Ellas eran muy buenas amigas, ambas se conocieron en un set, ellas querían llegar a ser actrices de telenovelas, y ¿por qué no?, actuar en alguna película.
Pero el destino les tenía preparada una jugarreta, que nadie se esperaba. Esta historia es completamente sacada de mi imaginación, de modo que todos los personajes, pasajes y nombres, son totalmente ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
"Chismes de vecindad"
Kimberly no podía creer lo que estaba viendo, ahí platicando con Rómulo se encontraba Itatí...
Amiga, ¿pero qué haces aquí?, te esperaba dentro de un mes.
Itatí corrió a abrazar a Kimberly, ¡te extrañé tanto, amiga!
Y yo a ti, ¿cómo te fue de luna de miel?
Todo estuvo perfecto, regresamos a insistencia de Daniel, el trabajo lo estaba esperando. Ya no podía aplazarlo más tiempo.
Bueno, lo importante que ya estás aquí porque hay un programa que nos está esperando.
¿De verdad, un problema para ti y para mí?, ¿juntas o uno para cada una?
El programa lo haremos las dos juntas, ya le tengo su nombre, como tú no estabas lo decidí yo... Kimberly sabía que le gustaría a su amiga.
¿Ah, sí, y qué nombre le vas a poner?
Es una sorpresa, lo sabrás en cuanto empiece el programa.
Por favor, amiga, dímelo.
Rómulo intervino... Kimberly, por favor, ya que estamos aquí los tres, ¿cómo se va a llamar el programa?
Está bien, se lo voy a decir, al fin y al cabo usted es el director y tú eres mi amiga y vas a ser mi compañera.
El programa se va a llamar "chismes de vecindad"...
Itatí y Rómulo intercambiaron las miradas, luego, ella dijo:
Me gusta, me parece muy buen nombre.
Sí, tienes razón, a mí también me gusta ese nombre, se llamará así.
Tenemos que ensayar, porque en un mes entra al aire.
Bueno, espero que me facilite los papeles para ensayar.
Rómulo dijo:
Pasa a mi oficina, en un momento te daré el guión.
Por la sorpresa y las prisas, Kimberly olvidó decirle que se iba a casar en una semana.
Habían adelantado la fecha porque ella y Noé se amaban demasiado y ya querían estar juntos.
Cuando Itatí salió de la oficina se fue a reunir nuevamente con su amiga.
Me fascina, está muy interesante, seguro vamos a tener muy entretenidas a las señoras de la casa.
Ya sé, con tantos chismes como debe de haber en la vida real. Oye amiga, se me olvidaba decirte una cosa muy importante, dentro de una semana me casaré.
¿De verdad?, yo quería ayudarle a preparar todo para tu boda.
Lo siento amiga pero como tú ibas a regresar en un mes, pues me ayudó Elena y mi madre. Ya todo está listo, en una semana me caso.
Pues bueno, si ya lo tienes todo listo, pues qué le vamos a hacer. Ya sé que esa Elena es más amiga de ti que yo.
No digas eso Itatí, tú eres tan amiga mía como Elena.
Kimberly, yo quiero ser la única amiga que tengas, así que por favor, ya no le vuelvas a hablar a Elena.
Amiga, tú no puedes pedirme eso, sabes perfectamente bien que Elena es mi amiga, casi mi hermana. Kimberly se sentía muy mal por Itatí, pero ella no podía permitir que le quitara la amistad de Elena.
Pues lo siento mucho, pero es ella o yo, decídete de una vez.
Kimberly no dijo nada, simplemente, se alejó de ahí, sin voltear una sola vez.
Itatí la miró hasta que se perdió de vista. "Ay amiga, no sabes lo que estás haciendo, pero ya me encargaré de que pagues por todo esto", se dijo. "Y no solo tú, sino tu amiga también".
Cuando salió Itatí del estudio, su esposo ya la estaba esperando afuera.
Hola amor, vine por ti, acuérdate que tienes que tomarte tu pastilla diaria.
