Tras sacrificarlo todo para preservar la vida de su hija, se ve obligada a ocultar su supervivencia para enfrentarse a una de las mayores batallas de su existencia: la lucha contra un ejército de no muertos que ansían la muerte de su propia hija.
Decidida a obtener la victoria, Genevieve se embarca en una peligrosa misión para recuperar la corona de su abuelo, el último rey de los tritones, arrebatada por el hombre que la mantuvo prisionera y la sometió durante años. En su odisea, se cruza nuevamente con el padre de su hijo por nacer, cuya muerte lo dejó desolado.
¿Logrará Genevieve reclamar la corona perdida y garantizar la seguridad de su familia frente a las fuerzas de la oscuridad?
NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 12
Genevieve asintió ante las palabras de Yuna, segundos antes de desmayarse debido al cansancio que tenía y al dolor en todo su cuerpo. Ya había perdido la cuenta de las veces que había perdido la consciencia desde que inició su entrenamiento con Yuna; sin embargo, una vez se despertara, volvería a entrenar de manera inmediata, aun si su cuerpo no quisiera.
La princesa caída bservó en el cielo que poco a poco anochecería, por lo que sería el momento de descansar; sin embargo, al sentir su cuerpo tan cansado y adolorido, lleno de sudor, sangre y arena, se quedó dormida en el propio suelo.
—¿Princesa?—preguntó Yuna.
—¿Mmm?—dijo Genevieve despertándose—¿Qué hora es?
—Casi es media noche—le respondió colocando su mano en su frente.
Influyendo en ella un poco de su energía mágica, hizo que algunas de sus heridas se recuperaran, incluyendo las heridas que había sufrido en su rostro y boca durante el entrenamiento. Si bien podía hacer que se recuperara un poco, solo sanaría las heridas más críticas, ya que la princesa caída debía aprender a levantarse aun cuando su cuerpo no pudiera más.
—Hay algo que quiero mostrarle—le dijo Yuna.
Una vez se levantó con dificultad, la princesa caída siguió a Yuna fuera del cozo de entrenamiento, sintiéndose confundida con la percepción del tiempo. Le costaba ubicarse, pese a que sabía que en el exterior habían pasado solo dos días desde que había despertado y comenzado a entrenar, mientras que dentro del cozo había pasado más de un mes.
—Debido a que fue arrebatada a la fuerza—le explicó mientras caminaban por un sendero iluminado por la luz de la luna—no pudo terminar el entrenamiento que recibía junto a los demás miembros reales. Por eso es necesario ralentizar el tiempo y que pueda aprender en menos de un mes lo que nunca pudo hacer.
—Si quieres que entrene un mes en el tiempo del mundo real—respondió Genevieve—entonces quieres que esté dentro del cozo de entrenamiento más de un año.
—Sí, así es como funciona las runas del tiempo—le aclaró Yuna—no obstante, en el tiempo que esté entrenando, muchas cosas pueden pasar...
Una vez se detuvieron en lo alto de una cima, ocultas tras unas palmeras y protegidas por la oscuridad de sus copas, pudieron observar como, a lo lejos, un bote se acercaba mientras se alejaba de un barco ubicado más allá de la línea de arrecifes.
—¿Quiénes son?—preguntó nerviosa—¿Son soldados imperiales?
—No—le respondió Yuna—unas semanas atrás, el rey Somnus logró quitarle este territorio por completo al imperio, al enterarse de que aquí fue donde usted creció y fue raptada.
—Entonces...—dijo con el corazón por salirse de su pecho—¿Es Somnus?
—Sí—respondió Yuna.
Genevieve, nerviosa, se tambaleó un poco y cuando estaba por apoyarse con ayuda de una palmera, observó como una extraña mujer se dirigía al castillo de su abuelo, sosteniendo una lámpara de aceite.
—Veo qué lady Anisha ha tomado una decisión—dijo en un susurro Yuna.
—¿Quién es lady Anisha?—cuestionó curiosa.
—Su primera ministra, su majestad—le respondió—y la antigua reina Angélica.
—¡¿La primera esposa de Somnus?!—preguntó asustada—¿Por qué...?
—Desea que se le pague una deuda que su exesposo le debe—dijo Yuna observando a la mujer entrar en el palacio—la prueba de ella será si busca justicia con la muerte de Somnus o no.
—¡¿Va a matarlo?!—preguntó aún más asustada—¡Debo detenerla!
Cuando iba a ir tras de ella, antes de que el rey pisara la isla, la mano fría de Yuna la detuvo, provocando que esta sintiera un frío mortal. Quieta ante el horror que sentía en el tacto de la no muerta, la observó directo a los ojos.
—Esta no solo es la prueba de ella—dijo Yuna—sino también su prueba.
—¡Habla claro!—ordenó quitando su mano de la de ella.
—Como futura reina, necesita aprender una de las lecciones que los anteriores reyes aplicaban—habló seria—deberás aprender a aplicar justicia, aunque el culpable sea una de las personas más preciadas para tí.
Genevieve, aún angustiada, mientras pensaba en aquellas palabras, se alejó de Yuna para ingresar al palacio a la par que el rey Somnus caminaba entre los senderos de la isla rumbo al castillo. Con su cabello tapando parte de su visión, debido al sudor frío que sentía y al miedo que aceleraba cada vez a su corazón, buscó por mucho tiempo en el enorme lugar hasta demorarse más de media hora.
Fue así que, llegando al salón del trono, pudo encontrar una escena que la dejó sin aliento: Anisha apuñalando varias veces el brazo izquierdo de Somnus, mientras este se quedaba quieto observando como la antigua reina lloraba con cada estocada. Si bien el rey podía quitarsela, no quería hacerlo.
—Angélica—volvió a repetir.
Somnus, emocionado por ver cara a cara a su primera esposa después de haberla exiliado, se sorprendió aun más ante la actitud agresiva de esta. Entendiendo la ira que atravesaba la mujer, aun soportando la carga de la culpa, por más que fueran dolorosas las apuñaladas en su brazo, dejaría que esta se desahogara.