Laura, una mujer de 30 años, lucha contra una enfermedad terminal. Su mayor preocupación es el futuro de su hermana menor, Alma, de 15 años, y su pequeña hija, Sofía. Laura decide que su esposo, Máximo, debe hacerse cargo de Alma y Sofía para garantizar su bienestar. En sus últimos días, le pide a Máximo que se case con Alma cuando ella cumpla la mayoría de edad y que adopte legalmente a Sofía para cuidarla como si fuera su propia hija.
NovelToon tiene autorización de Araceli Settecase para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 13: Buscando a Mis Mujeres
Máximo se encontraba en su oficina, revisando los últimos informes de la semana, cuando decidió llamar a Alma. Quería asegurarse de que ella y Sofía estuvieran bien y planear su regreso a casa. Tomó su teléfono y marcó el número de Alma.—Hola, Alma. Estoy terminando mis asuntos aquí. ¿Te parece bien si paso a buscarte a casa de Susan? —dijo Máximo, su voz llena de cariño y preocupación.—Claro, Máximo. Estaremos listas cuando llegues —respondió Alma con una sonrisa, agradecida por su atención.Máximo terminó su llamada y se dirigió a su coche. Mientras conducía hacia la casa de Susan, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y ansiedad. Siempre había sido protector con Alma y Sofía, y deseaba que estuvieran bien.Al llegar, Máximo estacionó el coche y se dirigió a la puerta. Susan lo recibió con una sonrisa, invitándolo a entrar. Alma y Sofía estaban en el salón, jugando alegremente.—¡Máximo! —exclamó Sofía, corriendo hacia él con los brazos extendidos.Máximo levantó a la pequeña en el aire y le dio un abrazo fuerte.—Hola, princesa. ¿Te has divertido hoy? —preguntó, su voz llena de ternura.—Sí, mucho. Estuve jugando con tía Susan y mamá —respondió Sofía, con una sonrisa radiante.Mientras Sofía seguía hablando emocionada, Máximo notó la presencia de un hombre alto y robusto en la habitación. Susan se acercó y presentó a su hermano.—Máximo, este es mi hermano Konstantin Ivanov. Ha venido a visitarme desde Rusia por negocios —dijo Susan con orgullo.Konstantin extendió la mano para estrechar la de Máximo.—Un placer conocerte, Máximo —dijo con una sonrisa.—Igualmente —respondió Máximo, estrechando su mano con firmeza, pero notando la tensión en el aire.Konstantin, con su habitual franqueza, miró a Alma y luego a Máximo.—Alma es una mujer muy hermosa. Cualquier hombre estaría encantado de esperarla para hacerla su esposa —comentó, sin dejar de observar la reacción de Máximo.Máximo sintió un pinchazo de celos y protectorismo al escuchar esas palabras. Miró a Konstantin directamente a los ojos y respondió con calma, pero firmeza.—Solo se quedarán con las ganas, porque yo soy el esposo de Alma —declaró, poniendo un brazo alrededor de la cintura de Alma y acercándola a él—. Y gracias por notar que tengo a dos bellas mujeres en mi vida.La tensión entre los dos hombres era palpable, pero Konstantin no mostró señales de retroceder. En cambio, sonrió y asintió.—Entiendo, Máximo. Alma es una mujer afortunada de tener un esposo tan dedicado. Si alguna vez necesitan algo, no duden en decírmelo —dijo con una sonrisa, pero en su mente, la curiosidad sobre Alma crecía.Después de la conversación, Máximo, Alma y Sofía se prepararon para irse. Mientras se despedían de Susan, Konstantin observaba cada movimiento, intrigado por la dinámica familiar. Tan pronto como la puerta se cerró tras ellos, Konstantin llamó a su jefe de seguridad.—Necesito toda la información que puedas obtener sobre Alma. Quiero saber todo sobre ella —ordenó, con una voz llena de determinación.Mientras Konstantin esperaba la información, no podía dejar de pensar en Alma. Había algo en su serenidad y fortaleza que lo había impactado profundamente. No se trataba solo de su belleza física, sino de su carácter y su papel en la vida de Máximo y Sofía.Máximo, por su parte, se sentía más protector que nunca. La presencia de Konstantin había despertado en él un instinto de proteger a su familia con más fervor. Mientras conducía de regreso a casa, miró a Alma y Sofía a través del espejo retrovisor, sintiendo una mezcla de amor y responsabilidad.—¿Estás bien, Alma? —preguntó, tomando su mano mientras conducía.—Sí, estoy bien. Solo quiero que estemos todos juntos y felices —respondió Alma, apretando su mano con cariño.Y así, en medio de los desafíos y la tensión, Máximo y Alma reafirmaron su compromiso mutuo. Sabían que, sin importar quién intentara interponerse en su camino, su amor y su familia eran su mayor fortaleza. Konstantin, con sus investigaciones, solo añadiría una nueva capa de complejidad a sus vidas, pero Máximo estaba preparado para cualquier cosa. Mientras tanto, Konstantin se encontraba intrigado y fascinado por Alma, sin saber cómo este nuevo interés podría cambiar el curso de sus propios planes.El destino de estos personajes continuaba entrelazándose de maneras inesperadas, cada uno luchando por lo que consideraba más importante en sus vidas.