Rhett trabajó mucho para convertirse en un cazador de criaturas de la noche, hasta que un día se entera que su compañero más leal es uno de ellos.
¿Qué hará ahora que tiene un vampiro a lado? Y aún peor, ¿por qué se ha enamorado de él?
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Tormenta en la noche
Fue viento, apenas una pequeña ráfaga que pasó frente al rostro de Rhett, estaba profundamente dormido y apenas le había hecho cosquillas.
Todo habría quedado allí si no fuera porque sintió algo presionar su garganta, era frío y ardía. Abrió los ojos con dificultad, lo primero que pudo enfocar fue el techo de la habitación, luego una silueta sentada a horcajadas de él, que apuntaba con un arma su garganta.
La hoja filosa raspaba su piel con un solo roce inocente, no lo lastimó gracias a que Daemon, tan silencioso como solo él puede ser, sostenía la mano del desconocido en el aire, evitando que la tragedia se llevara a cabo contra Rhett.
El vampiro ajustó su agarre en la muñeca del intruso haciéndolo soltar un jadeo de dolor, cuando debilitó sus fuerzas en la empuñadura de su arma, Rhett la mandó lejos de su alcance.
"¿Quién demonios eres tú?", cuestionó Daemon, sujetando al desconocido para evitar que se fugara por donde llegó.
Aquel sujeto soltó una risa ligera, como si le hubieran contado un buen chiste. "Absolutamente nadie".
Esa respuesta fue tan ridícula que casi hace que Rhett le golpee la cara. Antes de perder los estribos decide levantarse a encender una de las velas y averiguar la identidad de esta persona.
Sus pies tocan el frío suelo y a paso rápido recoge la hoja de plata que antes arrojó lejos, colocándola dentro de un cajón cualquiera. Cuando llega un rastro de luz, es el rostro de un extraño quien los saluda.
"Mi príncipe", saluda casualmente.
"¿Quién te envió?", pregunta Daemon, abandonando la idea de que actuara por cuenta propia.
El hombre se removió un poco, pero Daemon no le soltó, mucho menos aflojó su agarre.
"Fue su padre, él me envió. Dijo que ese humano con olor a mestizo era presa fácil", el vampiro extraño se relamió los labios mientras le daba un vistazo a Rhett.
Hacer eso fue suficiente para que Daemon estallara de furia, si antes estaba considerando dejarle ir, ahora más que nunca deseaba hacerlo sufrir. Esta era la segunda vez que Rhett veía el semblante enfadado de Daemon, lo que significaba muchos problemas.
"Si tu padre fue el culpable tal vez deberíamos dejar que se vaya, con una advertencia, por supuesto" propuso Rhett.
Pero entonces Daemon contestó "No", con la mandíbula tensa miró al hombre mientras decía "Tenía la intención de lastimarte y pagará por ello".
La situación se volvió incontrolable de un momento a otro, por un lado, tenía a Daemon controlado por la ira y, por el segundo, un intruso que no ayudaba con aquellas miradas de burla.
"Anda, mátame, hazme lo que quieras. Tu padre enviará a alguien el próximo día, y si no funciona, entonces enviará a otro el día siguiente".
Con eso, Rhett también estaba a punto de perder los estribos, se acercó a ambos y miró a ambas criaturas de la noche. "No creo que Ran tenga compasión conmigo, tampoco entiendo por qué detesta tanto la idea de que yo esté aquí".
Daemon suavizó su semblante antes de dirigirse a Rhett para decir "Por favor, no intentes entenderlo. Podría ser cualquier cosa, empezando con que tengas una gran parte humana, tu reciente pertenecía al cuerpo de cazadores, joder, incluso porque eres una bolsa de comida andante".
El último comentario hace que Rhett mire de mala forma a Daemon, "Vuelve a llamarme bolsa de comida andante y te golpearé en la cara". La amenaza fue suficiente porque Daemon cerró la boca en ese preciso instante.
Ambos tenían demasiado sueño, estaban más que estresados porque habían llegado a este castillo con la intención de dejar de ser perseguido, ¿para qué? Para ser recibidos con lo mismo pero multiplicado por dos. Sin contar que el castillo daba miedo manteniéndose a oscuras todo el tiempo.
Rhett se masajeó el entrecejo con los dedos y contó hasta cien. Cuando terminó encontró a los vampiros en la misma posición que cuando empezó a contar.
Si debía decir las cosas para que sucedieran, entonces dejaría de abstenerse de soltar su lengua "Daemon, saca a ese..." no supo cómo llamarlo, "Como sea, llévatelo de aquí y regresemos a la cama".
El vampiro asintió con la cabeza, sus ojos se cerraban inconscientemente.
Rhett no supo que pasó después y Daemon nunca le diría que arrojó al vampiro por la primera puerta que vio.
Desganados, cerraron cada seguro de la puerta. Se recostaron abrazando el uno al otro, si le preguntan al respecto a Rhett, él diría que fue por el frío.
(a que tienen malos sentimientos hacia él o hablan a espaldas de él)