¡Ash!, no fastidies tú con tus pastillas, ya me tienes harta. Ya te dije que no pienso tomarme ninguna méndiga pastilla.
Por favor, amor, te vas a tomar la pastilla aunque te la tenga que dar a la fuerza, vámonos. Daniel le habló tierno pero firme.
Por favor, Daniel, déjame ser. Te prometo que me voy a portar bien, esas pastillas lo único que hacen es dormirme, me da mucho sueño y me duele más la cabeza. Itatí fue muy melosa con él.
Pero Daniel no sucumbió a sus encantos. "Es por tu bien, mi amor", pensó. La tomó de la mano y la ayudó a subir al coche.
.
.
.
Abre la boca...
Ella abrió la boca, y Daniel le introdujo la pastilla, le dio agua y le cerró la boca hasta que se la tragó.
Él la obligó a sacar la lengua y le examinó toda la boca hasta comprobar que de verdad se le había tragado.
¡No sabes cuánto te odio, Daniel! Itatí corrió hacia su cuarto.
Sin que Daniel se diera cuenta, se provocó el vómito y sacó todo lo que se había tragado.
.
.
.
Saliendo del estudio Kimberly fue a buscar a Elena.
Elena, quiero hablar contigo. Ya mañana me caso y me voy a ir dos semanas de luna de miel. No se te olvide que vas a ser mi dama de honor.
Por nada del mundo lo olvidaría Kimberly, eres mi mejor amiga y nada me agradaría más que ser tu dama de honor.
Gracias amiga. Yo sé que no me puedes fallar. También Itatí será mi dama, y siete chavas más.
Está bien, Kimberly, tú sabes a quién eliges, por mí no hay ningún problema.
¿Sabes qué amiga?, eres tan diferente a Itatí. Pero aún así las quiero mucho a las dos.
Ay amiga, yo también te quiero mucho.
.
.
.
Noé esperaba en el altar, ya faltaba poco para que Kimberly fuera su esposa. Se le notaba la felicidad en su rostro.
La iglesia estaba llena, la popularidad de Kimberly era muy evidente.
Elena, Itatí y las demás chicas estaban en los asientos de adelante, junto a los padres de Kimberly, porque él no tenía familia. Todas lucían sus vestidos en color morado, con accesorios color plata. Kimberly lucía hermosa con su vestido de novia bordado con chaquira y cristal cortado, la tiara y el ramo también de cristal cortado eran muy bonitos, sin contar el lazo que hacía juego con el ajuar de novia. Ella entró a la iglesia con una gran sonrisa, inmediatamente, la marcha nupcial se oyó en tofo el recinto.
Del brazo de un amigo de su madre, iba caminando, sin perder jamás esa felicidad y ese aplomo.
Noé ya la estaba esperando, y la recibió lleno de felicidad.
.
.
.
Al poco rato, ya estaban reunidos todos en el salón donde sería la recepción. El juez que los casaría ya estaba ahí, y en cuanto los vio llegar, empezó con todo el procedimiento.
Media hora después, todo había pasado, ellos ya estaban casados.
Estuvieron un rato departiendo con todos los invitados, hasta que a cierta hora se fueron sin que nadie se diera cuenta.
Solo Elena era la única que sabía, porque Kimberly ya le había dicho un momento antes de casarse y ella se encargaría de avisarle a todos los invitados.
Por ese gesto que tuvo Kimberly, Itatí se puso mucho más furiosa.
"Ya verás lo que es amar a Dios en tierra de indios". Se decía para sí misma.
Señores y señoras, habló Elena ante el micrófono... Mi amiga Kimberly y su esposo Noé les dan las gracias por haber asistido a su boda.
Esta fiesta se ha terminado, por favor abandonen el lugar.
Uno a uno fueron agradeciendo y saliendo del salón.
Itatí también se fue acompañada de su esposo, ella ni siquiera quiso despedirse de Elena.
ya ni ganas de seguir leyendo