vidas diferentes que su suerte les da conexión
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el concierto universo VII
Robert y Chandler se conocieron en un festival de música en el campus universitario durante su primer año de carrera. Ambos eran estudiantes de Historia del Arte, y su amor por la música y el arte los unió de inmediato. Desde entonces, habían compartido innumerables conciertos, festivales y noches de música en vivo, siempre buscando nuevas experiencias y disfrutando del arte en todas sus formas.
Uno de sus mayores sueños era asistir a un concierto de su banda de rock favorita, The Dark Echoes. Esta banda había sido la banda sonora de su relación desde el principio, y sus canciones habían marcado muchos de los momentos más importantes de sus vidas juntos. Cuando anunciaron que The Dark Echoes haría una gira mundial y que una de las paradas sería en su ciudad, Nueva York, Robert y Chandler supieron que tenían que estar allí.
Con meses de anticipación, compraron sus entradas y comenzaron a planificar el evento con entusiasmo. Decidieron hacer de la noche del concierto una celebración especial, reservando una cena en su restaurante favorito antes del espectáculo y organizando una pequeña reunión con amigos en su apartamento después del concierto. La anticipación creció a medida que se acercaba la fecha, y finalmente, el día del concierto llegó.
La noche comenzó de manera perfecta. La cena en el restaurante fue deliciosa, y Robert y Chandler disfrutaron de una velada romántica recordando viejos tiempos y soñando con el futuro. Tras la cena, se dirigieron al estadio donde se llevaría a cabo el concierto. Al llegar, el lugar estaba lleno de fans emocionados, todos vestidos con camisetas y accesorios de la banda. La atmósfera era electrizante, y Robert y Chandler se unieron a la multitud con una sensación de júbilo y expectativa.
Sin embargo, la mala suerte parecía acechar desde el comienzo. Al llegar a la entrada, Chandler se dio cuenta de que había olvidado sus entradas en el restaurante. Con el tiempo apremiando, decidieron que Robert iría a recuperar las entradas mientras Chandler esperaba en la fila. Robert corrió a toda velocidad por las calles de Nueva York, sintiendo la presión del reloj. Afortunadamente, el restaurante había guardado las entradas y, con las preciadas entradas en mano, Robert regresó al estadio justo a tiempo.
Entraron al estadio justo cuando la banda telonera comenzaba su actuación. Aunque ligeramente agitados por el contratiempo, la emoción de ver a The Dark Echoes en vivo pronto los hizo olvidar el incidente. Encontraron sus asientos y se sumergieron en la música, disfrutando del ambiente y la energía del lugar. La banda telonera terminó su set y, tras una breve pausa, las luces se atenuaron y el público estalló en aplausos cuando The Dark Echoes subió al escenario.
El concierto fue todo lo que habían soñado y más. La banda tocó sus éxitos más grandes y algunas canciones nuevas, y Robert y Chandler cantaron y bailaron con todo su corazón. La conexión que sentían con la música y entre ellos mismos era palpable, y cada nota parecía resonar en sus almas. Sin embargo, en medio de esta euforia, la mala suerte volvió a hacer acto de presencia.
A mitad del concierto, justo cuando la banda comenzaba a tocar su canción favorita, "Eternal Night", un problema técnico hizo que el sonido se cortara. La música se detuvo abruptamente, y el estadio se llenó de murmullos de confusión y decepción. Los técnicos de sonido corrieron al escenario, tratando de solucionar el problema lo más rápido posible. La banda, visiblemente frustrada, trató de mantener la calma y entretener al público mientras esperaban que el sonido se restableciera.
Después de unos minutos que parecieron una eternidad, el problema fue solucionado y el concierto continuó. The Dark Echoes retomó la canción desde el principio, y el público volvió a animarse. Sin embargo, para Robert y Chandler, el momento mágico se había visto interrumpido, y aunque seguían disfrutando del espectáculo, la interrupción dejó una sombra de desilusión.
Poco después, otro contratiempo los sorprendió. En medio de una de las canciones más enérgicas del set, una persona de la multitud comenzó a empujar y causar problemas cerca de donde estaban Robert y Chandler. La situación se volvió rápidamente caótica, y en un esfuerzo por evitar ser arrastrados por la confusión, Chandler tropezó y cayó al suelo. Robert, preocupado, lo ayudó a levantarse, y aunque Chandler aseguraba estar bien, había torcido su tobillo y cojeaba visiblemente.
Decidieron alejarse un poco de la multitud y encontrar un lugar más tranquilo donde Chandler pudiera descansar. Encontraron un asiento cerca de la parte trasera del estadio, desde donde aún podían ver el escenario, aunque a una distancia mayor. Chandler trató de disfrutar el resto del concierto, pero el dolor en su tobillo y la preocupación de Robert empañaron la experiencia.
