Está es la historia de una joven pastelera que anhela desde el fondo de su corazón tener su propia confitería y deleitar al mundo con sus inigualables sabores; pero su sueño se verá interrumpido cuando en un evento muy importante se entrega a un desconocido. Desde ese momento su vida cambia por completo al descubrir que está embarazada y su hijo se convierte en su única y mayor prioridad. Sin embargo cinco años más tarde, Trevor Hamilton, el padre de Dylan, reaparece en sus vidas intentando reconquistar a su hermosa morena y formar la familia que tanto anhelaba, desestabilizando así la armonía en la vida de Carolina.
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Capítulo N°13
Dylan estaba muy emocionado esperando en el comedor a que sus padres se reunieran con él y al fin le dieran la noticia, tanto era su nerviosismo que frotaba sus manos con fuerza sobre su pantalón sin dejar de mirar la puerta. Él tenía prohibido espiar por eso debía disimular y tratar de fingir que no sabía nada, sin embargo era imposible, ya que sus ojitos lo delataban.
Cuando Carolina ingresó al gran comedor comenzó a ordenar la vajilla sobre la mesa, entonces al llegar a lado de su pequeño reconoció ese brillo especial en sus ojos que solo tiene cuando hace alguna travesura. Entonces le preguntó
⎯ ¿Pasó algo mientras me fui a hablar con Trevor?⎯ mirando que en la mesa todo estaba exactamente igual.
⎯ No.⎯ contestó mientras negaba con su cabeza, sin dejar de observar la puerta esperando que ingrese su padre.
⎯ Cariño, ¿esperas a alguien? ⎯ interrogó al mirar hacia la misma dirección.
⎯ No.⎯ respondió y bajó la mirada para preguntar.⎯ ¿Cuánto falta para el cumpleaños de Eva?
Entonces Carolina lo supo, su niño una vez más estuvo espiando detrás de las puertas, con temor dejó caer un plato al piso y este se hizo trizas.
⎯ ¡Mami, cuidado! ⎯ gritó al ver que una pequeña porción se insertó en la pierna de su madre y comenzaba a sangrar.⎯ ¡Voy a buscar a papá! ⎯ dijo y salió corriendo.
⎯ ¡Dylan! ⎯ murmuró impresionada pero ya era tarde y sus sospechas fueron confirmadas.
El niño desapareció ante sus ojos corriendo con mucha prisa hasta llegar al despacho y simplemente le agarró la mano a Trevor y lo obligó a ponerse de pie.
⎯ Papá ven, corre, mamá se lastimó.⎯ hablaba tan rápido que el moreno quedó en shock al escuchar esas palabra y no podía reaccionar, su pequeño le estaba diciendo papá. ⎯ ¡Vamos, camina mi mamá se muere!
⎯ ¡Está bien, calma, ya voy! ⎯ respondió y salieron del despacho.
Trevor llegó al comedor y vio los pedazos de vidrio esparcidos por el suelo, entonces tomó al niño con cuidado entre sus brazos, lo sentó sobre una silla y le indico que no se moviera.
⎯ Quédate quieto.
⎯ Si papi.⎯ respondió emocionado.
Trevor miró a Carolina sin entender qué estaba pasando, hasta que vio una pequeña herida en su pierna y se acercó a la morena y su sorpresa inicial desapareció y ahora le preocupaba la herida de la pastelera.
⎯ ¿Estás bien?
Ella negó con un movimiento de cabeza, y sin soltarse de la mesa comentó angustiada y con una voz apenas audible.
⎯ ¡Lo sabe!
⎯ Eso parece, ven.⎯ tomó su mano.
⎯ ¿Puedes caminar o prefieres que te alce?
⎯ Mejor agarra a mi mami como una princesa.⎯ comentó Dylan aplaudiendo.
⎯ No es necesario.⎯ dijo Carolina pero fue demasiado tarde, ya estaba siendo sostenida en brazos del moreno.
⎯ ¡Sí mi papi, es muy fuerte! ⎯ grito Dylan sin dejar de aplaudir, estaba eufórico con la escena.
⎯ Ten cuidado, en el piso hay muchos vidrios, ya volvemos.⎯ le indico al niño al ver que se bajaba del asiento.
Carolina se dejó llevar en brazos hasta un baño de servicio, el moreno conocía tan bien la casa que simplemente la llevo al lugar mas cercano al comedor. Al ingresar sentó a Carolina en un taburete y cerró la puerta con el seguro; entonces mientras buscaba en el botiquín algodón, gasa y alcohol, para limpiar la herida le preguntó.
