para mí- sonreí al ver cómo desmon comenzaba a toser y escupir el vino que había comenzado a tomar.
- ¿un regalo? - asentí, he hice aparecer una moneda de oro, la cual hice rodar entre mis dedos, desmon quiso tomarla Pero yo alejé mi mano- es una de sus monedas-.
-si y está es mía-
- ¿por qué te dio una de sus monedas? El jamás haría eso.- me encojo de hombros
- no lo sé, solo me dijo que si lograba cruzar las siete puertas y encontrarlo de nuevo tendría más monedas- sonreí con malicia y en mis manos se triplicaron las monedas.
-¿ has cruzado siete veces?
A C 09