Cuando finalmente terminó el concierto, la multitud comenzó a dispersarse. Robert y Chandler esperaron a que el estadio se vaciara un poco antes de intentar salir, para evitar empujones y posibles accidentes adicionales. Mientras se dirigían a la salida, Robert notó que su teléfono no estaba en su bolsillo. Después de buscar frenéticamente, se dio cuenta de que probablemente lo había perdido en algún momento durante el tumulto.
Cansados y con el ánimo algo decaído, Robert y Chandler regresaron a su apartamento. La reunión con amigos que habían planeado fue cancelada, ya que Chandler necesitaba descansar y Robert tenía que encargarse de varias cosas, incluyendo la cancelación de tarjetas y el reporte de su teléfono perdido. Sus amigos comprendieron la situación y prometieron reunirse con ellos otro día.
A la mañana siguiente, Chandler decidió visitar al médico para asegurarse de que su tobillo no estuviera gravemente dañado. Robert, aún lidiando con los trámites relacionados con su teléfono perdido, lo acompañó. Afortunadamente, el médico confirmó que solo se trataba de una torcedura y que con unos días de reposo y hielo estaría bien. Esto trajo un alivio momentáneo, pero la serie de eventos desafortunados continuó.
Mientras descansaban en casa, recibieron una llamada del banco informando que había habido intentos de realizar compras sospechosas con la tarjeta de crédito de Robert. Al parecer, alguien había encontrado su teléfono y había intentado acceder a sus cuentas. Robert pasó gran parte del día resolviendo el problema, cancelando tarjetas y cambiando contraseñas.
A pesar de todo, Robert y Chandler intentaron mantener el ánimo alto. Sabían que no podían dejar que estos contratiempos arruinaran su relación o su amor por la música y el arte. Decidieron que, una vez que Chandler se recuperara y todo volviera a la normalidad, planificarían otro evento especial para compensar la noche del concierto.
Los días pasaron y Chandler se recuperó lentamente. Robert, con su teléfono reemplazado y los problemas financieros resueltos, se concentró en cuidar de Chandler y asegurarse de que estuviera cómodo. La rutina diaria les permitió recuperar algo de normalidad, aunque el recuerdo de la noche del concierto seguía siendo un tema recurrente de conversación.
Finalmente, llegó el día en que Chandler pudo caminar sin dolor. Decidieron que era el momento perfecto para realizar esa celebración que tanto habían esperado. Organizaron una pequeña cena en su apartamento, invitando a sus amigos más cercanos. La noche fue un éxito; disfrutaron de buena comida, risas y la compañía de personas queridas. Aunque no era un concierto de rock, el ambiente de camaradería y amor les recordó que las experiencias significativas pueden venir en muchas formas.
A lo largo de los meses siguientes, Robert y Chandler continuaron asistiendo a conciertos y eventos, aunque siempre con un poco más de precaución. Aprendieron a prepararse mejor para posibles contratiempos y a no dejarse abatir por la mala suerte. Su amor por la música y el arte seguía siendo una parte fundamental de sus vidas, y cada evento, sin importar los problemas que pudieran surgir, era una oportunidad para fortalecer su relación y crear nuevos recuerdos.
Un año después del fatídico concierto, The Dark Echoes anunció otra gira, y esta vez, Robert y Chandler no dudaron en conseguir entradas. Esta vez, se aseguraron de tomar todas las precauciones posibles: escanearon copias digitales de sus entradas, revisaron dos veces sus pertenencias y planificaron cuidadosamente su noche. A medida que la fecha del concierto se acercaba, no podían evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo.
El día del concierto finalmente llegó. Una vez más, disfrutaron de una cena en su restaurante favorito antes del espectáculo, y esta vez, no olvidaron sus entradas. Al llegar al estadio, la atmósfera era igual de electrizante que la primera vez, pero esta vez, Robert y Chandler estaban decididos a no dejar que nada arruinara su noche.
El concierto comenzó sin problemas, y The Dark Echoes ofreció una actuación espectacular. Robert y Chandler se sumergieron en la música, cantando y bailando junto con la multitud. Esta vez, no hubo interrupciones, problemas técnicos ni incidentes. La banda tocó su canción favorita, "Eternal Night", y Robert y Chandler compartieron una mirada de felicidad pura, sabiendo que habían superado su mala suerte y estaban disfrutando del momento al máximo.
Cuando el concierto terminó, salieron del estadio con una sensación de euforia y satisfacción. La noche había sido perfecta, y se sintieron más conectados que nunca. De camino a casa, caminaron de la mano, disfrutando de la calma de la noche y el brillo de las luces de la ciudad.
Al llegar...