No Debía Enamorarme, Tenía Que Odiarte

Aún no puedo creer que el destino quiera unirme a Miguel, que probabilidad existía que el fuera con quien mi abuela quiere casarme, estoy conmocionada por esta situación, créanme que lo que viví con Eliana y Esteban hoy es insignificante para esto que acabo de descubrir. Estoy temblorosa, me siento nerviosa, cómo podría convertirme en la esposa de este hombre; que aún cuando se ha portado bien conmigo, sigue siendo un completo desconocido.

Una vez la señora de aseo recoge el vaso, él dice — esto también está siendo difícil para mi Sofía, acaso crees que yo quisiera casarme bajo esas condiciones, claramente no es así, pero no lucharé contra la corriente… lo miro con preocupación y le digo — entiendo, pero yo aún no acepto esta situación, no quiero hacerlo… él hace un gesto de rendición y dice — entiendo, pero recuerda que en esta vida no siempre se logra lo que se quiere sino lo que conviene; además habrá un contrato de por medio Sofía, obviamente esto no será un matrimonio de verdad, que claramente tampoco lo deseo… sus palabras me dan mucha tranquilidad, así que digo — en otro momento me negaría, pero usted me produce seguridad, se que no hará nada que me pueda dañar… no me pregunten porque siento tanta confianza hacia él, pero es la que jamás tuve con Esteban.

El vuelve a su expresión fría y sería, es algo que lo caracteriza; y después de unos segundos reponde — mientras estes bajo mi protección nadie volverá a hacerte daño… sus palabras me estremecen; y créanme que hace tanto tiempo deseaba escuchar que alguien me protegiera como el está dispuesto a hacerlo; porque si les soy sincera estoy cansada de luchar sola, aveces siento que no puedo más.

Lo miro con ternura y le digo — muchas gracias, no sabe la paz que siento al escucharlo, no tengo mas dudas de lo que debo hacer… él hace un gesto de afirmación y dice — por ahora no digamos nada, dejemos que nuestros abuelos crean que no nos conocemos; y déjame arreglar nuestro contrato sin que ellos sepan y en cuanto lo tenga te lo paso para que lo leas y lo firmes… afirmo y digo — está bien; solo tengo una duda, mi abuela podría vivir conmigo?… el reponde — si ella lo desea no hay inconveniente… sonrio y digo — gracias de verdad; por segunda vez me ha salvado la vida… él se acomoda en su silla y dice — estamos a mano, tú salvaste a la mía, al rescatar a mi hijo ese día en el parque… sonrio y digo — gracias… él se levanta y dice — descansa, mañana le pediré a mi asistente ente que te lleve a casa… me levanto siguiendo sus pasos y le digo — no es necesario, puedo irme caminando… el hace un gesto de negación y dice — las órdenes se cumplen no se discuten, descansa… no me da tiempo en refutar, él se ha ido.

Después de unos minutos entra la señora que me ayudo con el vaso y dice — señorita la acompaño a su habitación… sonrío y la sigo… cuando entro quedo maravillada por la habitacióncion, es hermosa y tiene un ventanal gigante hacia el bosque, la cama es grande, tiene baño y un sofá al lado de la ventana, es muy acogedora, si tuviera una habitación así nunca saldría de ahí.