Derick y lisa... Dos jóvenes de planetas distintos llegan a la tierra y tienen aventuras
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El peso de la victoria
El amanecer había traído consigo una tregua temporal en Valderia. El aire, aunque aún tenso, parecía respirable por primera vez en meses. Derick y Lisa, exhaustos pero victoriosos, encontraron un momento para descansar en el campamento rebelde. El sacrificio de Jareth había sido la chispa que necesitaban para encender la llama de la libertad. Sin embargo, la victoria en la batalla era solo el primer paso en una guerra que aún no había terminado.
**El Despertar**
Derick abrió los ojos, sintiendo el peso de la fatiga en cada músculo de su cuerpo. La tienda donde se encontraba era pequeña y apenas lo protegía del frío matutino, pero era un refugio seguro comparado con los días de huida constante. Se giró y vio a Lisa aún dormida, su rostro tranquilo a pesar de todo lo que habían pasado. No quiso despertarla. Ella merecía cada minuto de descanso.
Con cuidado, se levantó y salió de la tienda. El campamento estaba en silencio, roto solo por el crujido ocasional de una fogata y el murmullo de las conversaciones bajas. Los rebeldes estaban organizando el caos, tratando de reponerse y prepararse para lo que vendría después.
**Reunión de Estrategia**
Eamon, el líder de los rebeldes, estaba de pie junto a un gran mapa extendido sobre una mesa improvisada. Estaba rodeado por sus comandantes, discutiendo la siguiente fase de su campaña. Cuando vio a Derick acercarse, levantó la mirada y le hizo una señal para que se uniera.
"Derick, me alegra verte," dijo Eamon con un tono grave. "Necesitamos tu perspectiva sobre lo que viene. Con la información que trajiste, tenemos una ventaja, pero también sabemos que Malvin no se quedará quieto."
Derick asintió, sus ojos recorriendo el mapa. "Necesitamos actuar rápido," dijo. "La información sobre los aliados de Malvin es crucial. Debemos debilitarlos antes de que puedan reorganizarse."
Uno de los comandantes, una mujer de rostro severo llamada Maris, intervino. "Estamos listos para movilizar nuestras fuerzas, pero necesitamos saber dónde atacar primero. Cada segundo que perdemos, Malvin gana tiempo para reagrupar a sus soldados."
Eamon señaló varios puntos en el mapa. "Estas son las fortalezas más cercanas de los aliados de Malvin. Si podemos golpearlas rápido y con fuerza, podríamos desestabilizar su red de apoyo."
Derick frunció el ceño, considerando las opciones. "¿Qué hay de los recursos? Si cortamos sus líneas de suministro, podríamos debilitarlos aún más sin tener que enfrentar a todas sus fuerzas directamente."
Maris asintió. "Es una estrategia viable. Podemos dividir nuestras fuerzas, enviar un grupo a atacar las fortalezas y otro a interceptar los suministros."
La discusión continuó, refinando el plan. Cada detalle era crucial, cada decisión podía significar la diferencia entre la victoria y la derrota. Derick sentía el peso de la responsabilidad, pero también la determinación de no dejar que el sacrificio de Jareth fuera en vano.
**Preparativos**
Mientras el campamento bullía con actividad, Lisa se despertó y se unió a Derick y Eamon en la mesa de estrategia. Sus ojos estaban llenos de resolución, y su voz firme cuando habló. "Estamos listos para lo que venga. No dejaremos que Malvin nos venza."
Eamon asintió con aprobación. "Eso es lo que necesitamos. Fuerza y determinación. Ahora, preparémonos para la próxima fase."
Los rebeldes se dispersaron para organizarse. Derick y Lisa se unieron a su unidad, revisando sus armas y asegurándose de que todos estuvieran preparados. Cada mirada, cada gesto, estaba cargado de una mezcla de esperanza y temor. Sabían que la batalla que se avecinaba sería aún más feroz que la anterior.
**La Noche Antes del Asalto**
Esa noche, el campamento estaba inusualmente silencioso. La tensión era palpable, y cada rebelde parecía estar sumido en sus propios pensamientos. Derick y Lisa se sentaron cerca de una fogata, compartiendo un momento de calma antes de la tormenta.
"Jareth estaría orgulloso de nosotros," dijo Lisa en voz baja, mirando las llamas danzarinas. "Su sacrificio nos dio esta oportunidad."
Derick asintió, su mirada perdida en el fuego. "Sí, lo estaría. Pero aún tenemos mucho por hacer. No podemos detenernos ahora."
Lisa tomó la mano de Derick, ofreciéndole un pequeño consuelo. "Lo sé. Y no lo haremos. Juntos, podemos lograrlo."
Pasaron un rato en silencio, encontrando fuerzas en la presencia del otro. Sabían que la mañana traería nuevos desafíos, pero también la posibilidad de El campamento, que había sido un refugio pequeño y provisional, comenzó a transformarse en una base de operaciones más organizada y robusta. Carpas adicionales se erigieron, áreas de entrenamiento se habilitaron y el bullicio de actividad constante llenaba el aire con una energía renovada.
**Reunión con los Líderes**
Eamon convocó a una reunión de todos los líderes rebeldes para discutir los próximos pasos. El gran mapa de Valderia, ahora lleno de anotaciones y marcas de las operaciones recientes, estaba extendido en el centro de la sala principal. Derick y Lisa se unieron a los demás, sus rostros serios y determinados.