⎯ ¿Quieres que llame a una ambulancia?
⎯ No, solo es un corte.
⎯ Creo que con esto será suficiente.
Trevor se agachó lo suficiente para poder trabajar y con cuidado le quitó el pedazo de vidrio incrustado en su piel y limpio los restos de sangre con una toalla húmeda. Carolina simplemente dejó que sus lágrimas rueden por sus mejillas en silencio, mientras que él estaba concentrado en la herida. Cuando al fin terminó y levantó su vista vio a esa mujer fuerte y segura de sí misma, la que siempre lo enfrentaba sin reparos realmente angustiada.
⎯ Tranquila, no es tan grave.
⎯ ¡No lloro por el corte! ¡Dylan nos escuchó!
⎯ Eso simplifica las cosas, nos ahorramos un paso.⎯ dijo y le acarició la mejilla limpiando su rostro.
⎯ ¿Qué voy a hacer?
Trevor se arrodillo a su altura para mirarla a los ojos y transmitirle seguridad, necesitaba demostrarle que podía confiar en él, entonces con delicadeza, acomodo su cabello que le detrás de su oreja, porque le impedía la visión y le habló con suavidad.
⎯ Carito, no haremos nada, todo se esta acomodando naturalmente y Dylan es muy pequeño para explicarle ciertas cosas. Deja que disfrute de mi compañía, que me conozca y con el tiempo me ame.
⎯ Pero él era solo mío, mi bello tesoro.⎯ confesó entre sollozo.⎯ Y ahora tú llegas y me lo quiere quitar.
⎯ No te lo voy a quitar. ⎯ la consoló y la abrazo con cariño.⎯ Solo me uniré al equipo, si así lo deseas.
⎯ ¿Lo prometes? ⎯ preguntó en su desconsuelo.
⎯ Lo prometo y sabes que cumplo con mis promesas.
Ella sabía que era verdad, él la había buscado por mucho tiempo hasta que se cruzó con Eve en ese club y se dio por vencido al ver la indiferencia de la vaquera. De repente por un impulso ella también lo abrazo, necesitaba la contención de alguien en ese momento y Trevor estaba siendo muy tierno con ella.
⎯ Mami, mami…⎯ se escuchó detrás de la puerta.⎯ Papá, ¿están ahí?, ¿mi mami se murió? ⎯ pregunto llorando el pequeño.
⎯ Sí campeón, estamos en el baño y tu mami esta bien.⎯ respondió Trevor y se separaron.
⎯ ¡Quiero verla! ⎯ dijo con desesperación.
⎯ Bebé, estoy bien. Ya voy.⎯ lo tranquilizo Carolina.
⎯ Vamos, debemos salir.
⎯ Será mejor que salgas, si te ve primero se olvidara de mí.⎯ sugirió
⎯ No exageres, Dylan te ama y eso nunca va a suceder.
⎯ Ve, yo voy a lavar mi rostro.
⎯ De acuerdo. ⎯ Trevor se incorporó y antes de salir, besó la frente de la joven y le murmuró.⎯ Aunque no lo creas, ustedes me importan.
Ella vio como el abogado desapareció cerrando la puerta en sus espaldas y al fin dejó escapar la respiración contenida, otra vez la amabilidad de ese moreno y sus atenciones estaban haciendo estragos en su persona.
Al salir del cuarto de baño Trevor se encontró con unos ojitos llenos de lágrimas que lo miraba apenado, entonces tomó al niño entre sus brazos y lo llevó al jardín.
⎯ Vamos a dar un paseo mientras tu mami se refresca y se tranquiliza un poco.⎯ sugirió el abogado.
⎯ Mi mamá ¿esta enojada?
⎯ No, solo le duele un poco la herida.
⎯ ¿Y tú? ⎯ preguntó bajando la mirada y jugando con un botón de la camisa de Trevor.
⎯ No, tampoco ¿por qué tendría que estar enojado?
⎯ Porque escuche detrás de la puerta y ahora sé que eres mi papi.⎯ dijo y lo abrazó con fuerzas.
⎯ No, campeón no estoy enojado, estoy muy feliz de tener un hijo tan hermoso.⎯ lo consoló mientras acariciaba su espalda y seguía caminando con su niño en brazos.
Carolina estaba parada en el umbral de la puerta y al ver como Dylan se aferraba a su padre con una gran sonrisa en sus labios, comprendió cuánta falta le hacía una imagen paterna a su niño, así que dio media vuelta y regresó al comedor para comenzar la degustación y darles privacidad.