En un imperio dividido por intrigas y traiciones, Euridice, la tercera princesa de Caelum, se ve obligada a huir cuando su medio hermano, Jacob, asesina al emperador y a sus hermanos. Con la ayuda de Arjona, su protector, Euridice emprende una peligrosa búsqueda de los legendarios 5 Ases para detener a Jacob y evitar que desate el caos en el imperio. Mientras lucha por recuperar la paz, Euridice descubre su propia fuerza y determinación en un mundo donde la lealtad y el poder se entrelazan en una danza mortal.
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Capítulo 13
A la mañana siguiente, Euridice en compañía de Dux y Undo, desayunaba cerca a la entrada de la choza. Euridice en total silencio mientras Undo discutía con Dux.
Pese a que era claro que Dux era mucho mayor que Undo, el que parecía cuidar del otro era Undo.
— ¡Te dije que debes alejarte de los riscos! Eres demasiado torpe!— Le dijo Undo a Dux.
— Lo siento Undo...— Dijo Dux agachando la cabeza pero manteniendo su sonrisa.
— Eres un completo tonto... — Dijo Undo mientras tomaba su plato y seguía comiendo. Dux río un poco y después miro a Euridice quien apenas había tocado su comida.
— ¿Pasa algo princesa?.— Preguntó Dux. Euridice lo miro y negó con la cabeza, tomo su tazón de comida y de inmediato comenzo a comer.
Undo termino su comida y recogió su plato, fue hasta la cocina en donde dejó todo y después fue de regreso con Euridice.
— Princesa, apurese, quiero que me ayude a revisar al costal de piedras que esta allá atrás. — Dijo Undo refiriéndose a Arjona.
— Si si.— Dijo Euridice apurandose a comer. Dux miro con detenimiento a Euridice y después se levanto.
— Undo... Debo ir a hacer algo. — Dijo Dux.
— Ten cuidado... — Le dijo Undo mientras le miraba irse.
Tras unos minutos mas, Euridice acabo de comer y fue hasta donde estaba Arjona junto a Undo para asi comenzar a revisarlo.
Undo quito las vendas de su cuerpo para cambiarlas por nuevas, y se noto sorprendido cuando vio su cuerpo sin ellas.
— Esto... Es extraño. — Dijo Undo.
— ¿Le pasa algo?.— Preguntó Euridice preocupada.
— Por el veneno, las heridas parecian hematomas... Pero ahora están normales. El Veneno nunca salió de su cuerpo...— Dijo Undo mientras movia el cuerpo de Arjona hasta ver su espalda, donde había recibido los impactos con las flechas. Allí las heridas se notaban más cerradas, igual que el resto; como si se hubiesen regenerado esa misma noche.
— Pero... ¿Está bien?.— Preguntó Euridice. Undo reviso el resto de heridas, notando que la mayoría había comenzado a cicatrizar, exceptuando una que tenía en el abdomen. Pues era la más profunda y grande.
— Creo que si... Creo que si.— Dijo Undo.
Finalmente ambos siguieron revisando, hasta que después pasaron a limpiar las heridas y de nuevo vendarlas...
Al día siguiente, Arjona seguía sin despertar. Euridice temía que el no llegase a ver la luz del sol nuevamente, se sentía culpable por que a final de cuentas fue ella quien lo empujo a venir.
Al caer la noche. Euridice había salido de la choza, fue a caminar un poco y termino por sentarse sobre una roca a las orillas de un pequeño risco de apenas unos 5 metros, debajo de el había una laguna y enfrente una hermosa cascada.
El sonido del agua era relajante, por lo que Euridice había encontrado un poco de paz allí. Tras pasar unos minutos, Undo llego hasta ella y termino por sentarse sobre el suelo a lado de ella.
— Deberías volver... Antes de que te enfermes.— Dijo Undo. Euridice mirando la cascada no respondió por un momento, hasta que después se giro hacia él.
— Undo... Crees que... Arjona va a morir?— Preguntó Euridice en un tono de tristeza. — Dux dijo que jamás lo ha visto en sus visiones... será por que... ¿Morirá?.— Preguntó ella. Undo miro al cielo y después negó con la cabeza.
— La verdad no lo sé. Las visiones de Dux no siempre muestran a todos los involucrados, siempre se enfocan en una sola persona. — Dijo Undo.
— Entiendo... — Dijo Euridice suspirando para asi levantarse. — Regresaré a la choza...— Dijo comenzando a caminar. Undo se levanto y comenzo a caminar detrás de ella.
— por cierto princesa... ¿Puedo llamarle Euridice?.— Preguntó Undo.
— Claro...— Dijo Euridice sonriendo.
— Menos mal, una vez más que le dijese Princesa y me daría algo.— ...
Ya de noche, Euridice dormia con completa calma a lado de Arjona. Todo estaba oscuro y en silencio, sin embargo justo en ese momento Arjona por fin despertó.
Abrio los ojos y miró a su lado, notando a Euridice durmiendo con completa tranquilidad. Pronto noto que ella sujetaba su mano, cosa que observo antes de moverse hasta sentarse, se solto de su agarre y después se estiro hasta la manta de Euridice, misma que tomó hasta cubrirla bien del frío.
...
Al dia siguiente, Euridice desperto y se estiro un poco, se sento sobre la cama y miró a su lado que Arjona no estaba.
— ¿Arjona..? — Preguntó preocupada levantándose de inmediato para ir a buscarlo. — ¡Arjona!.— Grito ella buscando saber de el. Undo apareció desde el interior de la choza y tambien noto que Arjona no estaba.
Euridice salió de la choza y comenzo a recorrer el bosque esperando encontrarlo. Undo salió detrás de ella, ayudándola a buscarlo.
— ¡Arjona!! — Gritaba Euridice temiendo que algo malo le hubiese pasado. Llegaron hasta el risco frente a la cascada y allí pudieron ver a Arjona.
De pie cerca a la orilla, solamente mirando hacia el horizonte.
— Arjona...— Suspiro Euridice aliviada de verlo bien. Camino hasta estar detrás de él y después después se dio media vuelta mostrando una sonrisa.
— Si lloras... Te daré un golpe. — Dijo Arjona. Euridice sonrio y no pudo evitar comenzar a llorar antes de ir a abrazarlo.
— Ugh!.— Solto un quejido del dolor por ese abrazo para después corresponder a el.
— Menos mal ya no debere moverte... Pesas demasiado.— Dijo Undo cruzándose de brazos y dando un suspiro.
— Arjona... El es Undo... Es quien ha estado cuidando de nosotros. — Dijo Euridice separándose del abrazo.
— Te agradezco...— Dijo Arjona mirando a Undo.
— Sigo sin entender como estas de pie. Eres una Bestia.— Dijo Undo mientras lo miraba de pies a cabeza. — Tenías una pierna rota, la espalda y costillas fracturadas... ni siquiera deberías estar frente pie pero bueno... Intenta no moverte mucho.— Le dijo Undo dandose vuelta para regresar a la choza...
...