"Nuestros recientes éxitos nos han dado una ventaja crucial," comenzó Eamon, señalando varias posiciones en el mapa. "Hemos debilitado las líneas de suministro de Malvin y tomado una de sus fortalezas clave. Pero no podemos permitirnos descansar en nuestros laureles. Malvin no se quedará de brazos cruzados."
Maris intervino, su tono firme y directo. "Debemos continuar con la ofensiva. Tenemos la oportunidad de golpear mientras aún están tambaleándose. Sugiero que dividamos nuestras fuerzas para atacar múltiples objetivos simultáneamente. Esto les impedirá concentrar su defensa en un solo lugar."
"Estoy de acuerdo," añadió Derick. "Además, debemos asegurarnos de mantener la moral alta. Cada victoria nos acerca más a la libertad y refuerza nuestra determinación."
Lisa asintió. "Podríamos organizar pequeñas incursiones para mantener la presión. Atacar sus patrullas, interrumpir sus comunicaciones, y seguir debilitándolos desde dentro."
Eamon consideró las propuestas, asintiendo lentamente. "Muy bien. Organizaremos varios grupos para llevar a cabo estas operaciones. Maris, liderarás una fuerza para tomar la siguiente fortaleza. Derick y Lisa, quiero que continúen con las incursiones en las rutas de suministro y comunicación."
**Preparativos para la Próxima Batalla**
Mientras los líderes discutían los detalles de las próximas operaciones, Derick y Lisa se retiraron para preparar a su equipo. La tensión en el campamento era palpable, pero también lo era la determinación. Cada rebelde sabía que estaban luchando por algo mucho más grande que ellos mismos.
Derick se acercó a un joven soldado que estaba afinando su arco. "¿Estás listo para lo que viene, Marcus?"
El joven levantó la vista, su expresión seria pero decidida. "Sí, señor. Estoy listo para cualquier cosa."
"Eso es lo que quiero oír," dijo Derick con una sonrisa de aprobación. "Mantén esa actitud y nos aseguraremos de salir victoriosos."
Lisa estaba supervisando el suministro de armas, asegurándose de que todos estuvieran equipados adecuadamente. Su mente no dejaba de pensar en Jareth y en el sacrificio que había hecho. Sabía que no podían permitirse el lujo de fallar.
**La Primera Incursión**
La noche era oscura y silenciosa cuando el equipo de Derick y Lisa se puso en marcha. Moviéndose con sigilo a través del bosque, se dirigieron hacia la primera ruta de suministro que habían identificado. El plan era simple pero arriesgado: emboscar el convoy, tomar los suministros y destruir cualquier cosa que no pudieran llevarse.
A medida que se acercaban, Derick levantó una mano para detener al grupo. Se agacharon entre la maleza, observando cómo el convoy se acercaba. Los soldados de Malvin caminaban con la guardia baja, sin sospechar la trampa que les esperaba.
"Ahora," susurró Derick, y los rebeldes se lanzaron al ataque.
El combate fue rápido y brutal. Los soldados de Malvin fueron tomados por sorpresa y no tuvieron tiempo de reaccionar. Los rebeldes, por otro lado, se movían con la coordinación y eficiencia de una máquina bien engrasada. En cuestión de minutos, el convoy había sido neutralizado y los suministros estaban en manos rebeldes.
"Buen trabajo," dijo Lisa, revisando las cajas de provisiones. "Esto debilitará aún más a Malvin."
Derick asintió, su rostro iluminado por una sonrisa de satisfacción. "Sigamos así. Cada golpe que asestemos les hará más difícil recuperarse."
**Noticias del Frente**
Al regresar al campamento, fueron recibidos con noticias alentadoras. Maris había logrado tomar la segunda fortaleza con éxito. Los informes indicaban que los aliados de Malvin estaban desorganizados y en desventaja.
Eamon los recibió con una expresión seria pero satisfecha. "Están haciendo un excelente trabajo. Cada victoria nos acerca más a nuestro objetivo final. Pero no podemos bajar la guardia."
"¿Cuál es nuestro siguiente paso?" preguntó Derick, ansioso por continuar la lucha.
"Debemos consolidar nuestras posiciones y prepararnos para un ataque directo a la fortaleza principal de Malvin," respondió Eamon. "Será la batalla más dura que hayamos enfrentado, pero es necesaria. Debemos terminar con su régimen de una vez por todas."
**Preparativos para la Batalla Final**
El campamento entró en un frenesí de actividad. Se afilaron espadas, se tensaron arcos y se prepararon suministros. Cada rebelde sabía que la próxima batalla decidiría el destino de Valderia. La tensión era palpable, pero también lo era la esperanza.
Derick y Lisa se aseguraron de que su equipo estuviera listo. Pasaron tiempo con cada soldado, ofreciéndoles palabras de aliento y asegurándose de que entendieran la importancia de la misión.
"Recuerden por qué estamos aquí," dijo Derick en un tono firme pero cálido. "Estamos luchando por nuestras familias, por nuestros amigos, por todos aquellos que no pueden luchar por sí mismos. No podemos fallar."
Lisa asintió. "Jareth dio su vida para que pudiéramos llegar hasta aquí. Hagamos que su sacrificio valga la pena."
**La Marcha Hacia la Fortaleza**
El día de la batalla final llegó con un amanecer que parecía más brillante que de costumbre, como si incluso el sol estuviera anticipando el cambio que estaba por venir. Los rebeldes marcharon en silencio, sus pasos resonando con una determinación inquebrantable.
La fortaleza de Malvin se alzaba imponente en el horizonte, un recordatorio de la tiranía que habían soportado durante tanto tiempo. Pero esta