Nunca creí que me enamoraría, mucho menos que fuera de una humana, que lucharía y haría hasta lo imposible para porder estar con ella.
Incluso arriesgar a los seres que luchan a mi lado.
Nuestro amor causaría grandes perdidas pero, ¿valdrá la pena?.
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13
• Paz entre enemigos •
La Reina humana veía como peleaban entre ellos, con un rostro neutral sin dejar mostrar alguna emoción.
Vio a Romy ingresar por la ventana con una pura en mano cargándola sin esfuerzo, la tiro al suelo sin cuidado.
Los demás estaban peleando sin tomar en cuenta a los humanos que observaban todo el show a su alrededor con diferentes emociones.
— Dejen de pelear — hablo pero por el ruido a su alrededor nadie la escucho.
— ¡Dije que se detengan! — su grito resonó por toda la habitación captando la atención de los impuros y los puros.
— ¿Ahora que quieres? — Pregunto Hazel soltando Solene, dejándola caer bruscamente al suelo
— No es momento para que peleen menos si es en tierras humanas — Se acercó a ella, quedando a escasos pasos.
— Romy busca a Harith — Narine buscó con la mirada a Romy, que al escucharla, asintió saliendo por la ventana, mientras La reina y Hazel se seguían en su rara batalla de miradas — Nos vamos —.
La joven humana retrocedió unos pasos sin quitar los ojos de la impura, admite que ella era muy atractiva.
— No se pueden ir, no hemos hablado de las condiciones del trato — al fin despegó la mirada de Hazel para mirar a Nar
— Mientras esos puros estén aquí nosotros no podremos trabajar tranquilos — señalo a los puros que seguían viéndolos con odio.
— Ellos se irán — observo detrás del hombro de la impura a la líder de ese grupo de puros — Alyssa.
— No, nos iremos si ellos están aquí — Alyssa dio pasos a su dirección cruzándose de brazos.
— En ese caso, les pido que no intervengan en lo que haremos— Las miradas que se daban ambas dejaba en claro el odio que había entre ellos.
— Está bien — La voz ronca de Narine mirando con disgusto a la contraria.
Hazel asintió volviendo al lado de Narine como estaba antes de que empezará la pelea con los puros.
— ¡Volvimos! — Romy ingreso por la puerta con Harith detrás de ella.
— Hablemos ahora de tus condiciones — Narine fue la que hablo queriendo irse lo más pronto posible de ahí.
- Salgan - la humana miró a los demás de los suyos, algunos se quejaron, pero terminaron por obedecer las órdenes de su gobernante.
La reina suspiró al ver salir al último humano — Quiero su protección se que varios de ustedes lo supusieron, algunas personas han tratado de robarme el puesto con el intento de matarme — Observó las expresiones se los impuros, ninguno parecía querer mostrar nada, ese le pareció extraño, pero debía ser normal.
— Se que una de las razones es aquella, sin embargo estoy casi segura que tienes otro motivo — dijo Romy con una voz dulce acercándose unos pasos, ella fue la única que hizo el intento de mostrar una sonrisa, pero logró ver su rostro neutro por un par de segundos.
— Tienes razón, pero antes de decirles necesito esperar a que empiecen a confiar en mi — Sus ojos se posaron en Hazel.
— ¿Estás diciendo que no nos dirás nunca? — Romy soltó una carcajada al escuchar a Río.
— Se que confiaran en mi algún día —
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- Bien, dejaré a dos de ellos para cuidar de ti - algunos de los impuros les pareció desagradable la idea.
- Hazel serás la primera junto con Romy - en cambio ellas no odiaron la idea.
Narine alzó su mirada hacia los puros que permanecen detrás de la humana como guerreros.
- Manten un órden - Los impuros desapareciendo a excepción de Hazel y Romy.
Romy se giró a ver a Hazel, Hazel seguía manteniendo su seriedad.
- Vigila a fuera yo cuidare a dentro - Hazel le dijo y camino hacia Elizabeth, Romy la miró sobre su hombro sonriendo de lado.
Tenía que obedecerla por ser más fuerte que ella, le parecía entretenido todo lo que estaba pasando, era algo que posiblemente nunca se había visto desde hace siglos, humanos, puros e impuros conviviendo sin poder asesinar unos a los otros.
Al salir los humanos la miraban con curiosidad, rompió su camuflaje en medio de la pelea con los otros, le daba igual como la observaban.
Sus alas eran negras con detalles blancos, se miraban más aterradoras que las doradas de los puros.
Salió al sitio donde habían guardias humanos vigilando el exterior. Los miró sin interés y se sentó en el techo con las piernas cruzadas.
La noche iba a hacer muy aburrida, quizás Hazel se divierta más.
- No deberían estar aquí - La voz de Solene le hizo saber que no sería tan aburrido como esperaba.
- Cariño, ¿Ya comenzaste a extrañarme? - Romy dijo sus ojos en la pura con cabellos dorados, ¿Cómo era posible que hasta su piel brille?.
- Es mi turno vigilar el exterior - Romy soltó una risa.
- De que sirven esos inútiles humanos, entonces - Señaló con su mirada a los humanos que se turnaban para hacer guardia.
- Son fieles a su reina, y dudan de que la mantendremos con vida - Se sentó lejos de la impura.
- Y, ¿No son ustedes sus guardias personales? Ya sabes los angeles que darían su vida para cuidarlos - Dijo burlona observando el cielo oscuro.
- Solo nos encargamos de los humanos puros - En ese momento Solene se arrepintió de haber hablado.
Romy ladeó la cabeza entre cerrando los ojos, sabía que no estaba loca, si lo estaba pero no para sospechar tontamente.
- ¿Quieres decir que la reina tiene un alma pura? - Su risa había desaparecido de su voz, sus ojos se miraron sin expresión por un pequeño instante.
Solene miraba su comportamiento con cuidado, tenía conocimiento acerca de la sangre se un humano con alma pura, su sangre era realmente atractiva para los impuros.
- Ya lo sabía - Su voz volvió a ser la misma, pero no giraba su rostro hacia ella.
Para Romy, que unas de sus habilidades era sentir el aroma de cada ser existente le era complicado mantener la compostura, desde que llegó sintió ese aroma tan adictivo, pero logró evitar que sus instintos tomarán el control.