Mariana Fernández, una mujer de 40 años, siempre creyó en el amor eterno junto a su esposo Julián Navarro, con quién compartió su vida por 20 años. Sin embargo su mundo se desmorona cuando descubre a Julián siendo le infiel con su secretaria. Tras descubrir que ha estado viviendo en una mentira, decide tomar las riendas de su vida y se divorcia, ahora se enfocará en sacar adelante su empresa de lencería, una pasión que ha cultivado desde hace años.
Mientras Lucha por reconstruirse emocionalmente, conoce a Camilo Santa Cruz, un joven empresario de 27 años que está emergiendo en el mundo de los negocios.
A pesar de la marcada diferencia de edad, en el transcurso de consolidar el proyectó de colaboración de ambas empresas, Camilo va quedando cautivado por la fuerza y determinación de Mariana, se enamora profundamente de ella, y ella, a su vez encuentra en él un renacer de sentimientos.
Sin embargo, el camino hacia la felicidad está plagado de desafíos.
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Capitulo 13 ¿Será que doy ese paso?
El sol se filtraba a través de las ventanas de la hermosa oficina de Mariana, con tonos dorados. Sentada en su escritorio ya con el café y la nota que Camilo había convertido en una amorosa rutina diaria. Mariana dejaba que sus pensamientos vagaran por el mismo sendero una vez más.
Desde que Camilo había había entrado en su vida, una tormenta de emociones la había envuelto, y luchar contra ella era como nadar contracorriente.
La diferencia de edad, era la mayor y la más constante preocupación de Mariana. Ella se sentía atraída por Camilo, Pero la brecha de diez años entre ellos la hacian dudar.
Pero entonces venían los recuerdos de los últimos días con Camilo, recordaba su mirada sincera, la forma en que la trataba con respeto y cariño, y como con cada gesto de él la hacía sentir tan especial. Él no parecía preocupado por la edad, para él solo existía la conexión que compartían desde que la conoció esa noche en esa playa.
Mariana suspiro, sabiendo que la decisión que tomara afectará no solo su vida, sino que también la vida de Camilo.
¿Esa justo seguir adelante con sus dudas? O ¿Sería mejor para ambos darle una oportunidad a algo que podría ser hermoso y maravilloso?
Mientras Mariana se debatía en su interior, el teléfono sonó, sacándola de su ensimismamiento. Era Camilo, como cada mañana, con su entusiasmo contagioso y su voz cálida que disipa cualquier duda que pudiera albergar.
- Hola preciosa, buenos días - dijo con su habitual alegría - Ya falta solo 1 semana para la gran gala. ¿Estás lista?
La sonrisa de Mariana se curvo en sus labios mientras una oleada de calor la envolvía. Tal vez, solo tal vez, era hora de dejar de lado sus miedos y permitir que el amor encontrará su camino.
En ese preciso momento entro una llamada al celular de Mariana, era su abogado. Por un momento el zumbido de la emoción que compartía con Camilo se desvaneció, reemplazando por una sensación de anticipación mezclada con un toque de melancolía.
- Espera un momento Camilo, debo tomar está llamada. - dijo Mariana, y coloco el auricular a un lado y tomo su celular.
- Hola, buenos días. - respondió Mariana. - Lo entiendo, gracias por informarme.
Mariana colgó la llamada de su celular y tomo el auricular, y se conecto nuevamente a la cálida conversación que había interrumpido. Sin embargo, la noticia del divorcio estaba ahora presente, como una sombra en el fondo de su mente.
- ¿Mariana, estás bien? - pregunto Camilo, notando el cambio de su tono de voz.
- Si, si, estoy bien - respondió Mariana, tratando de inyectar algo de entusiasmo de nuevo en sus palabras - Solo que me acaba de llamar el abogado, para informarme de la fecha y la hora en la qué debemos estar Julián y yo para firma el divorcio.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Camilo respondiera.
- Se que debe ser difícil para ti cerrar ese ciclo. Lo lamento.
Mariana asintió, agradecida por la comprensión de Camilo. Aunque estaba emocionada por la posibilidad de un nuevo comienzo con él, el proceso de divorcio aún traía consigo una mezcla de emociones difíciles de ignorar.
- Gracias, Camilo. Significa mucho para mí tener tu apoyo - dijo Mariana sinceramente.
- No tienes nada que agradecer hermosa, estoy aquí para ti, pase lo que pase. - respondió Camilo con la calidez en su voz.
Mariana se despidió de Camilo y salió hacia la oficina de Julián, mientras caminaba por los pasillos, sintió el peso de la conversación que estaba por tener con Julián.
Al llegar a la oficina de Julián, Mariana respiró hondo antes de entrar. Julián la recibió con una mirada sombría, sus ojos reflejaban tristeza y arrepentimiento. Julián se puso de pie en cuanto se acercó Mariana. Enfrentándose el uno al otro en un silencio incómodo que parecía llenar la habitación.
- Mariana, ¿Qué sucede? - pregunto Julián con cautela, rompiendo finalmente el silencio.
Mariana tomó aire antes de responder, tratando de mantener la compostura.
- El abogado llamo hoy. Ya tenemos fecha y hora para la firma del divorcio - anuncio evitando el contacto visual.
El rostro de Julián se ensombresio aún más, Pero asintió con resignación. Sabía que este día llegaría tarde o temprano, y aunque doliera, era el paso necesario para que ambos pudieran seguir adelante con sus vidas.
- Lo entiendo - murmuró Julián, su voz apenas un susurro - Haré los arreglos necesarios.
Mariana asintió en silencio, sintiendo el peso de la despedida en el aire entre ellos. Aunque su relación había llegado a su fin, todavía existía un vínculo de años compartidos que no podía ser ignorado fácilmente.
- Gracias, Julián - dijo Mariana, y se dio media vuelta para salir de la oficina.
Julián la observo alejarse, sintiendo un nudo en la garganta mientras la veía desaparecer por la puerta. Sabía que era el momento de dejarla ir, de dejarla encontrar la felicidad que merecía.
Mariana sintió un escalofrío recorrer su espalda al salir de la oficina y encontrarse cara a cara con Marlén. La tensión en el aire palpable mientras se miraban fijamente, cada una cargando con el peso de su pasado compartiendo con Julián.
Marlén la observo con una mezcla de desprecio y desdén, sus labios apretados en una fina línea.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto con tono de desprecio Marlén.
- Eso no es de tu incumbencia - le dijo Mariana a Marlén. Y se retiró.
- Como te odio - susurro Marlén al ver a Mariana retirarse y tomar el ascensor.
Entro en la oficina de Julián y con voz altanera le pregunto
- ¿Qué hacía ella aquí?
Julián miro con desdén a Marlén.
- Solo vino a informarme que ya tenemos fecha para firmar el divorcio.
Una sonrisa se dibujó en la cara de Marlén. Se acercó a Julián y paso sus brazos alrededor del cuello de Julián.
- Entonces podemos estar juntos sin problemas.
Julián se quitó las manos de Marlén se encima y con una mirada fría como un témpano le dijo.
- Nosotros no volveremos a estar juntos. Entiende, YO NO TE AMO. Ahora sal de mi oficina y si estoy vuelve a ocurrir tendré que despedirte.
Marlén salió sumamente molesta de la oficina dando un portazo.